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Martín González / Modelo Colaborativo Empresarial 



La universidad para Latinoamérica.

Los campos académicos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, así como la analítica empresarial (Compliance) y financiera evolucionan con tal prontitud en los centros universitarios al igual que los métodos y prácticas utilizados para enseñarles, y estudiarlos. Sin embargo, para seguir atrayendo a los estudiantes a nuestros institutos y universidades con el propósito de prepararlos adecuadamente en los campos en constante evolución, nuestros planes de estudio deben seguir el acelerado ritmo de materialización científico - laboral. La hipótesis no debe excluir las disciplinas de ciencias sociales y humanidades.

 

Por desgracia, el profesorado suele resistirse al cambio, y los decanos y otros responsables académicos (administrativos) pueden mostrarse reacios a las transformaciones evidentes, y en consecuencia no apoyan realizar las modificaciones necesarias. Para las disciplinas de humanidades tradicionalmente esto no es un problema; incluso puede ser una virtud. Pero en el caso de las tecnológicas el problema se está agudizando en nuestros países.

 

¿Cómo pueden entonces nuestras universidades e institutos de educación en Latinoamérica con visión de futuro superar la inercia en el cambio curricular e integrar las competencias necesarias, con el objetivo de que los estudiantes vean de alguna manera establecida la actualización directa entre los cursos y sus desempeños profesionales al concluir los estudios?

 

Parte de la respuesta supongo puede encontrarse en un modelo de colaboración académica con la empresa. En países como Estados Unidos, Canadá, Alemania e Inglaterra desde hace más de una década, el mundo académico y la industria han dejado atrás las relaciones transaccionales (financiación y realización de proyectos de investigación puntuales, destinados a crear y comercializar innovaciones tecnológicas o pedagógicas) para forjar colaboraciones a largo plazo mucho más profundas, diseñadas con el afán de avanzar mutuamente en los campos de investigación, desarrollo y docencia.

 

Algunas universidades y empresas dan un paso más al colaborar para desarrollar planes de estudios y espacios físicos en los que los estudiantes aprenden, innovan y trabajan con las tecnologías de vanguardia que encontrarán cuando entren en el mundo laboral. Lamentablemente una vez construidos estos centros o espacios, las interacciones con las empresas o corporativos tienden a disminuir y sólo se producen interacciones esporádicas, como un conferenciante invitado de la empresa o un posible puesto de prácticas para los alumnos, y no hay ninguna aportación substancial en el plan de estudios.

 

Un modelo de colaboración debe ir más allá de la mera construcción de instalaciones debe incluye la creación de asociaciones sostenibles con un consorcio de empresas o profesionales de diversos sectores. La colaboración más estrecha entre el mundo académico y la empresa puede inspirar enfoques creativos para integrar nuevas habilidades en el plan de estudios sin dejar de enseñar los fundamentos de cada disciplina. El vértice del modelo de consorcio empresarial es formar graduados que se incorporen al mundo especializado donde los estudiantes se encuentren al menos familiarizados con las tecnologías y procedimientos de vanguardia, que tengan experiencia práctica en su uso, y que sepan cómo aplicarlas en entornos empresariales, corporativos, legales, financieros, digitales o tecnológicos.

 

Esto podría significar sustituir la oferta obsoleta (currícula académica) por material de vanguardia que podría introducirse en los primeros cursos obligatorios y ampliarse en los optativos. El modelo de colaboración nos permite al profesorado saber qué cambios son necesarios en los planes de estudios, nos anima a abordar la innovación curricular y, lo que es más importante, nos permite ofrecer el tipo de experiencia educativa rica y gratificante que desean nuestras mentes jóvenes más brillantes.

 

América duerme en Paz, pronto iremos a la LUNA de nuevo.

 

Pd. Mañana serán 110 años que la Cámara de los Lores (Inglaterra, 1914) negó el voto a las MUJERES.

 


 

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