Fabiola Morales / ¿Es posible un pacto ético?
- Fabiola Morales
- hace 33 minutos
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Con la presentación de las listas de precandidatos a las próximas elecciones internas en los partidos políticos, ha sonado el silbato de inicio de la campaña electoral cara a los comicios generales, convocados para abril de 2026; por eso, el presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Roberto Burneo, se ha apurado en anunciar la firma del Pacto Ético Electoral.
El clima de polarización ideológica en que vivimos nos hace prever una época electoral intensa en el intercambio de adjetivos superlativos entre los candidatos que, como sospechamos, podría superar al de las ideas y propuestas de sus planes de gobierno o enfoques sobre el avance y desarrollo del país.
Por otra parte, un electorado distraído tampoco presta demasiado interés a los discursos cargados de conceptos y argumentos, por lo cual, lo más probable es que se recurra más a la imagen, el gesto y el show que se adapte mejor a medios, particularmente a las redes sociales, como la china, denominada TikTok, para transmitir mensajes capaces de atraer la emotividad positiva o negativa del votante.
En esta nueva plaza pública, donde se montarán los escenarios políticos, la inteligencia artificial (IA) tendrá un protagonismo excepcional y, no en pocos casos, será usada para golpear al adversario a través de la mentira y la manipulación, con más viabilidad que en otras ocasiones; porque es muy fácil lanzar fake news o noticias falsas, usando mensajes e imágenes, a una velocidad tal que será muy difícil desmontar.
A ello se sumarán las nuevas caricaturas, los “memes” que, en dos trazos irónico-burlescos, basados en la exageración o en la falsedad de determinadas características o acciones del adversario político, pueden provocarle un knockout que lo dejaría fuera de carrera en el momento preciso. Gran ejemplo es el famoso “chicharrón” que Alfredo Barnechea, entonces candidato, supuestamente no se quiso comer porque venía de las manos de una mujer del pueblo; esto bastó para sepultarlo.
Las campañas electorales, sin duda, son campos de batalla por el poder, por lo que es necesario colocar reglas de juego, no solo a nivel legal —que las hay—, sino también en el aspecto ético que exige el respeto al adversario y al elector, que debe emitir un voto informado; a tal punto que su infracción debiera ser causa de sanción no solo institucional, por parte del JNE, sino por el ciudadano vigilante.
Por otro lado, con 43 partidos políticos en contienda, estas elecciones se pintan mucho más complejas, por lo cual son más necesarias las reglas de conducta ética y transparencia para llegar a unos resultados limpios y sin tantos cuestionamientos que lleguen a quebrar la confianza en los líderes y en las instituciones democráticas.
El Pacto Ético Electoral es un documento que los partidos políticos están llamados a firmar, a fin de comprometerse de manera voluntaria a llevar a cabo una campaña electoral basada en el respeto mutuo, la transparencia y el cumplimiento de los principios propios de la democracia. Asimismo, se comprometen a ofrecer información veraz de sus propuestas programáticas a los ciudadanos y a evitar el acoso, el odio y la violencia.
En el Perú, el encargado de velar por su cumplimiento es el Tribunal de Honor, que detecta inconductas y resuelve controversias, siempre bajo el paraguas de un compromiso no vinculante, pero no menos importante, que alerta a la ciudadanía y contribuye a un proceso más confiable.
Más allá del documento, solo la buena voluntad de los líderes políticos que participen en estas complejas elecciones garantizará un clima de paz y fiesta democrática.




