Fabiola Morales / México lindo y querido
- Fabiola Morales

- hace 1 día
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México es uno de los pueblos con quien más nos identificamos; en ello tiene que ver nuestra historia paralela, por ser ambos herederos de importantes culturas milenarias y por haber sido, también, los dos virreinatos más importantes de la Nueva España. La ciudad de México y Lima fueron las capitales que, en su momento, se constituyeron en el foco cultural, religioso, político y económico de una nueva civilización mestiza.
En ellas, instituciones como la universidad fueron fundamentales en la construcción de una nueva cultura con raíces indígenas y occidentales que dieron a luz la conformación de familias y sociedades distintas a las de sus orígenes, pero fundidas en sus propias raíces. Desde Perú y México creció la América Hispana con capitanías anexas que luego se convirtieron, a su vez, en nuevos virreinatos. Por eso, podríamos decir que ambas naciones son la madre patria de los ahora países mestizos americanos.
Tanto México como Perú conservan similitud en su lengua, su religión mayoritaria, su danza, su folclore, su arquitectura, monumentos ancestrales y conformación de ciudades e instituciones; una hermandad innegable que se expresa en los rasgos y perfiles mestizos de su gente, en sus modos amables de convivencia, en la cadencia de su acento y también en sus problemas. Como bien anotaba Borges, si otros pueblos descienden de los barcos de emigrantes, el Perú y México son distintos, porque descienden de culturas ancestrales como la inca, la maya y la azteca.
El intercambio turístico, cultural y económico que tenemos con México ha fluido siempre con gran naturalidad; es por eso que nos duele que ahora, a nivel diplomático, hayamos tenido que romper relaciones con este país que, a pesar de no ser limítrofe, siempre lo hemos considerado cercano y, particularmente, hermano. Esta situación es, por tanto, una muestra del peso que están tomando las ideologías sobre la voluntad y la vida de los pueblos para destruir su unidad.
Desde que asumió el gobierno el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), liderado por el marxista autoritario Andrés Manuel López Obrador (AMLO), nuestras relaciones diplomáticas con México se vienen deteriorando por la intromisión de ese país en nuestros asuntos internos, más aún bajo el mandato de la actual presidenta Claudia Sheinbaum, heredera de AMLO, quien se niega a reconocer el proceso judicial que se le sigue a la ex presidenta del Consejo de Ministros del golpista Pedro Castillo, Betssy Chávez, considerándolo “político” y, por tanto, le ha ofrecido asilo.
Lo mismo hizo el gobierno de MORENA con Lilia Paredes y toda la familia del expresidente Castillo, que viven a cuerpo de rey con el producto de los impuestos de los ciudadanos mexicanos. A su vez, ese gobierno se ha encargado de “construir” un relato, a nivel internacional, por demás malintencionado y falso, victimizando al “profesor” con absurdos argumentos basados en supuesta discriminación social.
A tal punto llegó la intromisión del gobierno de AMLO que se negó a entregar la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico a Perú cuando le correspondía, y tuvo que mediar Chile para salvar las buenas relaciones entre los países que integran este mecanismo de integración regional.
En medio de la tensión, Cancillería no entrega hasta ahora el salvoconducto para Chávez; más bien, ha anunciado que el Perú pedirá a la OEA modificar la Convención de Caracas para impedir que procesados se acojan al asilo y evitar que esta figura sea usada como refugio judicial. El gobierno de México no puede actuar más con prepotencia y con base en intereses ideológicos.








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