Julio Schiappa Pietra / Solidaridad, soberanía y horror
- Julio Schiappa Pietra
- 23 feb
- 2 Min. de lectura
“Ayudar a alguien a atravesar una dificultad es el punto de partida de la civilización” decía la gran antropóloga Margaret Mead. No habló del fuego, ni de la agricultura, ni del lenguaje, contestó que un fémur roto, que había sido curado, era el primer signo de civilización. Este acto de curación implicaba solidaridad, sentido del deber colectivo hacia el herido, dedicación de mucho tiempo para curarlo y atenderlo.
Esta esencia de la civilización, es la que desconocen hoy el nacionalismo conservador y la tecno oligarquía. Temibles por el poder de las armas, el dinero, y el control estratégico de la la mente humana, gracias a las redes sociales que controlan.
Temible poder por el radical desconocimiento del principio de solidaridad del fémur roto de Mead, y la imposición de un autoritarismo, que está transformando las relaciones internacionales y el funcionamiento de los gobiernos y el estado.
La idea es oponer al multilateralismo, el biteralismo, y a la globalización, el continentalismo. Es decir, darle a EEUU un espacio de negociación directa, bilateral, en este caso con Rusia, para finalizar la guerra de Ucrania, sin tomar en cuenta a Europa, ni a los propios interesados, dirigidos por Zelenski. Bilateralismo entre imperios.
El continentalismo es una teoría que lleva más de 100 años, expresada en la doctrina Monroe, que imagina un estado-continente, como la India o China, que amplíe la superficie física de EEUU. En esa lógica, EEUU quiere imponer a Dinamarca la cesión territorial o venta de Groenlandia. Que es además una gigantesca fuente de tierras raras usadas para los chips de computadoras y las baterías eléctricas.
En este contexto, tiene sentido hablar de Canada como el nuevo estado federal de EEUU, habría una continuidad territorial desde Alaska hasta Groenlandia por el extremo Norte de América. ¿Cómo funciona America Latina en esta visión Continentalista del mundo? Malas noticias, “Latam es la prioridad en la política internacional del nuevo gobierno”, dijo el Secretario de Estado Marco Rubio.
Trump tiene como estrategia sacar corriendo a China de AL, con una presencia militar con bases militares, e inversiones. La política a seguir seria-lo dicen los expertos- usar la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, declarándolos “terroristas”, con lo cual la ley americana lo autoriza a enviar tropas sin pedir permiso a nadie.
Las alocadas gestiones para cambiar el nombre de “delincuentes” por el de “terroristas”, ¿es o no poner en riesgo la soberanía del Perú? El Gobierno, el Congreso y sus aliados en las FFAA y PNP, deben corregir este horror.
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