Como tampoco es un gobierno con un promedio alto de gente ilustrada, salvo 3 o 4 de los ministros, el mensaje refleja una medianía y mediocridad desesperante. Tanto, que no existe una estrategia que permita resumir varias hojas de ruta para enfrentar la temas de los cuales depende nuestro futuro nacional.
No es que todo sea mentira vil, ni que el régimen no haga obras, sino que hay un gran problema de base: no tiene legitimidad por la alianza del. Congreso con el Ejecutivo, tan repudiada, que cada uno tiene un solo digito de apoyo. Record mundial de ilegitimidad. Nula representación de más del 90% de los ciudadanos. Al no representar a la gente el Gobierno, tampoco representa el interés público. Por eso sus cifras y promesas no proyectan las verdaderas necesidades de la calle, ni prioriza los intereses permanentes del estado. Y su narrativa es tan creíble como la de los 30 buhoneros que quieren ser Presidentes del Perú.
Otro caso critico es el Ministro de Transportes, ex General de la FAP, que en el mensaje ha incluido varias carreteras que destruirán la Amazonia. Además de un paquetón vial que carece de prioridades técnicas elementales. Ni hablar cuando se mete a hablar de Puerto Chancay, parece abogado de los intereses chilenos en contra de China. Bárbaro.
¿Alguien sabe por qué se gastarán más de 5 mil millones en arreglar los locales de comisarias? La prioridad es totalmente distinta: invertir en digitalización, comunicaciones, fondos reservados de inteligencia, e intensa capacitación del personal. No hay prioridades claras.
Francamente confundido por el huayco verbal del Mensaje Presidencial, no sabiendo como comentar semejante desorden macondiano, acudió en mi ayuda el mismísimo Dios de los Cielos. Su mensajero fue el Arzobispo Carlos Castillo que dijo que "Jesús no usurpaba el poder". Esa sustitución del poder democrático por un Pacto de Impunidad, está reflejada en el texto leído ayer. El mensaje no es, por eso, una rendición de cuentas, sino una desordenada explicación que busca justificar mantenerse en el poder.
Un ejemplo de ministro poco ilustrado es el de Seguridad Publica. El mensaje no dice nada sustancial sobre acciones para neutralizar los resultados de la victoria o derrota electoral de Maduro. En todos los casos nos interesa saber que pasara con las bandas venezolanas y cuáles son las medidas preventivas que se propone.
En buena cuenta el mensaje es una buena venda para los ciegos que no quieren ver. No moverá de sus asientos al 90% de peruanos, que saben que, según el mensaje del 2023, el gobierno dejo 70 promesas sin cumplir. Eran 96.
¿O por qué el ministro de educación invertirá 560 millones en 4 o 5 Colegios Emblemáticos para 7,500 alumnos? Tiene sentido en un sistema que carece baños o luz eléctrica, en más del 50% de locales?
En esa línea hay dos ministros exterminadores del patrimonio natural. Uno, titular del MINAGRI que acordó, con el Congreso, una ley que permite destruir 250 mil hectáreas de bosques originarios para sembrar palma aceitera. El otro, titular de Producción y Pesquería, que no mueve un dedo para apoyar los esfuerzos de organismos de su sector para impedir depredación en la Reserva Nacional de Paracas. Más bien tiene que aclarar quien rebajo en 80% las justas multas impuestas a las empresas exterminadoras de la anchoveta. ¿Dos infiltrados a quienes el mensaje no pone en su sitio?
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