La mentira como arma de batalla política
Miguel Ayuso en ¨Las metamorfosis de la Política Contemporánea, ¿Disolución o Restitución?, señala que ¨uno de los signos que caracterizan nuestro tiempo es el de las transformaciones de la política, que demandan nuevos esfuerzos de comprensión adaptados a las mismas¨, y que, además, nos dice que ¨las situaciones de crisis vienen marcadas por la concurrencia de signos contradictorios¨
Ante estas afirmaciones, toda trasformación de políticas ideológicas o dogmáticas sea de izquierda derecha o centro, necesariamente implicara esfuerzos de comprensión, que seria razonable hacerlo en la medida de su lógica y coherencia, sin embargo, el comportamiento político de hoy, de este momento y seguramente mañana y pasado, es tan conflictuado, irracional e incomprensible, dada la mitomanía que subyace en su acervo doctrinario, donde las incongruencias forman parte de este rompecabezas y que en gran medida su racionalidad y aun el entendimiento de su inmediato partidario nunca será su bandera de su progreso, precisamente por la mentira acumulada que entorpece una posibilidad consciente.
Entonces cabe preguntar, si la mitomanía al ser un elemento que infringe la moral, ¿será posible que nuestro personaje político pueda seguir ostentando el cargo público más alto del país?
Vale rescatar una conclusión de Ayuso, al exponer que la política clásica es una ciencia moral, que Aristóteles apodaba “práctica”, desenvuelta con un método dialéctico, mientras que la moderna, se afirmó como ciencia social, esto es, como técnica al servicio del artefacto estatal, presidida por una “razón” que se concreta dogmáticamente. La descomposición del Estado y la volatilización de su dogmática sólo han conducido al nihilismo, hoy campante.
Izquierda o derecha, no olvidemos que los defectos campean a las virtudes, y la política hoy divorciada del verdadero sentido de interés humano, en tanto que el logro de su ideología se sustenta más por la controversia que por una mínima verdad. Acaso otrora no vincularon estas formas de ganar adeptos, posiblemente sí, pero hoy, lamentablemente as incoherencias y la mitomanía son el eje transversal de sus facultades políticas.