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Alejandro Narváez / Tecnológicas y la economía (1 de 2)


2022: Tendencias tecnológicas y la economía


El siglo XXI no empezó hace 20 años. En realidad, lo hizo en marzo de 2020 y lo hizo de muy mala manera. El nuevo siglo nos ha bofeteado, pretendiendo hacernos despertar, pero la realidad ha sido muy distinta a lo esperado. El mundo se ha vuelto más débil y dependiente de dogmas y modelos económicos que se inoculan de un modo más burdo y menos sofisticado (cada vez más evidente). Y, cada vez somos menos capaces como sociedad de revelarnos contra todo ello.


Ahora sabemos que un estornudo de una fábrica china paraliza la logística internacional, que la energía renovable sale muy caro (al menos en Europa) y que cualquier excusa es buena para obligarnos a bajar la cabeza y complicarnos la vida. Ahora sabemos que parar el mundo es mucho más fácil que arrancarlo. Y que, arrancar nuevamente, ha supuesto el regreso de la inflación sin control. Una inflación que, si se analiza correctamente, cuando se interpreta bien el hipotético crecimiento y recuperación de la economía, no es más que un rebote de consumo inicial, y cuando todo se mete en el mismo saco descubrimos que hemos rozado la estanflación.


Pero también hemos descubierto que dependemos de la tecnología como nunca antes. Ese bofetón que nos dio el siglo XXI a inicios del año pasado, nos recordó que teníamos tecnología disponible para vivir de otro modo y no lo hacíamos. La pregunta es, si somos conscientes de ello.


Hay tecnologías que van a modificar nuestra vida más pronto que tarde y en el 2022 se verán claramente identificadas. Es muy difícil hacer predicciones en tiempos de alta volatilidad, en periodos donde la tecnología cambia exponencialmente, no obstante, vamos a tratar de arrojar algo de luz sobre 10 tendencias tecnológicas que van a afectar a la economía global en los próximos 12 meses.


1. Empieza la gran reorganización

Según los datos de empleo en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos, va seguir algo que en 2020 sucedió de manera inédita. Lo llaman “la gran reorganización” y representa que millones de trabajadores dejaron sus trabajos y muchos otros contemplaron cambiarlo. Esta tendencia está tomando velocidad. La gran revolución estará en la nueva denominación de eso que llamamos el contrato social (conocido como wage labor). El trabajo siempre ha sido lo mismo y siempre lo será. Lo que cambia a lo largo del tiempo es el tipo de problemas a solucionar y la forma de hacerlo.


Aún no tenemos claro cuáles son las características del nuevo contrato social, pero el próximo año las nuevas normas sociolaborales serán más visibles. Es evidente que por lo que viene y lo que vendrá necesitamos actualizar la versión caducada del contrato social. Hay numerosos cambios que afectan no sólo las formas de producción y la redistribución del capital, sino que la revolución digital plantea también muchos retos en el ámbito laboral.



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