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Embajador Jorge Castañeda / Cultura como Activo Estratégico 

  • Embajador Jorge Castañeda
  • hace 5 días
  • 4 Min. de lectura

El Poder Blando Peruano: Patrimonio Cultural como Activo Estratégico en el Escenario Global

 

En la actualidad, el poder blando —la capacidad de influir mediante la atracción y la persuasión— es un pilar fundamental de la política exterior. Para el Perú, su legado cultural milenario trasciende de ser solo patrimonio identitario para convertirse en un activo estratégico.

 

Sin embargo, existe un desequilibrio. Mientras el patrimonio material ha sido el eje de su proyección internacional, el patrimonio cultural inmaterial —portador de sabiduría, identidad y técnicas ancestrales— no ha recibido la misma atención. Esto exige una estrategia urgente para salvaguardarlo, preservando sus técnicas tradicionales y promoviendo su aprovechamiento de forma efectiva y rentable.

 

Al proyectar este capital cultural de manera inteligente y equilibrada, el país puede construir una imagen positiva, fortalecer su influencia y generar beneficios tangibles para su desarrollo.

 

Los Pilares del Poder Blando Peruano

El poder blando peruano se sustenta en una diversidad cultural viva y ancestral. La gastronomía actúa como su embajador más efectivo; la calidad y creatividad de su cocina convierten a los restaurantes peruanos en centros de diplomacia cultural en el mundo.

 

La arqueología y el patrimonio material, con sitios como Machu Picchu y Caral, son testimonios tangibles de civilizaciones avanzadas. Este legado atrae no solo turismo, sino también admiración y respeto académico y cultural.

 

La cultura viva y las festividades reflejan la vitalidad de las tradiciones, expresadas en miles de danzas, música y celebraciones. El verdadero potencial reside en integrar la dimensión inmaterial —como los conocimientos de alfarería, textilería y agricultura— en la oferta de valor.

 

Estas prácticas no deben solo conservarse, sino dinamizarse como industrias culturales creativas y sostenibles. La Marca Perú sintetiza estos atributos, consolidando una imagen país atractiva para captar turismo, inversiones y abrir mercados.

 

Mecanismos de Proyección y Actores Clave

La efectividad de estos pilares depende de una promoción coordinada. Instituciones como el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Ministerio de Cultura y PROMPERÚ son cruciales.

 

Este ecosistema se complementa con actores no gubernamentales: la diáspora peruana, empresas que incorporan identidad en sus productos y, fundamentalmente, las comunidades locales y maestros artesanos. Estos últimos son los verdaderos guardianes del patrimonio inmaterial, y su bienestar económico es esencial para su preservación.

 

Programas como el Biocomercio, que fomenta exportaciones sostenibles de productos nativos, demuestran cómo la cultura se traduce en cadenas de valor. Es imperativo aplicar este modelo a los oficios tradicionales.

 

Esto implica crear mecanismos de certificación, proteger denominaciones de origen para artesanías y desarrollar plataformas de comercialización que aseguren una retribución justa. Estas acciones generan empleo, distribuyen riqueza y profesionalizan los sectores, creando un círculo virtuoso entre cultura y economía.

 

Lecciones del Contexto Internacional

Experiencias internacionales ofrecen lecciones valiosas. Corea del Sur transformó su cultura pop en una potencia global mediante inversión sistemática en industrias creativas.

 

Japón ha sido ejemplar en integrar lo material e inmaterial. La visita a un castillo (patrimonio material) se enriquece con la experiencia de la ceremonia del té o la observación de un artesano (patrimonio inmaterial),, duplicando el impacto turístico y económico.

 

Estos casos muestran que la proyección exitosa requiere elementos culturales auténticos y una estrategia estatal coherente a largo plazo que no separe lo material de lo inmaterial.

 

La Dualidad del Poder Blando: Fortalezas y Desafíos Críticos

Sin embargo, estos logros conviven con desafíos estructurales. La inestabilidad política, la alta informalidad laboral juvenil y la falta de protección jurídica para los conocimientos tradicionales socavan la credibilidad internacional.

 

La baja inversión en investigación y desarrollo y las deficiencias educativas limitan la capacidad de innovación. También existe el riesgo de mercantilizar el patrimonio inmaterial, despojándolo de su significado profundo.

 

Como muestran los casos internacionales, sin fundamentos internos sólidos y políticas culturales integradoras, el potencial del poder blando inevitablemente se ve limitado.

 

Impacto Estratégico: Beneficios Tangibles para el Perú

Un poder blando robusto genera dividendos concretos. Atrae inversión de calidad, incrementa el valor de exportaciones y facilita alianzas estratégicas. Además, diversifica el turismo hacia experiencias inmersivas.

 

El turismo vivencial, centrado en aprender técnicas ancestrales de las comunidades, se erige como un nicho de alto valor, más sostenible y distributivo que el turismo masivo.

 

Internamente, fortalece el orgullo identitario, dinamiza la economía creativa y cataliza la profesionalización de sectores clave. La demanda internacional estimula emprendimientos en música, cine, diseño y oficios artesanales creando empleo y asegurando la preservación del patrimonio mientras se establecen estándares más altos de calidad.

 

Al hacer rentable la tradición, se incentiva a las nuevas generaciones a aprender y perpetuar los oficios, combatir la desconexión intergeneracional y asegurar la sostenibilidad del patrimonio vivo.

 

Conclusión

La cultura peruana constituye un poder blando de inmenso valor. Su eficacia duradera, sin embargo, depende de una ecuación crucial: la riqueza del patrimonio debe estar respaldada por la solidez de los fundamentos nacionales.

 

Es imperativo cerrar la brecha entre el patrimonio material y el inmaterial, entendiendo que son dos caras de una misma moneda. La autenticidad de la experiencia peruana reside en su integración.

 

La experiencia comparada demuestra que el éxito requiere combinar elementos auténticos con estabilidad institucional, participación multisectorial y una estrategia coherente.

 

Para que el Perú consolide su influencia global, la proyección externa debe ir acompañada de un compromiso interno con la estabilidad política, la competitividad, la equidad social y la innovación.

 

De manera urgente, es esencial proteger y aprovechar de forma sostenible todo su espectro patrimonial, con especial énfasis en el invaluable y vulnerable legado inmaterial. Solo mediante este equilibrio fundamental el poder blando del país alcanzará su máximo potencial y se traducirá en desarrollo sostenible para todos.


 

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