Manuel Luque / Un planeta por curar y cuidar (1 de 2)

El 05 de junio de cada año se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, siendo éste un día muy especial para reflexionar de lo que estamos haciendo o dejando de hacer por curar y cuidar nuestra única casa global -por ahora- La Tierra. En el Universo hay miles de millones de galaxias, en nuestra galaxia la Vía Láctea hay miles de millones de estrellas, de astros y planetas, pero hay solamente una Tierra.

La Tierra se enfrenta a una emergencia planetaria, el cambio climático acelerado por la falta de decisiones conjuntas a nivel mundial, con medidas radicales para evitar que nos extingamos como civilización y como planeta, no deseamos un apocalipsis ni una batalla de Armagedón cercanos. No dejemos que lleguen los signos del final de los tiempos que menciona la Biblia, es una preocupación diaria que tengo y por ello elevo oraciones a nuestro Creador para que el Covid 19, la viruela del mono, la guerra de Ucrania con Rusia no sean la antesala ni signos del inicio del fin de los tiempos, reflexionemos que nuestros descendientes no merecen recibir un planeta inhabitable o próximo a serlo.

Estamos aún a tiempo de enmendar, la forma en que disponemos los recursos, ser un consumidor responsable, pensar globalmente pero siempre actuar cada uno localmente, en lo que compramos, en cada actividad en casa, en el trabajo, en el transporte, en lo que botamos, en lo que contaminamos si hacemos o dejamos de hacer tal o cual cosa. Según la ONU el 67% de las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático están asociadas a nuestros estilos de vida.

Incorporar hábitos sostenibles en nuestra vida diaria, como usar la bicicleta, caminar más reemplazando -cuando sea posible- al automóvil para desplazarse. La vida moderna con el confort que conlleva el uso masivo de los artefactos y equipos electrónicos y de telecomunicaciones, también confronta retos como la generación también masiva de la llamada "basura electrónica" (electronic waste), que ha despertado inquietudes de qué hacer con ella, se deben identificar en cada ciudad los centros de acopio. Asimismo, se deben implementar centros de acopio de basura tóxica como pilas, baterías, luminarias, pinturas, barnices y solventes. Reordenar las rutas del transporte público de pasajeros teniendo como ejes centrales a la ruta del tren eléctrico.

Los paradigmas de anhelar vivir para consumir y consumir para tener, es un consumismo que agota recursos y no va más, creemos que con bienes se logra la felicidad, pero ella no se compra ni se vende, ni es un destino transable comercialmente; para todo los demás están las tarjetas de crédito.

Queremos a nuestros descendientes y ellos necesitan un mundo habitable, teniendo en cuenta que el total de habitantes para el 2050 bordeará los 10 mil millones y para el 2100 los 11 mil millones y los recursos se agotan. La cadena trófica que alimenta al mundo no crece al ritmo de la población, lo planteó Malthus en el siglo XVIII. La inseguridad alimentaria, la escasez de agua, la escasez de fertilizantes, el cambio climático con riesgo de que la temperatura se incremente entre 1.5º a 2º C, el área física mínima disponible para vivir, las pandemias, las guerras incluso nucleares y bacteriológicas, son las amenazas que veo como variables significativas ante una variable dependiente de ellas, que es la vida.

Debemos pensar en dejar un planeta habitable a las futuras generaciones, cerca de un millón de especies estén en peligro de extinción; y la contaminación continúa envenenando nuestro aire, tierra y agua.