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Carlos Ginocchio / Dislates agrarios (1 de 2)


En el filme Wall Street (1987), el financista Gordon Gekko, interpretado por Michael Douglas, afirmaba que “el bien más valioso del siglo XX es la información”, y continúa siéndolo actualmente. En el Perú, es una de nuestras debilidades: escasa, insuficiente, errónea, dispersa, y en muchos casos mal interpretada, por incapacidad o intereses personales. Decía Winston Churchill que existen tres clases de mentiras: piadosas, fuertes, y estadísticas.


Algunos ejemplos: en 2020 se publicó que la tasa de interés promedio de los créditos en el país, estaba entre 16% y 20%, lo cual era cierto considerando que los grandes grupos empresariales obtienen menores a 10% y concentran más de 70% de las colocaciones, pero si se considerara la ‘moda’ en base al número de clientes, esta superaría 50% y sin considerar comisiones. Uno más: un documento publicado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática-INEI, el 14 de mayo 2021, decía que la Línea de Pobreza es el equivalente monetario al costo de una canasta básica de consumo de alimentos y no alimentos, que para el año 2020 asciende a S/ 360 mensuales por habitante, la persona cuyo gasto mensual es menor a S/ 360 es considerada pobre; para una familia de cuatro miembros el costo de una canasta básica de consumo es de S/. 1 440 mensual. ¿puede alguien creer que una persona cuyo gasto mensual es S/ 400 ha dejado de ser pobre?


El suplemento ‘Bicentenario Perú 2021’ de un importante diario menciona que “2.2 millones son productores de agricultura familiar de subsistencia”, lo cual no es real. CENAGRO 2012 indica que de los 2.2 millones de productores agrarios, 1 millón están articulados al mercado (incluyendo Agricultura Familiar), producen para hacer negocio y venden sus cultivos a un mercado de abastos, bodega, industria, entre otros, y 1.2 millones son agricultura de subsistencia (probablemente se encuentren entre los 507,000 con menos de 0.5 hectáreas, más 700,000 de los 996,000 entre 0.5 y 2.9 hectáreas), lo cual significaría que aproximadamente 300 mil de estos ,producen para negocio.


Cuando se habla de productores de subsistencia se entiende que sus ingresos provienen de otra fuente, y ello no lo aclara el censo 2012. Estos orígenes podrían ser un negocio (bodega), u empleo (obrero) u oficio (albañil,) que, les podría estar generando mayores ingresos que la agricultura. ¿Cuántos de estos estarían dispuestos a dedicarse únicamente al negocio agrario, en la expectativa de un mayor ingreso que el actual, asociándose con otros, o con apoyo estatal? Aquellos que no les interese no pueden, entonces, ser calificados de agricultores, sino que deben ser incluidos en otro sector económico.


Existen quienes afirman que el sistema financiero solo atiende a 10% de los productores agrarios, lo cual no es real pues 1.2 millones de estos al ser subsistencia, no son sujetos de crédito, y en todo caso ameritan otras políticas para convertirlos en tales si es su intención. De acuerdo al cuadro expuesto, aproximadamente 27% de los sujetos de crédito, acceden a un crédito formal, y no estoy considerando el Banco Agropecuario ni las cooperativas supervisadas por la SBS, cuya información no está en la web de esta.


Este porcentaje es muy similar a otros sectores de la pequeña y micro empresa, lo cual no justifica que no debamos desarrollar esfuerzos e implementar políticas para incrementar la bancarización: seguro agrario comercial cofinanciado por el Estado que proteja la inversión del pequeño producto, fondos de cobertura, ley que otorgue 1% del presupuesto a gobiernos regionales y locales para avalar a productores de sus zonas, refuerzo de la banca de Desarrollo, información disponible y actualizada, mejora sistema de comercialización).


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