Y llegó la fase final del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) 2024, a realizarse en Lima la próxima semana. El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico establecido en noviembre de 1989, tiene como objetivos: Fomentar el crecimiento económico entre sus miembros a través de la cooperación económica y técnica, la seguridad humana, el comercio, las inversiones, la economía digital y la inclusión económica. Esta es la tercera APEC que se realiza en Lima en el presente siglo.
El objetivo de APEC consiste en promover una mayor prosperidad en la región Asia-Pacífico mediante la implementación de la denominada “Visión APEC Putrajaya 2020-2040” que identifica 3 pilares: Comercio e inversiones; innovación y digitalización; crecimiento fuerte, equilibrado, seguro, sostenible e inclusivo.
APEC fomenta el crecimiento económico de calidad entre sus miembros, a través de la cooperación económica y técnica, la seguridad humana, el comercio, las inversiones, la economía digital, la inclusión económica y el apoyo a iniciativas para mejorar las políticas públicas sectoriales, entre otras iniciativas.
Al ser testigos de la historia de este proceso de integración económica, conocemos la importancia de ser parte de este Foro, que reúne a 21 economías importantes de la Cuenca del Pacífico, 13 del Asia: Brunei Darussalam, República Popular de China, Hong Kong-China, Taipéi-China, República de Corea, Filipinas, Federación de Rusia, Indonesia, Japón, Malasia, Singapur, Tailandia, Vietnam. 5 de América: Canadá, Chile, Estados Unidos, México, Perú. 3 de Oceanía: Australia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea.
Las 21 economías de APEC en conjunto representaron en 2022 el 62% del PBI mundial, el 48% del comercio global y el 38% de la población del planeta. Este foro promueve la integración económica regional y la competitividad entre sus integrantes ya que sirve como un catalizador de iniciativas e incubador de buenas prácticas para la mejora de políticas públicas a través de los proyectos de cooperación.
Además, en APEC se da una constante interacción con diferentes procesos de integración económica regional: como la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN); la Organización Mundial del Comercio (OMC); la Asociación Económica Integral Regional (RCEP); el Tratado Integral y Progresista de la Asociación Transpacífico (CPTPP); la Alianza del Pacífico; la Comunidad Andina de Naciones; la vecindad con Brasil, entre otros.
Por todo lo que significa ser parte integrante de este exclusivo grupo de economías, el ideal sería que todos estemos alineados en el propósito de lograr la mayor prosperidad económica posible para nuestra sociedad, con tan buenas economías vecinas de la Cuenca del Pacífico y en donde con la inauguración del puerto hub de Chancay, vamos consolidando la importancia de nuestra ubicación geopolítica central en el Pacífico Sur.
Pero no es así, hay un descontento generalizado, de tal manera en que vamos a perder otra oportunidad histórica, porque seguimos en desacuerdo, entre nosotros mismos. Hay una polarización extrema, hay un divorcio entre la población y sus autoridades, en que los perjudicados somos nosotros mismos, una vez más. Seguro obtendremos buenos y llamativos pronunciamientos, que tiempo demandará su cumplimiento, hasta que el Perú se ponga al día con las solicitudes de organismos internacionales, de los que somos parte, y tenemos derechos y obligaciones por tener acuerdos suscritos, y que están pendientes de cumplimiento: sobre los derechos humanos y el equilibrio de poderes, propios de un estado de derecho.
No, porque no se mencionen, no se han olvidado. Están ahí pendientes y las autoridades lo saben, pero sigue pasando el tiempo, y con la idea de “vuelta a la página”, han hecho caso omiso, y como vemos en este mundo interconectado, en que todo se sabe, se conoce que los países que no cumplen con lo establecido, reducen su capacidad de atracción de inversiones. Son como 200 países que requieren inversiones. Las atraerá más, el que mejor se porte, por lógica, por sentido común. Todo es competencia, así como nos moviliza la selección de fútbol, para clasificarnos al mundial, así nos deberíamos movilizar, para estar entre los mejores clasificados en atracción de inversiones, ciencia y tecnología.
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