Henrry Zaira / Logística y EBITDA
- Henrry Zaira
- hace 1 día
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La logística ha dejado de ser una función meramente operativa y ha evolucionado a un activo estratégico esencial para la rentabilidad y resiliencia de las organizaciones contemporáneas (Christopher, 2016; Ivanov et al., 2019; Gunasekaran et al., 2017). Este proceso transformador continúa acelerándose, guiado por la digitalización y la integración de tecnologías emergentes como inteligencia artificial, automatización avanzada y análisis predictivo de datos (Salcedo, 2024). Estas herramientas revolucionan la gestión de recursos, permitiendo decisiones en tiempo real y una optimización holística de operaciones, donde el talento humano se convierte en catalizador de la transformación digital (Martín, 2024). La madurez tecnológica, combinada con metodologías ágiles y colaboración interorganizacional, redefine la competitividad en cadenas de suministro globales y regionales.
La gestión logística digitalizada constituye un factor determinante en la mejora del EBITDA (Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization), al incidir directamente en la eficiencia operativa y la rentabilidad real de las organizaciones, al margen de distorsiones financieras como intereses, impuestos o depreciaciones (Cargosapiens, 2024).
Diversos estudios, como el XIV Barómetro Círculo Logístico 2024 y análisis de casos latinoamericanos, evidencian que las empresas que priorizan la excelencia logística logran incrementos financieros significativos mediante la sistematización de procesos, la reducción de gastos operativos y la optimización del capital de trabajo (Ros Panduro, 2024; Apaza Tipo & Chura Vilcanqui, 2021).
Desde una perspectiva financiera, este impacto se explica porque los principales componentes del EBITDA —como los costos de ventas, gastos operativos y productividad— están estrechamente vinculados a decisiones logísticas estratégicas. En sectores intensivos en logística como manufactura, comercio y distribución, los costos asociados al transporte, almacenamiento y distribución representan una proporción sustancial del gasto total (Kaizen, 2025; Intelectium, 2025).
Las decisiones estratégicas como la automatización de centros de almacenamiento, la implementación de sistemas de gestión de inventarios en tiempo real, la consolidación de cargas, la optimización de rutas de transporte mediante algoritmos predictivos, la tercerización inteligente de servicios logísticos, y la digitalización de órdenes y trazabilidad, permiten reducir costos fijos y variables, mejorar la eficiencia de distribución y elevar la productividad del personal logístico. Estas acciones no solo fortalecen el margen EBITDA, sino que también incrementan su capacidad como proxy del flujo de caja operativo, lo que resulta relevante para decisiones de financiamiento, valorización empresarial e inversión en innovación logística (Banco Santander, 2025; BBVA, 2024; Cegid, 2025). En consecuencia, una logística planificada, integrada y sostenida se convierte en un motor estratégico de rentabilidad y resiliencia empresarial en entornos volátiles y altamente competitivos.
Especialmente en América Latina y Perú, donde infraestructura limitada y condiciones geográficas complejas presentan desafíos únicos, la transformación logística se ha materializado en la adopción de telemetría avanzada, plataformas digitales para gestión de flotas y algoritmos de optimización de rutas (Izard, 2023). En el corredor minero del sur peruano, por ejemplo, la integración tecnológica ha generado reducciones de hasta un 18% en consumo de combustible, incremento del 35% en eficiencia de carga y mejora del 45% en puntualidad, elevando márgenes EBITDA del 15% al 22% en dos años. Estas cifras evidencian que la excelencia logística y el rigor metodológico pueden alcanzarse en mercados emergentes, reafirmando el potencial estratégico de la gestión.
A escala global, empresas líderes como Amazon han roto paradigmas logísticos mediante la integración de más de 200,000 robots autónomos Kiva, sistemas de aprendizaje automático para predecir la demanda y algoritmos de optimización de rutas basados en IA, logrando disminuciones de un 20% en costos de almacenamiento y aumentos de hasta 3,5 veces en productividad (Amazon.com, Inc., 2023; Martín, 2024). El impacto en EBITDA se refleja en indicadores como la reducción de días de inventario promedio y el aumento del volumen de ventas por mejora en el servicio. A nivel europeo, Mercadona presenta casos de rotaciones de inventario entre 8,5 y 11,2 días, considerablemente menores al promedio sectorial, reafirmando el valor de la automatización y procesos colaborativos en la mejora de resultados financieros (Izard, 2023).
La logística impacta también en el ciclo de conversión de efectivo: el uso de IA y aprendizaje automático permite anticipar la demanda y ajustar inventarios en tiempo real, fortaleciendo el flujo de caja, reduciendo dependencia de financiamiento externo y elevando el retorno a los accionistas (Leporati & Morales, 2024). Los sistemas automáticos de inspección visual basados en IA han logrado reducir el costo de inspección en un 25% y subir la tasa de detección de defectos al 90%, optimizando simultáneamente la calidad y el coste operacional (Zhou et al., 2021; Kembro et al., 2018).
Los resultados de la transformación digital en logística son verificables en métricas sectoriales: el 49% de los profesionales consultados en el Barómetro Logístico 2024 reconoce que la Logística 4.0 ha elevado la eficiencia de la cadena de suministro, y el 51% de las empresas proyecta inversiones superiores al millón de euros en cinco años por la expectativa de retorno directo. Las proyecciones de Martín (2024) sugieren que para 2026, más del 75% de los usuarios emplearán machine learning y IA en operaciones logísticas, generando impactos cuantificables en reducción de costes, eficiencia, sostenibilidad y EBITDA. En empresas de bebidas y distribución regional, la transición a modelos logísticos digitalizados ha incrementado el margen EBITDA, sustentando la viabilidad de replicar estos estándares en entornos complejos y de alta exigencia operativa.
En cuanto a colaboraciones estratégicas, Martín (2024) y el Barómetro Logístico señalan que los proveedores constituyen más del 50% del gasto empresarial y deben ser considerados socios y extensiones operativas mediante sistemas inteligentes de intercambio y gestión, lo que potencia sinergias, alineación estratégica y eficiencia financiera. Además, la sostenibilidad en la cadena de suministro se consolida como motor de competitividad y eficiencia, alineando criterios ambientales y económicos (Centobelli et al., 2020; Barómetro Logístico, 2024). La optimización de rutas y modelos de gestión sostenible permiten disminuir simultáneamente emisiones y costos, lo que hoy representa el sexto criterio más valorado en procesos de contratación y subcontratación logística, según el Barómetro Logístico.
El proceso de implementación de proyectos sostenibles en logística exige diagnósticos precisos, pilotaje controlado y escalamiento integral, bajo medición continua de indicadores financieros y operativos orientados a verificar el impacto sobre EBITDA (Izard, 2023). Este proceso requiere de talento humano preparado, formación continua y gobernanza estratégica que potencie la creatividad y juicio crítico en combinación con capacidades digitales avanzadas (Raisch & Krakowski, 2021).
En la discusión académica, los marcos teóricos y la evidencia empírica recogida en Perú y mercados internacionales establecen que la logística digitalizada, estratégica y sostenible es el principal driver contemporáneo de rentabilidad y resiliencia empresarial. La maduración de estas prácticas implica desafíos de inversión, cambio cultural, desarrollo de talento especializado y construcción de ecosistemas colaborativos que exceden las fronteras organizacionales, maximizando valor económico, social y ambiental (Gunasekaran et al., 2017; XIV Barómetro Círculo Logístico, 2024; Martín, 2024).








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