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Fernando Villarán / La madre de la crisis (3 de 3)


La madre de todas las crisis y sus oportunidades

El calentamiento global. la pérdida de aire y agua limpia, la acidificación de los océanos, la lluvia ácida, el incremento de las enfermedades degenerativas, los virus de origen zoonótico, entre muchos otros fenómenos, han creado los escenarios catastróficos que nos presenta el artículo de la U. de Cambridge y el MIT.


Los países desarrollados no Sólo son los que más contaminan y más contribuyen al cambio climático, sino que en estos dos siglos y medio han destruido la naturaleza propia y la que los rodea. Esta afirmación puede comprobarse en el hecho de que China está activamente recuperando su naturaleza: habiendo sembrado anualmente 50,000 kilómetros cuadrados de cubierta forestal desde el año 2000 y movilizado buena parte de su ejército a esta parte.


Un estudio reciente nos muestra que la naturaleza, representada por la biodiversidad, se encuentra principalmente en América del Sur, en el sur de África y parte del sudeste asiático. En el resto del planeta, en donde se ubican los países más desarrollados y los países en desarrollo más contaminados (China y la India). queda muy poca naturaleza.


Lo mismo ocurre con los ríos y la riqueza marina: el Pacífico sur la mayor reserva de peces en el mundo, a donde vienen a pescar las flotas de los países desarrollados, sencillamente porque han depredado los suyos.


Si tomamos como referencia las recientes teorías asumidas por et Banco Mundial sobre la riqueza de las naciones, que dividen el capital en tres grandes grupos: 1) capital productivo y financiero. 2) capital humano y social; y 3) capital natural; tendremos que concluir que el mayor capital natural está en nuestros países, y la mayor riqueza (a secas) mundial también. A medida que pasan los años, tanto el capital natural como el capital humano irán adquiriendo mayor importancia que el capital productivo y financiero).


De hecho, los países desarrollados tendrán que "decrecer”. Es decir, que achicar su dimensión puramente económica y financiera para llegar al Desarrollo Sostenible, mientras que nuestros países tienen todavía un amplio margen para el crecimiento económico y financiero. Estas constataciones, nuestro abundante capital natural y humano, y nuestro margen de crecimiento económico, abren la posibilidad por primera vez en la historia) que Perú y América Latina puedan alcanzar y superar a los países desarrollados en el camino hacia el Desarrollo Sostenible.


A esta oportunidad, yo la llamao el “atajo” hacia el Desarrollo Sostenible, porque lo primero que tenemos que hacer es dejar de seguir e imitar a los países desarrollados (sobre todo a los más contaminantes), ganarles en iniciativa, creatividad, y determinación, abriendo un camino propio e inédito.


Pero claro, estamos hablando de oportunidad, de posibilidad, y estas hay que aprovecharlas, hay que capturarlas; no están garantizadas. ¿Seremos capaces de aprovechar esta oportunidad, de capturar esta posibilidad? ¿Antes de ello, seremos capaces de darnos cuenta que existen? ¿Tendremos la suficiente autonomía de pensamiento y valentía para intentarlo? ¿Podremos libramos de la ideología dominante que nos dice que basta reactivar la economía, concentramos Sólo en el crecimiento, dejar que actúe la mano invisible del mercado y regresar al exitoso status quo anterior

a la pandemia?


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