Hoy estamos convocados a concurrir a las urnas para elegir a quien dirigirá el gobierno nacional al cumplirse el Bicentenario de la Independencia, con un escenario político polarizado, donde se juega nuestra libertad y democracia, amenazadas incluso con una asonada que traería como consecuencia un lunes negro, al estilo del salvajismo ocurrido en Chile y ahora en Colombia.
¿Será que el esfuerzo de los próceres y libertadores que culmina, tanto con la proclama de José de San Martín el 28 de julio de 1821, como con las gestas de Junín y Ayacucho, no logran dar sus frutos a 200 años de vida Republicana?
El éxito del proceso electoral de hoy está en manos de los ciudadanos responsables, los partidos políticos, la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas, e Instituciones como el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), quienes cumpliremos un papel fundamental saliendo a votar, conservando la paz y actuando con VERDAD y JUSTICIA.
Por eso, es lamentable que el Poder Judicial haya puesto al mando del JNE a una persona que, por las razones que sea, habría defendido y puesto en libertad a supuestos terroristas. Nadie duda que actuará con independencia en estos comicios, como corresponde; pero no debiera existir ni media sombra sobre una autoridad que, decidirá en última instancia, sobre el resultado de las elecciones del Bicentenario.
A la ONPE se le ha demostrado las irregularidades en las actas del Proceso de la Primera Vuelta; como también la cantidad de personas fallecidas que aparecen en los padrones de votación y como titulares de mesa. No solo de un año atrás, sino hasta de 20 años. Muy grave que, con los avances tecnológicos, no se hayan depurado los citados padrones como debe ser.
En este tema de los “muertos vivientes” también tiene responsabilidad el Reniec, porque no ha actualizado los datos de identificación. Y al ser una de sus altas funcionarias, candidata a la vicepresidencia por el partido de Perú Libre, es un asunto aún más delicado frente a la opinión pública.
Por otra parte, la estrategia de los “muertos vivientes” que aparecen en las listas para votar es muy conocida para el beneficio del gobierno de Maduro en Venezuela, una dictadura totalitaria decidida a eternizarse en el poder, a cualquier precio y que ha sido acusado hasta por la comisionada de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, como un gobierno que viola los Derechos Humanos.
“La verdad os hará libres” era la cita preferida del Evangelio, del papa polaco San Juan Pablo II, según una respuesta que le ofreció al periodista André Frossard en una entrevista realizada en 1981, quien escribió, además: “No hay nada más asombroso que, en labios de un Papa, la verdad sea calificada de valor fundamental. El octavo Mandamiento de la Biblia es: No Mentiras y Cristo restableció una regla muy clara: Que vuestro sí sea sí y vuestro no, no. Es un principio moral esencial.”
La LIBERTAD solo es posible en una sociedad en democracia, donde se respeta a las personas, las familias, las instituciones y la independencia de los poderes públicos; la MENTIRA y la TRAMPA devienen en una desconfianza que aniquila las buenas relaciones humanas. La vivencia de la VERDAD y SOLIDARIDAD, y no solo la prosperidad económica, son el secreto de los países que, teniendo menos recursos naturales que nosotros, son muchos más desarrollados. Exigimos elecciones limpias.
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