Ayer, 1 de octubre, celebramos el Día del Periodista Peruano, con este motivo, hacemos algunas reflexiones sobre el profesional de las Ciencias de la Comunicación que se dedica al ejercicio de informar, investigar, vigilar al poder y orientar a la opinión pública para la toma de las mejores decisiones en toda democracia.
Porque, aunque las herramientas y plataformas que sostienen y difunden los mensajes se han multiplicado, con la aparición de las redes sociales (Facebook, Instagram, Tiktok, YouTube, Twitter, WhatsApp, etc.), los retos de los profesionales son los mismos: vencer las dificultades para la búsqueda de la verdad, en medio de tantas ‘fakes news’ o noticias falsas y de una “cultura” relativista que se sustenta en la post verdad.
El derecho a la información y a la libertad de opinión, están garantizados en todas las Constituciones democráticas; sin embargo, en la práctica, muchas instituciones no facilitan ni entienden el valor de la transparencia, especialmente, aquellas que ostentan el poder político, económico o social, al más alto nivel. “La libertad, dice el profesor Ignacio Bel, es la premisa básica en el ejercicio de las facultades informativas”. En la medida en que los gobiernos recorten la libertad para investigar, recibir y difundir información a los periodistas, se están mostrando como autocráticos y totalitarios.
A la prensa le corresponde la vigilancia del poder, en nombre de los ciudadanos, que son los sujetos del derecho a la información, a una información donde no cabe la manipulación ni la mentira; porque como bien afirmaba el maestro José María Desantes, las noticias falsas no existen, en la medida que solo la verdad de los hechos sucedidos y que son de interés son noticia.
Pero al poder no le gusta que lo investiguen, ni vigilen, ni cuestionen; por eso caen en la tentación de mentir, callar o alejar a la prensa de su entorno, cuando lo que debieran hacer es todo lo contrario; facilitarles el camino a las fuentes de información, organizar ruedas de prensa con frecuencia y acceder a entrevistas con periodistas nacionales e internacionales. Los líderes de las instituciones y gobiernos democráticos deben ser necesariamente transparentes y buscar el diálogo con los ciudadanos a través de los medios.
El ‘feedback’ o comunicación de retorno es un activo que todo líder debe valorar, porque aún en la crítica más ácida, siempre hay un punto a rescatar para aprender y mejorar el propio ejercicio del poder y la autoridad que solo se justifica si está al servicio del bien común. Las redes sociales que han nacido para dar voz a quienes no tenían voz están demostrando que, cuando se cierran las puertas de la información, siempre hay otras que se abren y no siempre de la mejor manera.
Donde no hay información se producen los rumores, las ‘fake news’; de la misma manera como las fuentes que no se llenan de aguas cristalinas se convierten en charcos de aguas sucias. La verdad, tarde o temprano, se conoce, es por eso que cuando el poder se niega a entregarla, tal cual es, pierde la confianza que sostiene toda autoridad legítima y, poco a poco, va perdiendo el liderazgo necesario para gobernar.
En el Día del Periodista Peruano rendimos homenaje a quienes, con buena voluntad y valentía, cumplen con su deber de encontrar la verdad informativa, hasta las últimas consecuencias. El periodista de Caretas, Hugo Bustíos, fue uno de ellos; ojalá que a pesar de los años que han pasado, su asesinato no quede impune.
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