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Juan Risi / Agricultura y gobierno (3 de 8)


Lo que la Agricultura Necesita del Próximo Gobierno


Se deben implementar políticas claras en apoyo a la producción de productos de primera necesidad y aquellos que ocupan los primeros lugares en el PBI Agropecuario. En ese sentido, la avicultura destaca nítidamente en el primer lugar, contribuyendo con 26% del PBI Agropecuario. Si bien se encuentra bien establecida como actividad económica, no es menos cierto que el MAD, alimento importante en la cadena es mayormente importado (70%), y sus fluctuaciones de precio, encarecen el producto final. Desde 2004, se cuenta con un acuerdo de competitividad de la Cadena Productiva Maíz Amarillo Duro – Avicultura – Porcicultura que debe ponerse en práctica. Es posible producir MAD en la Costa con rendimientos superiores a las 10 t/ha, y con programas que impulsen la formalización de los productores, se reemplazaría al importado. De igual manera, se puede producir MAD en selva con rendimientos que superen las 5 t/ha y hacerlo competitivo superando motivos de distancia para abastecer la avicultura y porcicultura local.

El arroz, contribuye con cerca de 7% al PBI agrario y se siembra en más de 400,000 ha, la mayoría de los productores cuentan con menos de cinco hectáreas, y para el desarrollo de su cultivo, son habilitados por los molinos, con semilla y fertilizantes que, en muchos casos, no son los adecuados, afectando su productividad, y el precio, con esta dependencia. El problema se agrava con la importación y las limitaciones de agua para este cultivo en la costa. Por ello, el Estado debe desarrollar un Programa de reconversión del cultivo en la costa, fomentando la asociatividad de productores y orientándolos hacia productos rentables, y con demanda interna, para que el arroz se produzca solo en la selva, donde hay disponibilidad de agua, y con incentivos para la instalación de molinos con secadores de arroz en esta región, a cargo de privados y de organizaciones de los propios productores

La papa, que contribuye alrededor de 6.5% al PBI agrario es un cultivo asociado a la Sierra, como también a nuestra cultura; sin embargo, la falta de planificación y un deficiente sistema de comercialización generan que el precio de la papa blanca, la de mayor rendimiento y que más se siembra, caiga recurrentemente hasta llegar al extremo que los productores prefieren no cosechar para no dar un mal uso a su mano de obra. Urgen medidas de planificación de la producción y de mejora en los sistemas de acopio y comercialización. Adicionalmente la importación de papa pre frita y congelada a niveles que no alcanzan 1% de la producción nacional, generan incomodidad y “ruido político” que pueden ser revertidos con un programa público privado para la producción nacional en forma competitiva ese tipo de papa en valles de la Costa con las variedades mejoradas que se cuenta para lograr rendimientos superiores a las 50 t/ha, complementado por abastecimiento de semilla producida en la Sierra y organizando centros de acopio para clasificar y pre procesar la papa cosechada..

El café, que contribuye con poco más del 5% al PBI agrario, es otro rubro que tiene una problemática de muchos años. Al tratarse de un “commodity”, es el mercado internacional el que fija su precio como café en grano. Si bien hay avances en la asociatividad en este rubro, aún persisten problemas sumados al del precio, como son: la roya amarilla y el mal manejo de fondos de ayuda que ha llevado a sobre endeudamientos con el fondo AGRO PERÚ. Las características geográficas, permiten desarrollar cafés especiales diferenciados por su sabor y aroma y en ese sentido se debe impulsar el desarrollo de estos tipos de café. Uno de los candidatos ha propuesto tasa de interés cero en los créditos a los pequeños cafetaleros afectados por la roya amarilla, y aunque no es una medida sostenible, podría considerarse de emergencia para los más de 20 mil productores con créditos del Fondo AGROPERÚ, con el compromiso de iniciar un proceso de MARCA PERÚ, complementados por procesos de asistencia técnica y asociatividad, para así establecer una calidad y productividad mínima que les aseguraría un precio de venta, como ya se hizo en Colombia, por supuesto pagando el capital en un período de tiempo razonable, y luego, financiándose con el sistema financiero formal.

Aproximadamente, 452,000 familias se dedican a la producción de leche y sus derivados en el país. Más de la mitad se concentran en Cajamarca, Arequipa, Ayacucho y Lima. Los primeros seis meses del 2019, la producción de derivados lácteos alcanzó las 201,543 toneladas, mientras que en el primer semestre de 2020 se incrementó a 269,447 toneladas. Son tres las empresas que dominan el mercado, dos nacionales y una internacional, que representan 77%, 81%, y 69% del mercado en leches industrializadas, leches evaporadas y, leches pasteurizadas, segmentos que aún con la pandemia han mantenido crecimientos de 3% a 5%. Es importante promover la asociatividad entre pequeños productores para crear industrias que vendan leche fresca pasteurizada y transformen sus productos en quesos, yogur, y otros, articulándolos directamente a los consumidores, y otorgándoles una mayor capacidad de negociación

El algodón, rubro en el que fuimos destacamos por la calidad de fibra de las variedades y en algún momento por el programa de manejo integrado de plagas que fue ejemplo mundial, ha quedado relegado. El algodón, junto con el MAD podrían ayudar a la reconversión del arroz en la Costa en aquellos productores que no tienen los recursos para invertir en cultivos de agroexportación. Además de la fibra, la pepa, producto que queda en el desmote ayudaría a recuperar el déficit que el país tiene en oleaginosas, La pepa fue hasta la década de 1970 el principal insumo de la industria de aceite y ahora ha sido desplazada por soya importada que genera salida de divisas.

A los rubros mencionados hay que agregar los de agro exportación que han logrado posicionar a nuestra agricultura en el mercado mundial y además convirtieron a nuestro país en el primer destino gastronómico mundial. El crecimiento de la agro exportación fue posible gracias a tres factores: el desarrollo de irrigaciones en costa; el clima del país, gracias al cual podemos producir con calidad en épocas del año que nos ofrecen ventanas de oportunidad, y una ley de promoción agraria que dio ventajas a los agroexportadores por más de 20 años. No entraré a debatir sobre las características de esta ley, que fue prorrogada y luego derogada en 2020, para dar lugar a una nueva ley, escrita por quienes no conocen el agro y que ha causado controversia. Pero si es necesario, sin embargo, retomar el tema de tener una verdadera ley de promoción agraria y esta vez, que incluya no sólo a la producción para la agroexportación sino a la producción nacional para el mercado interno y esta debe tomar en cuenta el apoyo a la agricultura familiar.


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