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Yaneth Arteta / La mentira como arma (1 de 2)


La mentira como arma de batalla política


La mentira repetitiva llamada también mitomanía o también conocida como pseudología fantástica o mentira patológica. Y es que se trata de un trastorno psicológico que consiste en una conducta repetitiva del acto de mentir. Juan Moisés de la Serna, profesional Psicólogo, considera que "el mitómano busca con sus engaños la aceptación de los demás, y con ello trata de compensar sus ¨bajos niveles de autoestima".


Serna continua, "El mitómano no tiene un plan, no va buscando nada a medio o largo plazo más que la admiración inmediata. La clave para detectarles es descifrar la intencionalidad de sus bulos” …//… la mentira también está ligada a varias enfermedades mentales como la demencia, el trastorno límite de la personalidad, el trastorno antisocial o el trastorno bipolar.


Pueda que esta conducta en el mitómano implique no solo daño a si mismo, sino en sus relaciones con los de su entorno inmediato, y cuando este fenómeno se produce a un nivel inferencial mas amplio y poblacional, sus efectos no solo serán catastróficos, sino de larga data.


¿Y cómo identificar a un mitómano?


• A menudo hablan de experiencias y logros en los que parecen heroicos o victoriosos

• También cuentan historias donde son las víctimas en búsqueda de simpatía

• Sus historias tienden a ser elaboradas y llenas de detalle

• Pueden tener diferentes versiones de la misma historia


Parece que varios detalles de la mitomanía se circunscriben en gran medida en nuestro principal personaje político (en mis años de vida no antes visto), y es que repetitivamente la dualidad de sus aseveraciones complica aún más a la ya sensible sociedad peruana, constriñendo principalmente la economía cuyo resultado agudiza básicamente la situación socio sanitaria y laboral, impidiendo resurgir de nuestras cenizas por el embate de la pandemia, que según la OMS aun tiene para rato.

Y es que para nuestro político mitómano que sobrepasa a los ¨comunes¨, parece que no es de su interés los efectos de su conducta, efectos que calan la vida familiar y social en su mas exigua necesidad, la de alimentarse, la de tener agua como servicio mínimo, acceso a una consulta de salud aun sea virtual, o mejorar en lo mínimo el sistema educativo.


Pues veamos algo de semejanza por lo menos con tres aspectos de cómo identificar un mitómano:


• También cuentan historias donde son las víctimas en búsqueda de simpatía. La repetitiva historia de la conquista española y el saqueo peruano, circunstancia que lejos de levantar los hombros para demostrar la fortaleza del peruano, insiste en que la humillación debe ser parte de nuestras vidas a 500 años de ella. Vendiendo la idea de sentirnos derrotados, castigados, indignos, doblegados, vejados y víctimas, todo sinónimo que haga sentirnos por debajo de nadie, con pocas posibilidades a la oportunidad de demostrar que podemos alzarnos y ensalzar nuestra bandera hacia un mejor país hacia un firme desarrollo. El neoliberalismo, otra circunstancia que lejos de darle ¨otra oportunidad¨ para una reforma constructiva, nos entrega la concepción de que es causa de nuestra defunción en vida, aun cuando este tenga sus decenas de errores, tampoco son asumidos como elementos de corrección para el desarrollo peruano, y aunque solo se rescata lo malo, lo bueno queda a condición de lo peor. Pues toma lo malo de las coyunturas para victimizarse buscando la simpatía, más que obvio.

• Sus historias tienden a ser elaboradas y llenas de detalle y con suficiente astucia, sus orígenes nos hacen conocer con un sinfín de pormenores, que no es malo, lo malo radica en que estos pormenores de pueblerino, ruralidad, modestia, pobreza, los subsume en el ángulo de la victimización, historia que elabora con gran sagacidad para seducir al más ingenuo y logra la afinidad a sus intereses personales o grupales.

• Pueden tener diferentes versiones de la misma historia, más que evidente, propuestas políticas anunciadas, declaradas, recitadas, en una cara de la moneda, y en la otra, retiradas, rectificadas, anuladas. Increíblemente una mitomanía expuesta a la mayor claridad de luz.


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