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Victor Mantilla / Mentes preparadas, Empresas preparadas

Durante mi tiempo dictando en la universidad siempre iniciaba clases con la frase: “Las Oportunidades existen sólo para los ojos de las mentes preparadas”, la cual pertenece a Louis Pasteur y fue acuñada al explicar cómo Hans Christian Orsted descubrió el electromagnetismo. Esto sucedió mientras trabajaba con pilas volta e hilos de cobre, lo que generó el inesperado movimiento de una aguja al imantarse.


Orsted atribuyó el fenómeno a la fuerza que ejercía sobre la aguja el campo electromagnético del hilo de cobre generado por la pila volta. Al respecto, Pasteur en su discurso enfatizó que “algunos pensarán que fue por casualidad, pero deben recordar que, en el campo de la observación, la suerte solo favorece a la mente preparada y sólo aquel que procede con método y disciplina puede aspirar a ver esas casualidades”


Para Pasteur la observación de un científico a la hora de realizar un experimento se hace superior, al poseer una preparación técnica y académica de quien observa, ya que es la única manera de interpretar, entender y repetir un fenómeno. Por ello, incluso, afirmaba que “la suerte ni siquiera se revelará para aquellos que no tengan la debida disposición para esa observación superior”.


Esto es lo mismo que sucede con las empresas, ya que la capacitación tiene la función de mejorar el presente y ayudar a construir un futuro de los colaboradores; y a través de ellos lograr que la empresa esté en la capacidad, tanto de detectar los problemas y encontrar sus soluciones, como identificar las mejores oportunidades para la organización. Además, recordemos que el plan de capacitación suma a ese salario emocional que los colaboradores valoran cada vez más, como se indicó en un artículo anterior (https://www.efectividat.com/post/victor-mantilla-salarios-no-monetarioshoy-m%C3%A1s-que-nunca)


Por ello desarrollar un buen plan de capacitación es vital para toda empresa, el cual, a mi criterio, posee 5 pasos. Este plan requiere el involucramiento de los líderes de las áreas estratégicas de la organización -orquestados por RRHH- para detectar todas las necesidades de aprendizaje de sus colaboradores y validar lo aprendido. Por ello es necesario establecer todos los objetivos de la empresa para que a partir de ello se identifiquen las habilidades o capacidades que se requieren reforzar en el corto, mediano y largo plazo; este sería el primer paso.


Como segundo paso, se requiere clasificar y jerarquizar las necesidades de capacitación que se han identificado. Esta clasificación debe ordenarse en un horizonte temporal para definir las de mayor importancia y que requieren una atención inmediata, además de saber cuáles serán programadas en el mediano y largo plazo. Todo ello acorde con lo que se requiere para alcanzar los objetivos y metas trazados.


El tercer paso es relevante y medular, ya que consiste en la definición de los resultados esperados de la capacitación y que estén en línea con los objetivos de la compañía. Para ello debe determinarse la relación entre las capacitaciones y la aplicación de lo que se aprenderá, así como definir como confirmar que se ha logrado. Estos resultados deben ser formulados claramente y requieren establecer una forma simple de medirlos para evaluar lo alcanzado.


Luego de todo lo anterior toca lo más pesado, la elaboración del programa de capacitación que considere (i) el contenido de los cursos, (ii) las técnicas y ayudas a emplear, (iii) la programación de fechas y horarios, (iv) los colaboradores a capacitar, (v) los instructores a cargo y -con todo ello- (vi) definir el presupuesto. Acá toca recordar la necesaria jerarquización de requerimientos y dimensionar a partir de ello la profundización de las capacitaciones a implementar.


El quinto paso considera la implementación del plan de capacitación y la evaluación correspondiente. Debe definirse tanto la evaluación de los capacitados, vía exámenes, como la satisfacción y utilidad de lo aprendido, vía encuestas.


Es así que el segundo y quinto paso son vitales para poder contar con un plan de capacitación eficiente y efectivo y, con ello, asegurar que obtendremos un retorno significativo de la inversión hecha. Un consejo adicional, el material que se trabaje utilícelo en los programas de inducción de nuevos colaboradores y/o cuando se realice un ascenso.


Debemos tener claro que el éxito de una empresa depende de tener un líder que defina los objetivos y la estrategia para lograrlos, pero -en mayor medida- importa tener un equipo que identifique los riesgos, problemas y amenazas para alcanzar lo trazado. Justamente el plan de capacitación brinda al equipo la posibilidad de detectar ello, así como los momentos propicios y adecuados para acelerar las acciones para cumplir con la estrategia definida y alcanzar los objetivos de manera más rápida. En línea con Pasteur, la suerte solo favorecerá a quienes posean capacitación y a mayor capacitación, mayor posibilidad de aprovechar esas “casualidades” o “momentos de suerte” que se presenten.


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