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Embajador Jorge Castañeda / Alianza Marítima India-Perú 

  • Embajador Jorge Castañeda
  • hace 36 minutos
  • 6 Min. de lectura

La India y América del Sur:  Los Puertos del Perú como Eje de una Alianza Marítima

 

En el escenario geoeconómico contemporáneo, donde más del 90% del volumen del comercio mundial se transporta por vía marítima y la cuenca del Pacífico se consolida como el centro neurálgico de la globalización, la capacidad marítima de una nación trasciende la mera posesión de una costa para convertirse en un determinante crítico de su poder e influencia. Esta capacidad se constituye sobre tres pilares fundamentales. Primero, la infraestructura portuaria de categoría mundial, que no solo incluye muelles y grúas, sino la profundidad para recibir mega buques, la eficiencia en la transferencia de carga y la conectividad con corredores logísticos terrestres, funcionando como el corazón del sistema circulatorio del comercio. Segundo, una marina mercante y de carga robusta, así como una posición en las rutas marítimas globales, que le permiten a un país no solo ser un destino, sino un actor protagónico en el transporte y la fijación de estándares del comercio oceánico.

 

El tercer pilar, quizás el más estratégico, es la proyección geopolítica a través de alianzas y presencia logística estratégica. Un país con una fuerte capacidad marítima no solo recibe barcos; influye en las cadenas de suministro globales, ofrece alternativas de rutas y se convierte en un hub o concentrador regional imprescindible. Es esta triada de elementos —infraestructura, flota y proyección— la que define directamente la resiliencia económica de un país ante disrupciones, al permitirle diversificar sus fuentes de abastecimiento y mercados. Garantiza la seguridad de su cadena de suministro, protegiéndolo de bloqueos o cuellos de botella en estrechos lejanos. Y, en última instancia, amplía su alcance geopolítico, transformándolo de un actor pasivo en un nodo esencial de la red logística global, con la influencia diplomática y el poder blando que ello conlleva. Quien controla los flujos en los puertos clave, influye en el destino de las economías.

 

En este escenario, la India emerge como una potencia con un interés estratégico creciente en América del Sur, buscando diversificar sus alianzas y asegurar nuevas rutas de abastecimiento y mercados. Sin embargo, su proyección en la región se ha visto históricamente limitada por una brecha de conectividad marítima eficiente y por la falta de un punto de apoyo logístico eficiente en ella.

 

Es aquí donde el desarrollo portuario del Perú, con un sistema que integra al consolidado Callao, el estratégico puerto de Chancay, que no es solo otra terminal; representa un cambio de paradigma. Al estar diseñado para recibir los buques portacontenedores más grandes del mundo (de hasta 21,000 TEUs), permite establecer rutas directas entre India y la costa oeste de Sudamérica, evitando los actuales transbordos en puertos lejanos y reduciendo drásticamente los tiempos y costos de flete.  Ello se complementa con los puertos de Matarani, Paita, Eten y Marcona, en expansión. Esta capacidad posiciona al Perú como la puerta de entrada más eficiente para los bienes e inversiones indias hacia toda la región, superando la principal limitación logística de la India al tiempo que le brinda una base operativa permanente desde donde desarrollar sus intercambios con Sudamérica.

 

El horizonte de esta alianza es prometedor. La inauguración del puerto de Chancay ha marcado un punto de inflexión, que requiere la consolidación de acuerdos comerciales y logísticos entre Peru y la India. En el mediano plazo, se puede aspirar a la creación de clústers industriales y tecnológicos impulsados por inversión india, transformando al Perú en un núcleo de innovación y servicios para la región. A largo plazo, esta asociación estratégica tiene el potencial de reconfigurar los flujos comerciales en el Pacífico Sur, posicionando a la India como una potencia marítima con una influencia económica y política sólida y resiliente en América del Sur. En definitiva, la apuesta por los puertos peruanos es, para la India, la ruta más directa hacia la construcción de una auténtica fortaleza marítima en el hemisferio occidental.

 

Oportunidades Concretas para la India a través del Perú

En el ámbito logístico y comercial, los puertos peruanos ofrecen a la India la posibilidad de establecer un centro de distribución regional estratégico. La instalación de un hub logístico en Chancay o Callao permitiría a las empresas indias consolidar y redistribuir sus manufacturas hacia mercados clave como Chile, Ecuador, Colombia y Brasil, optimizando sus operaciones continentales. Esta ventaja se potencia con la futura ruta marítima directa India-Chancay, que reduciría significativamente los tiempos de tránsito y costos de flete, actualmente sobrecargados por la necesidad de transbordos en puertos intermedios.

 

En el plano de inversiones y cadenas de suministro, se presenta la oportunidad de participar en zonas económicas especiales y parques industriales adyacentes a los puertos peruanos. Estas zonas ofrecen condiciones favorables para establecer plantas de procesamiento y manufactura, agregando valor localmente mientras se garantiza el acceso eficiente a recursos estratégicos. Particularmente relevante para la India es la posibilidad de asegurar suministros confiables de minerales esenciales como cobre y zinc, además de productos agropecuarios de alta demanda, mediante una logística de exportación optimizada que conecta directamente las zonas productivas peruanas con los mercados indios.

 

Desde la perspectiva de conectividad y geopolítica, el sistema portuario peruano permite a la India construir una red marítima resiliente en Sudamérica, disminuyendo su dependencia de rutas tradicionales y ampliando su margen de maniobra estratégica. Al desarrollar una presencia logística sustantiva en la costa pacífica sudamericana, la India no solo fortalece su seguridad de abastecimiento, sino que proyecta influencia mediante infraestructura y servicios portuarios de clase mundial. Esta presencia consolida su posición como potencia global con capacidades demostradas para contribuir al desarrollo de infraestructura crítica en la región, generando interdependencias favorables y posicionándose como socio indispensable para el crecimiento sudamericano.

 

Horizonte y Perspectivas de Futuro

En el corto plazo (2025-2030), la prioridad estratégica debe centrarse en la conclusión exitosa del Tratado de Libre Comercio entre Perú y la India, complementado con acuerdos específicos de protección de inversiones y cooperación logística. Estos instrumentos jurídicos sentarán las bases para aprovechar plenamente la capacidad instalada y proyectada de los puertos peruanos, particularmente con la entrada en operación del Megapuerto de Chancay. Paralelamente, se espera el desarrollo inicial de cadenas de valor integradas, donde empresas indias establecerían operaciones manufactureras y de procesamiento en zonas industriales aledañas a los puertos, especialmente enfocadas en sectores como agroexportación, textiles y manufacturas metálicas. Este período también debería contemplar inversiones iniciales en conectividad terrestre hacia el interior de Sudamérica, particularmente en el Corredor Bioceánico Sur, que conecta los puertos del sur peruano con Brasil y Argentina.

 

En el mediano plazo (2030 en adelante), la relación bilateral estaría preparada para una transformación cualitativa, posicionando a la India como uno de los actores económicos y geopolíticos más influyentes en América del Sur. La consolidación de hubs logísticos indios en territorio peruano permitiría el desarrollo de servicios portuarios y logísticos de valor agregado, incluyendo centros de distribución inteligentes y sistemas de logística inversa. Esta presencia física se complementaría con una creciente influencia en los foros de integración regional, donde la India podría participar como observador o miembro asociado en organismos como la Alianza del Pacífico. La fortaleza marítima alcanzada a través de esta alianza estratégica equipararía la presencia india en el Pacífico Sur con la de otras potencias del Indo-Pacífico, transformando al país en un proveedor confiable de conectividad eurasiática para Sudamérica y fortaleciendo la arquitectura multipolar emergente en la región.

 

Conclusión

En un mundo donde el comercio marítimo define la fortaleza económica de las naciones, la capacidad de proyectar influencia depende críticamente de la infraestructura portuaria y las alianzas estratégicas. La red portuaria del Perú, con el puerto de Chancay como eje transformador, ofrece a la India la oportunidad histórica de superar su brecha de conectividad con América del Sur, estableciendo una plataforma logística permanente que le permitirá construir una presencia económica resiliente y de largo alcance en la región. Esta asociación estratégica trasciende lo bilateral para posicionarse como un factor reconfigurador de los flujos comerciales en el Pacífico Sur, creando un nuevo corredor marítimo que conectará directamente los mercados asiáticos con el corazón de Sudamérica, diversificando las rutas globales y fortaleciendo la multipolaridad en el sistema internacional. El éxito de esta alianza no solo marcará un hito en las relaciones India-Perú, sino que demostrará cómo la visión geoestratégica combinada con inversiones en infraestructura crítica puede redibujar el mapa de la conectividad global.


 

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