La presencia de Donald Trump estremece el viejo orden mundial, aterrorizando a los progresistas, wokes e izquierdistas de todo el mundo. Desde la derecha liberal, a la socialdemocracia, a los cada vez más raros comunismos ortodoxos y autocracias de Nicaragua, Irán y Venezuela.
No asusta a los estadistas, experimentados, que saben el nuevo Presidente gringo negocia un espacio para Estados Unidos, en un mundo multipolar. Tan nuevo e inesperado, como un sorpresivo parto de cuatrillizos, en un mundo donde solo había uno.
Yi Si Ping, dueño de la patente del más exitoso experimento de socialismo de mercado de la humanidad parece considerarlo un “tigre de papel”, peligroso, bullero, pero incapaz de tumbar al dragón chino.
Sabe que EEUU tiene que respetar una convivencia pacífica por razones económicas, financieras y políticas, si no quiere acelerar el ascenso del gigante asiático al primer lugar del liderazgo mundial antes de fecha. Un ejemplo, es que a los productos de China solo le piensa aplicar un arancel de 10% y no 25% como lo hará con otras naciones.
Basta que los chinos repitan con Trump, lo que hicieron con Milei. Le presentaron al Peluca, lo que les debía Buenos Aires, y el autodenominado León se convirtió en tierno minino. Les pidió disculpas.
Más bien, sabiendo que la mejor defensa es la ofensiva, los chinos siguen una estrategia de bombardear a los gringos y al mundo, desde Tik Tok y todos los medios a su alcance, con una ola de descubrimientos científicos y obras del gobierno chino. Acaban de salir con la mayor computadora de la historia, que entra en la palma de una mano. Le sacan la lengua a Tesla con autos, buses y aviones eléctricos. La idea es ir reforzando la imagen de una potencia en todas las áreas del conocimiento humano.
Le quitan agua al pez Trump, inundando con mensajes positivos, de sus éxitos, el mar del ciberespacio.
La PHD en Física, Claudia Sheimbaum, Presidente de México, ha calculado cuánto pesa el aerolito Trump, midiendo velocidad y trayectoria, sabiendo que es una pesada piedra en el espacio sideral, cuya trayectoria errática es más luminosa que efectiva. Con frío cálculo científico, la mexicana impidió el aterrizaje de un avión lleno de migrantes y le mandó decir al Rey de USA, que a su país ingresan solo Mexicas y no chinos o venezolanos. Buenos reflejos. A la par se prepara para una invasión terrestre adecuando albergues, bonos de llegada, comida, sistemas de ayuda social para los ilegales que dejen EEUU. Acciones estratégicas de estado, aguantando las lisas pullas de un desaforado Trump, que en Mexico puede encontrarse con un efectivo chancallos.
No cabe olvidarse, que Trump es una amenaza política de derecha para el mundo, que dirige el gobierno más oligárquico de casi 250 años de Republica americana, que puede dejar un agujero negro en la cultura de la raza humana y puede quebrar económicamente a EEUU y muchos de sus aliados. Pero como lo muestra China y Mexico, las fuerzas progresistas de la tierra no lo van a dejar.
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