Dimitri Senmache / Impávidos adormecidos aletargados
- Dimitri Senmache
- hace 19 horas
- 2 Min. de lectura
¿Hasta cuándo el gobierno central seguirá impávido frente a tantas muertes? ¿Y hasta cuándo la ciudadanía permanecerá callada, adormecida, aletargada?
La criminalidad se ríe y mofa de los estados de emergencia. Y el pomposo “cuarto de guerra” (#warroom) ha sido reducido a menos que nada, inservible ante una terrible y penosa realidad, una en la que la criminalidad organizada parece haber logrado el control de las principales actividades ilícitas tales como la minería ilegal, la trata de personas, la explotación sexual infantil, el homicidio por encargo (sicariato), el secuestro y las innumerables formas de extorsión.
Entre tanto, las penosas respuestas del Gobierno no terminan por cuajar. Son simples disparos al aire, acciones reactivas, vacías de contenido, ciegas, inconexas, insostenibles en el tiempo, que no forman parte de un plan definido ni mucho menos de una estrategia clara.
Y si, luego de ver la forma como estos cobardes criminales graban sus homicidios, seguimos desorientados, discutiendo torpemente si debemos o no calificar estos actos como terrorismo (que lo es), estaremos permitiendo que el problema siga creciendo hasta alcanzar un estado tan crítico como el que tuvimos en los años 80s y 90s con el terrorismo de Sendero y el MRTA.
Al parecer, la historia no nos ha enseñado mucho, pues estamos repitiendo los mismos errores del pasado, como el cometido en los 80s cuando algunos funcionarios despistados le dieron la categoría de “abigeos” a quienes eran terroristas.
Hoy, con una distancia de más de 40 años, muchos “políticos” se niegan a llamar a estos criminales como terroristas, argumentando que dicha categoría solo está reservada para quienes buscan hacerse del poder político y no así a simples delincuentes que solo buscarían ganancias económicas. ¡Qué equivocados están!!!
Solo una persona con ceguera cognitiva puede no ver lo obvio, que estas organizaciones criminales están ya involucrándose con el poder, primero auspiciando candidaturas, luego intentarán formar parte activa del Estado. Y cuando ello ocurra, la posible solución se nos habrá diluido entre los dedos, y el país terminará secuestrado por el crimen.
Ya es hora de que la ciudadanía haga sentir su presencia, su poder, y exija seriedad de sus autoridades, funcionarios que han sido puestos en gobiernos locales, regionales o nacionales para servir al país y no servirse de él para intereses personales o de grupos.
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