Tasa de feminicidios 2017-2018 en relación al índice de desarrollo (IDH) e índice de desigualdad de género (IDG): una aproximación a la realidad de Europa, Norteamérica y América latina
Nuestro país al encontrarse en el puesto 9 de los países de América Latina respecto al IDH ostentando el nivel ALTO, muestra un índice mayor de desigualdad de género que Chile, Argentina, Uruguay, Costa Rica y México; pero menor respecto a Panamá, Brasil y Colombia (estos tres países con IDH mayor que Perú), y los países restantes. En este contexto resaltamos que la tasa de feminicidio en Perú, es la tercera de menor incidencia respecto a 17 países latinoamericanos, solo por encima de Chile y Colombia, y menor que Estados Unidos. Presentamos el siguiente cuadro, donde mostramos la tasa de feminicidio de tres países de América Latina con otros tres de Europa.
Notamos que la tasa de feminicidio de Chile se equipara con la de Finlandia, aun cuando este país lo supera en IDH y un menor IDG. Colombia muestra una mayor desigualdad de género respecto a los tres países europeos, no obstante, su tasa de feminicidio está por debajo de Dinamarca. Aunque Perú, teniendo un menor IDH y mayor IDG, no está lejos de la tasa de feminicidio de Dinamarca.
Si bien esperamos que razonablemente ante un mayor IDH, se encuentre menos desigualdad de género; por tanto, menos tasa de feminicidio, vemos que en varios países no se guarda esta ¨lógica¨, por tanto creemos que ambos índices de medición del desarrollo humano, IDH y IDG, aunque puedan comportarse como fuertes aspectos que influyan para enfrentar esta lacra social, no son variables determinantes perse, para la disminución de la tasa de feminicidio.
Cierto que se atribuye el feminicidio en gran medida a la desigualdad de género, y para América Latina el machismo, pero solo nos lleva a visibilizar esta causa como parte ¨de¨, soslayando que otros factores causales no se intervengan en la misma medida.
En el Perú según el INEI 2018, la ocupación de las víctimas por feminicidio fueron en su mayoría el de amas de casa con un 61%, 15% estudiantes, comerciantes 8,7% y en menor medidas otras ocupaciones. Según la relación de parentesco pareja/expareja o conviviente/ex conviviente suman un 69%; en relación al lugar de la ocurrencia, es la vivienda de la víctima o de ambos donde se produce la mayor proporción del feminicidio, con más del 50%; así mismo, según la modalidad utilizada, el estrangulamiento/asfixia y arma blanca conlleva cerca del 60%; y la mayor presunta causa son los celos, con alrededor del 50%. Para el 2018 existen aproximadamente 458 feminicidas en las penitenciarías del país, de los cuales, el 39% de los feminicidas alcanzaron un nivel educativo de secundaria completa, del mismo modo, otro grupo que cuenta con superior no universitaria incompleta y completa, universitaria incompleta y completa suman hasta un 14%, en consecuencia, más del 50% de los feminicidas tienen un considerable grado de educación, en tanto que otro grupo 45% presentan primaria incompleta, completa, hasta secundaria incompleta y solo un 1.4% son analfabetos. Por otro lado, según el estado civil casi el 80% de los agresores son solteros o convivientes y en mayor proporción son solteros con un 47.5%.
Pues necesitamos darle una mirada holística a las causas del feminicidio para poder desafiar en su conjunto con políticas públicas en razón de indagar las causas de las causas, políticas evaluadas y monitoreadas, evitando el incremento de ellas, más bien, arguyendo el razonamiento en función de la estadística y las investigaciones. Esperamos que el siguiente gobierno mire el contexto nacional e intervenga en la medida de rastrear cada comportamiento de su entorno, de su ambiente, costa, sierra y selva, cuya sustancia mediatoria marque una intervención plausible de sus necesidades.