Hay bancadas con una ceguera que les impide percibir la vacancia presidencial no es factible, por la férrea oposición de cuatro grupos parlamentarios, y la división en las propias. Para ello se requiere que la mayoría de la población, especialmente los sectores de menores recursos, estén hartos y protestando en las calles. ¡Cuidado, que ya está sucediendo! Así fue con Fujimori (Marcha de los 4 suyos), y Merino.
La gestión del Ejecutivo presenta serias limitaciones, problemas, y hasta indicios de corrupción, lo cual puede desencadenar revueltas populares que presionen la renuncia, pero de aplicarse a los congresistas los mismos filtros y exigencias que a los ministros, el Parlamento correría la misma suerte.
La población desea se vayan todos, el Ejecutivo y el Congreso, y si se le encuesta, demandaría lo mismo de los integrantes del Jurado Nacional de Elecciones, la Fiscalía, y el Tribunal Constitucional, pues nuestras instituciones se encuentran desprestigiadas y la confianza en ellas, es mínima.
En lo que se refiere a Gareca, su contrato termina tras el repechaje si no clasificamos, y culminado el Mundial, de ser el caso; sin embargo, miles de comentarios, en las redes sociales, solicitan permanezca más allá de Qatar. Hay quienes lo proponen como presidente de la República, para lo cual habría que modificar la Constitución, el sueño de algunos partidos.
Dejando de lado la ironía, la gran diferencia que le ha permitido al entrenador argentino conseguir resultados positivos y mantenerse siete años con más de 90 encuentros dirigidos, es su liderazgo, traducido en buscar la unidad de sus jugadores, promover el trabajo en equipo de personas de todas las etnias, y procedencias, seleccionar a los mejores, disposición al cambio, desprenderse de intocables (Vargas y Pizarro, por ejemplo), motivar y transformar a jugadores que antes no tenían figuración (Cueva, Advíncula, entre otros). Incluso, la carcelería del presidente de la FPF no afectó su gestión.
Al parecer, en la política, no es factible legalmente ‘se vayan todos’ y nada garantiza los reemplazantes sean mejores, queda buscar puntos de encuentro, dialogar y tender puentes, abandonar posturas sin aceptación mayoritaria, celo en los nombramientos de ambos lados, y dejar a la prensa y fiscalía hacer su trabajo. De continuar los enfrentamientos, los riesgos son elevados, y como afirman Gabriela Camacho y Paola Sosa-Villagarcía en ‘Una democracia asediada por su élite: El Profe’: “el comportamiento irresponsable en la élite política de los últimos años ha contribuido a una percepción generalizada que la democracia realmente no está funcionando, sea porque no produce resultados concretos para la población, o porque todos los políticos son vistos como corruptos”, agregando que los costos de romper el estado de derecho son menores, “y se ha normalizado peligrosamente el surgimiento de populismos autoritarios de todos lados del espectro”. Más temprano que tarde, la población dará su última palabra.
Dos atingencias: los eternos detractores afirman si el VAR no le hubiera anulado el gol de Colombia a Ecuador, en los minutos finales, los locales habrían desplazado a Perú para el repechaje. Con esa óptica, si Yotún no fallaba el penal ante Argentina, Santamaría, Callens y Cueva no cometían los errores contra Uruguay, Ecuador, y Bolivia, estaríamos directamente clasificados. Los victimistas reclaman que no juguemos el repechaje en Doha (Qatar) porque nuestro rival sería casi local, y el clima caluroso atenta contra nuestro rendimiento, soslayando que en septiembre 2014 derrotamos a la selección de Qatar 2-0, en su país, con goles de Callens y Guerrero, equipo integrado por seis seleccionados actuales (Gallese, Callens, Advícnula, Carrillo, Trauco, Yotún). A diferencia de los políticos, Gareca nos ha dado una lección: vivir la realidad y no victimizarse, sino enfrentar los obstáculos, planificando para salir victoriosos.
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