• Controla la verdad. La verdad es un problema porque invita al debate, Utiliza la propaganda, la desinformación y otros trucos ingeniosos. Solo lo que preserva los cimientos de la revolución es verdad. Recuerda que ya no existe la ‘libertad personal’, debes controlar las mentes.
• Reescribe la historia. Quien controla el pasado, controla el futuro. Los libros educativos son tu principal arma.
• Si deseas ganar la batalla contra la verdad, censura todo, en especial la prensa. Usa la herramienta más poderosa de todo líder, que es controlar la información. Cuando puedes cerrar los canales de comunicación, puedes imponer la narrativa que quieras, y convertirla en la realidad que vive tu pueblo.
• En la prensa, aumento de precios, escasez de comida o hambruna en general: no. Estadísticas de crimen, desempleo, o gente sin hogar: para nada. Desastres naturales o artificiales como terremotos, accidentes de avión, condiciones carcelarias o productos extranjeros, tampoco.
• Elimina de las bibliotecas textos que el Estado considere ofensivos, así protegerás las mentes de tu pueblo.
• Seduce a los extranjeros. Ataca su ingenuidad y su codicia. Ofréceles alternativas para combatir los problemas de tu pueblo, la depresión capitalista. Alcanzarás legitimidad y credibilidad.
• Destruye a Dios. La religión suele responder preguntas que no pueden responderse. Si eres tirano, solo puede haber una fuente espiritual, y Dios sabe que esa fuente eres tú. Para alejar al pueblo de la fe no basta con reprimir la religión. Debes reemplazarla. Crea tus propios dogmas y festividades. Una de ellas, el día que asumiste el poder. Stalin reemplazó a los dantos por mártires comunistas para que la gente emule y venere.
• Algunos en tu pueblo se aferrarán a otro tipo de verdades: los datos científicos. Corrompe la ciencia. Todo lo que implica la ciencia y la investigación, la existencia de datos objetivos y conclusiones que no se basan en la ideología, sino en la precisión objetiva, es peligrosa porque los científicos le dan más valor a su verdad que a la tuya. Disuelve juntas científicas y elimina teorías incompatibles con las tuyas. Contrata tus propios expertos, aunque sus teorías sean fantasiosas, y aplícalas, luego difunde sus logros, aunque estos no existan.
• Cuando alguien afirme que tus propuestas no son ciertas, hazle recordar que solo el partido decide lo que es cierto. Recuerda que la única verdad suprema es la del poder.
• Cumple la verdadera promesa de la tiranía: convertir tu país en la utopía que siempre soñaste, difunde que has creado un mundo mejor. Si es necesario, modifica los símbolos patrios y hasta el nombre de tu país. Desarrolla un nuevo sistema educativo que respalde tu promesa, y busca extender tu revolución fuera de los límites de tu país. Crea un paraíso terrenal basado en tu visión.
• Crea una sociedad nueva. Sé la ley. Recuerda eres más que el jefe de Estado, eres el padre de tu nación. Y para demostrar tu amor debes guiar a tu rebaño con mano firme. Para ello es preciso limites los derechos del pueblo. Que tengan claro que solo tú sabes lo que es lo mejor. No permitas protestas, usa el ejército para reprimirlas.
• Busca desarrollar grandes proyectos, magnificentes, que le den lustre a tu mandato, aunque sean elefantes blancos.
• En tu mente debes tener “gobernar para siempre”. Para sobrevivir no solo debes construir un movimiento, debes ser el movimiento. Promueve el culto a tu personalidad, como fuente de toda sabiduría y virtud, para lo cual crea una nueva ideología nacional. Trata que todo quede en familia.
• Deja que tu pueblo se muera de hambre. La gente pobre, hambrienta y aislada no es una amenaza, y siempre es fácil de manipular. Siempre encontrarás un chivo expiatorio. Además, no les darán comida a los rebeldes, y estarán débiles para luchar.
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