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Yaneth Arteta / ¿El derecho al aborto o a la vida? (1 de 2)


Entre todas las formas de vida, particularmente la humana ha merecido desde hace siglos y aun en la actualidad, el estudio exhaustivo por la ciencia dado su comportamiento de desarrollo extraordinario y maravilloso, aun desde antes de la fecundación y la recreación misma de la vida humana.


El estudio y descubrimiento de los procesos que involucran su desarrollo, parte del profundo interés científico no sólo para conocer la normalidad también las posibles malformaciones que lleven a otros estudios para la corrección de ellos, y seguramente este interés promueve en los científicos el apasionamiento y la fascinación por descubrir la esencia humana o más allá de ella. Como diría Aristóteles (350AC), la ciencia comienza con la admiración: "Es debido al asombro que la gente comenzó a filosofar y el maravillarse sigue siendo el principio del conocimiento"; nada mejor que la vida humana, sin desmerecer las otras formas de vida.


Pues el asombro de los científicos se concreta entre otras ramas, en el estudio embriológico que nos ofrece el descubrimiento sobre el origen y desarrollo del homosapiens, principalmente en dos aspectos, La anatomía que se ocupa de los cambios morfológicos que se produce en las células, tejidos, órganos y cuerpo en su conjunto desde la célula germinal de cada progenitor hasta el adulto, y la fisiología que explica el funcionamiento del organismo.


Sólo con fines de compartir un poco y a groso modo la maravilla del desarrollo humano, desde el primer día del ovocito fecundado, pasando en los próximos a evolucionar en estructuras que aun siendo microscópicas son componentes esenciales de la vida; aproximadamente el día 7 el ovocito fecundado se implanta en la cavidad uterina, llamándose embrión, el cual continua su desarrollo cada día que pasa, y para evitar extendernos en cada uno de ellos solo incidiremos en algunos que muestran la condición de lograr estructuras tan importantes como las neurales en el día 25 (antes de un mes), y en el día 28 el gran inicio del latido cardiaco. Después del mes, casi a las 5 semanas hasta la octava (dos meses) se desarrollan los miembros inferiores, placas de manos, inicio de formación de parpados, algunas estructuras ópticas, el intestino delgado, cabeza más redondeada, entre otros componentes anatómicos y fisiológicos.


Luego de los dos meses ya pasa a llamarse “feto” que hacia el tercer mes o 12 semanas continua con el progreso de cada una de las estructuras anatómicas, como cuello, barbilla, ojos, genitales, las uñas, osificación del esqueleto, oídos formados, cabeza erguida, el cuello bien definido, otros sistemas corporales y hasta responde a la estimulación de la piel materna. Las siguientes semanas y meses sólo queda completar el desarrollo de ciertas estructuras y crecer hasta el nacimiento.


En todo el proceso de su evolución muestra “vitalidad” en su esencia desde antes de la fecundación hacia la estructura en su formación de persona, -ovulo/espermatozoide, ovocito fecundado, embrión y feto-, etapas perfectamente definidas y holísticamente relacionadas en su integridad como Ser Humano.


No obstante, el secuenciado desarrollo humano, con cada una de sus etapas definidas pareciera no tener la misma valoración para las leyes, dado que se legisla sobre cada una de ellas para continuar o interrumpir su proceso evolutivo intrautero, a manera de pandemia y decidir quien vive y quien no, y me refiero a la legalización del aborto “hasta la semana 14” del embarazo, cuando ya un feto casi con desarrollo completo en la estructura humana, hoy a punto de que se detenga por el aborto legal en nuestra vecina Argentina.


Demos una mirada a la protección “legal” de la vida, veremos primero “Los derechos del niño” como un Derecho Humano, pero aplicable aquellos desde su “nacimiento” mereciendo el respeto y la amplia protección por el simple hecho de existir y estar vivo, es decir todos los derechos de vida y protección y perfectamente necesaria, que sin duda no cabe lo negociable bajo ninguna circunstancia adversa, cuyo amparo para contribuir a mejores cuidados se miden por indicadores como el índice de desarrollo humano IDH, y la tasa de mortalidad infantil y de menores de 5 años entre otras. Vale aclarar, explícitamente no involucra al feto menos al embrión, ¿es que necesitamos categóricamente derechos humanos para la esencia humana? Parece que sí.


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