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Juan de Dios Guevara / Gobernanza y el Desarrollo 

  • Foto del escritor: Juan de Dios Guevara
    Juan de Dios Guevara
  • hace 33 minutos
  • 3 Min. de lectura

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Un Desafío a la Gobernanza y el Desarrollo

 

El narcotráfico en el Perú es un problema estructural que afecta la gobernanza, el desarrollo económico y la seguridad nacional. Con una producción anual de unas 400 toneladas de cocaína y un valor equivalente al 4% del PBI, persiste pese a los esfuerzos de erradicación e interdicción.

 

Las políticas tradicionales han fallado debido a la corrupción, la debilidad institucional y el «efecto globo», que desplaza los cultivos a zonas vulnerables. Este artículo analiza las dimensiones del problema, las causas de su persistencia y propone una estrategia integral basada en gobernanza, desarrollo sostenible, inteligencia estratégica y cohesión social.

 

Las Dimensiones del Problema

 

Dimensión Productiva y Geográfica

Aunque DEVIDA reportó en 2024 una reducción de cultivos de coca a 89,755 hectáreas y un aumento en la erradicación, el éxito es aparente. El «efecto globo» desplaza los cultivos del VRAEM a regiones como Amazonas, Puno y fronteras con Colombia y Brasil, incluyendo áreas protegidas y territorios indígenas. La débil presencia estatal en estas zonas facilita la expansión de redes criminales, perpetuando la producción ilegal.

 

Dimensión Económica y Financiera

La rentabilidad de la coca impulsa el narcotráfico. Un jornal de S/120 en su cosecha supera al café (S/50), con ciclos cortos y resiliencia en suelos difíciles. Las ganancias crecen en la exportación: un kilo de cocaína vale US$1,100 en Callao, pero US$12,000 en Europa. En 2024, operaciones sospechosas superaron los US$43,000 millones, evidenciando el lavado de activos que corrompe el sistema financiero y fomenta la corrupción.

 

Dimensión de Seguridad y Criminalidad

La PNP decomisó 160 toneladas de droga en 2024, pero esto es menos de la mitad de la producción estimada (400 toneladas). La cocaína se exporta por puertos como Callao, camuflada en cargamentos legales. En el VRAEM, los remanentes de Sendero Luminoso, liderados por los Quispe Palomino, protegen a narcotraficantes, consolidando la coca como modo de vida. Violencia, sicariato y extorsión son cotidianos, reflejando un problema social más que militar.

 

Causas del Fracaso Crónico

El fracaso de las políticas antidrogas se debe a fallas estructurales. La corrupción sistémica, que infiltra el poder judicial, fiscalía y policía, es el principal facilitador. Casos como «Los Cuellos Blancos del Puerto» y «Operación Valkiria V» muestran la «captura estatal» por redes criminales, generando desconfianza ciudadana.

 

La erradicación forzada provoca resistencia y el «efecto globo», mientras que los programas de desarrollo alternativo no ofrecen sustitutos viables por falta de financiamiento, infraestructura y mercados estables. La pobreza y el abandono estatal en zonas cocaleras refuerzan la dependencia de la coca.

 

Oportunidades y Lecciones Aprendidas

El modelo boliviano de erradicación concertada, basado en el consenso con productores y el reconocimiento del valor cultural de la coca, ha reducido cultivos con menos conflictividad que en Perú. La cooperación internacional, liderada por UNODC y CICAD, debe reorientarse hacia el fortalecimiento institucional y el control financiero, además de fomentar la coordinación regional contra el crimen transnacional.

 

Recomendaciones Estratégicas: una estrategia efectiva requiere un enfoque integral de largo plazo:

 

Gobernanza e Institucionalidad:

Combatir la corrupción fortaleciendo la autonomía de la justicia, fiscalía y policía con tecnología y formación. Convertir la lucha antidrogas en una política de Estado despolitizada.

 

Desarrollo Integral y Sostenible:

Rediseñar el desarrollo alternativo con inversión masiva en infraestructura (carreteras, electrificación) y asistencia técnica para cultivos lícitos competitivos, como el cacao, que rivalicen con la rentabilidad de la coca.

 

Seguridad e Inteligencia Estratégica:

Focalizar la interdicción en puertos y flujos financieros, fortaleciendo la Unidad de Inteligencia Financiera. La interdicción aérea debe integrarse a una estrategia basada en inteligencia.

 

Cohesión Social:

Reconstruir la confianza con comunidades cocaleras mediante diálogo, servicios básicos y empoderamiento local para economías lícitas, llenando el vacío de poder.

 

 

Conclusión

El narcotráfico refleja un Estado débil, con territorios abandonados y corrupción extendida. Las políticas fallaron por no competir con la lógica económica de la coca y por instituciones capturadas.

 

El éxito se medirá en institucionalidad resiliente, alternativas económicas viables y un pacto social con comunidades vulnerables. Un cambio de paradigma, de la represión a la gobernanza, es crucial para un Perú seguro y próspero.

 

Aunque cabe hacerse una pregunta final, ¿será posible un cambio de políticas  en el único país del mundo que tiene: “Ministro de Justicia buscado por la Justicia”…con impedimento de salida del país; con un investigado por presuntamente favorecer la compra de conservas adulteradas en su gestión al mando del extinto programa Qali Warma y ahora nombrado jefe de la Oficina de Monitoreo Intergubernamental del Despacho Presidencial, por una presidente con 96% de desaprobación y un Congreso que la protege con similares niveles de desaprobación?

 

La voluntad política es un factor crítico y un desafío en el contexto actual de crisis de confianza.


 

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