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Embajador Jorge Castañeda / La Política Exterior 

  • Embajador Jorge Castañeda
  • hace 13 horas
  • 3 Min. de lectura

Embajador Jorge Castañeda / La Política Exterior

 

La Política Exterior: Un Motor de Desarrollo para el Perú

 

La Política General del Estado se despliega en dos ámbitos fundamentales: el interno, que se enfoca en el desarrollo nacional, y el externo, centrado en el relacionamiento internacional.

 

Para que sea efectiva, es crucial que ambos ámbitos estén perfectamente articulados. Solo así la política estatal será verdaderamente eficaz. Sin embargo, en la práctica, esta coordinación suele ser insuficiente. Esta falta de sintonía tiene una consecuencia grave: frena la ejecución del Plan Estratégico de Política Exterior, que es nuestra brújula en el escenario global. Este freno se debe principalmente a una falta de priorización política clara, una articulación intersectorial deficiente y un presupuesto inadecuado, lo que finalmente afecta nuestro desarrollo nacional.

 

Sin un impulso político decidido, la Política Exterior no puede desplegar todo su potencial como motor de desarrollo. Su papel fundamental queda limitado en cinco áreas cruciales:

 

1.     No puede maximizar las oportunidades de crecimiento. Una política exterior robusta abre nuevos mercados para las exportaciones, atrae inversión extranjera que genera empleo y promociona el turismo como fuente de ingresos. Cada tratado internacional firmado representa una puerta de oportunidad para las pymes y emprendedores.

2.     Se pierde capacidad competitiva. La conexión internacional es vital para acceder a los avances en ciencia, tecnología e innovación. Sin ella, no hay conexión con las redes globales de conocimiento que impulsan el desarrollo en el siglo XXI.

3.     No se atiende adecuadamente a los millones de connacionales en el exterior. Se requiere una red consular fortalecida que funcione como su red de seguridad. Desde asistencia legal hasta protección en emergencias, este apoyo no es un favor sino un derecho fundamental.

4.     Se debilita la seguridad nacional. Una diplomacia proactiva constituye la primera línea de defensa ante crisis internacionales. Permite anticipar riesgos, combatir el crimen transnacional organizado y proteger la soberanía mediante el derecho internacional.

5.     Pérdida de voz en el escenario global. En la arena internacional, la percepción se traduce directamente en poder. Un país con política exterior activa gana credibilidad y capacidad de influencia ("soft power"), permitiendo que productos, cultura e ideas proyecten una imagen moderna de país ante el mundo.

 

Priorizar la política exterior no es un gasto, es una inversión estratégica. Por esta razón, es imperativo que la Política General de Estado logre una coherencia perfecta entre sus dos ámbitos.

 

Para lograr este objetivo, el Plan Estratégico de Política Exterior debe ser una herramienta eficaz cuya creación e implementación sea un esfuerzo colectivo. No puede ser una tarea aislada de la Cancillería. El Ministerio de Relaciones Exteriores debe ejercer un liderazgo convocante, articulando a todos los sectores del Estado en un solo equipo.

 

El objetivo es claro: diseñar una hoja de ruta que refleje una visión compartida sobre nuestro rol en el mundo. Esto asegura que las acciones internacionales del Perú estén alineadas con las prioridades nacionales de desarrollo, manteniéndose a lo largo de todo el ciclo de gestión:

 

-       En la Planificación: Para definir objetivos realistas que beneficien a todos.

-       En el Presupuesto: Para asignar recursos de manera coherente con las metas comunes.

-       En la Ejecución: Para que cada ministerio actúe como un embajador de la estrategia en su ámbito.

-       En el Seguimiento y Evaluación: Para medir resultados, corregir el rumbo y rendir cuentas de manera transparente.

 

Los beneficios de esta alineación son contundentes. El Plan Estratégico de Política Exterior se convierte en una palanca de desarrollo mucho más poderosa porque:

 

-       · Unifica el mensaje del Perú en el exterior, proyectando seriedad y confianza.

-       · Evita la duplicación de esfuerzos y el gasto ineficiente.

-       · Logra que todos los participantes se sientan corresponsables de su éxito.

 

En esencia, una política exterior construida entre todos deja de ser solo "exterior" para convertirse en la proyección internacional de nuestro proyecto de país. Es la garantía para que nuestro rumbo en el mundo sea coherente, sostenible y beneficioso para todos los peruanos.

 

La decisión de asegurar esta alineación estratégica entre la política de desarrollo nacional y la política exterior corresponde, en última instancia, a la Presidencia de la República, en su rol de conductor supremo de la política general del Estado y garante de la unidad de acción del gobierno.

 

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