No es extraño que, en estos últimos 5 años el Perú haya retrocedido en varios factores sobre todo estratégicos como son los índices de competividad. Según este informe del 2019, el Perú obtuvo 61,66 en el Índice de Competitividad (WEF, 2019:1), documento que mide cómo utiliza un país sus recursos y capacidad para proveer a sus habitantes de un alto nivel de prosperidad. Actualmente, se ubica en el puesto 65 del ranking de competitividad mundial, de 141 países.
Por otro lado, la inestabilidad política afecta el desarrollo, sobre todo: productividad, la acumulación de capital y crecimiento del capital humano. Resultados de esos tres componentes, se comprueba una asignación ineficiente de los recursos, una disminución en tareas de Investigación y Desarrollo (I&D) y demandas insatisfechas que generan: huelgas, violencia y toda clase de disturbios civiles. Ergo, se tiene menor crecimiento de la productividad y mínimo crecimiento de la economía. Esto amerita una mirada retrospectiva con el fin de adoptar políticas macroeconómicas prudentes y reformas estructurales de largo alcance, que permitan generar condiciones de alto crecimiento y baja inflación. Sin embargo, los resultados de la ejecución de inversión pública obtuvieron un avance de 66.2%, al cierre del año (MEF, 2019).
En ese sentido, el MEF declaró que, el Gobierno Nacional fue el que más ejecutó, la inversión pública logrando registrar 13,692 millones 543,216 soles, seguido de las municipalidades con 12,354 millones 325,094, y los gobiernos regionales con 6,241 millones 307,549. Estos resultados no solo muestran una débil gestión sino, reflejan la realidad por falta de conocimiento, experiencia u otras habilidades en componentes que mejoren el servicio al ciudadano, ya sea con construcción de hospitales, colegios, centros de investigación entre otros. Asimismo, de acuerdo a la Ejecución de gasto, los dieciocho ministerios solo se alcanzaron a gastar el 71.2% de su presupuesto, ocupando el primer lugar el MIDIS y el último el Ministerio de Cultura con el 59%. Resulta imperdonable que el Educación se encuentre en el puesto 12 con el 75.5%. (MEF, 2019). Por tanto, se hace importante, la inversión pública para dinamizar la economía, pero, sobre todo, para cerrar las brechas sociales.