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Herberth Cuba / Examen Nacional de Medicina

Más de 5,000 personas rindieron la prueba el último domingo


El domingo 19 de marzo del 2023, entre las 20 y 23 horas, los egresados de Medicina de las distintas universidades del país dieron el Examen Nacional de Medicina (ENAM). Según la Asociación de Facultades de Medicina (Aspefam), de un universo de 5,176 participantes habilitados se presentaron y dieron el examen 5059 –es decir, el 97.7% del total– a pesar de las situaciones difíciles por las que atraviesa el país. En esta cifra se deben considerar no sólo los estudiantes, también denominados internos, que egresarán este fin de mes sino también los médicos que habían desaprobado el examen y deseaban aprobarlo, y los médicos titulados en otros países. Si se toma en cuenta solo a los estudiantes, estuvieron aptos 4,064 y dieron el examen 3,969. Es decir, sólo 95 personas no se presentaron al examen, a pesar de los comunicados y los llamados a no dar el examen.


Los reclamos de la dirigencia estudiantil se basaban en que cuando se inscribieron se especificaba que el examen sería presencial y, por tanto, rendir un examen virtual es una arbitrariedad. Más aún por las disparidades tecnológicas en algunas regiones y a la confluencia de las situaciones de emergencia política y por las lluvias. También señalaban que el horario era inapropiado (domingo de 20 a 23 horas). En consecuencia, lanzaron la consigna de no dar el examen y exigir la prórroga hasta que existan las condiciones. Aunque parezca increíble, casi han sido los mismos los argumentos que se utilizaron para que el examen sea virtual. Es incierto el periodo que se necesitará para que cese la emergencia política y también los estragos por las lluvias.


El internado, o prácticas preprofesionales a tiempo completo, es el último año de estudios, pero coincide con el ENAM y con la sustentación de la tesis para optar el título profesional, para así obtener la colegiación profesional y estar apto para realizar el Serums, cuya inscripción está programada entre el 4 y el 19 de abril del 2023. En ese sentido, es comprensible que algunos estudiantes solicitaran el aplazamiento de uno u otro proceso. Menos comprensible es, que algunos médicos candidatos a las elecciones internas del Colegio Médico del Perú se hayan sumado al pedido de la postergación, quizá con el afán de ganar los votos de los jóvenes egresados, que votarán por primera vez en octubre del presente año.


Resulta loable el esfuerzo realizado por los estudiantes y el éxito logrado en el examen (ENAM), con buenas notas, y que además todas las universidades hayan aprobado. Es necesario remarcar que el porcentaje de desaprobados y el mal comportamiento de alguno de ellos (12 casos) se ha mantenido en los rangos históricos (en sus modalidades presencial y virtual). También, ha habido un grupo de estudiantes, alrededor de 80, que han tenido problemas técnicos con el uso de la herramienta informática durante el examen. Según Aspefam, se ha considerado una rápida solución para evitar perjudicarlos.


El ENAM evalúa “la suficiencia de los conocimientos en ciencias básicas, ciencias clínicas y en salud pública alcanzados por los estudiantes próximos a graduarse en alguna universidad peruana, así como, los titulados en el extranjero y los titulados en el Perú pero que fueron desaprobados con antelación. En este último caso, rinden el examen las veces que sea necesario hasta que obtengan una nota aprobatoria. El ENAM introduce una evaluación de calidad de los resultados educativos, distinto a la evaluación de calidad por procesos que parte, de una equivocada hipótesis, porque asume que una universidad que acredita idoneidad en todos sus procesos obtendrá, como consecuencia, egresados, también, de calidad. El examen nacional proporciona una información objetiva del nivel de preparación de los médicos generales que tendrá el país.


Además, ofrece un ranking de preparación de cada uno de los futuros médicos y del nivel académico, que en general, poseen cada una de las universidades que los forman o educan. Eso sí, hay que tomar en cuenta que no existe una relación directa determinista entre la acreditación de la calidad educativa de cada universidad y el desempeño individual de los estudiantes. Por ejemplo, el presente año, encabeza el ranking con el más alto puntaje una estudiante de la Universidad Nacional de Cajamarca, mientras que el promedio por universidad es liderado por la Universidad Particular Cayetano Heredia de Lima. Asimismo, el ENAM ajusta el perfil de formación a las necesidades del país, incluso, de aquellos que estudiaron en el extranjero. Encima, el ranking de calificaciones sirve, por un lado, al 70% de la calificación empleada para la distribución de plazas para el Servicio Rural Urbano Marginal (Serums) a que están obligados los médicos recién titulados, por tanto, una nota alta, da ventaja para escoger una plaza. Por otro lado, otorga un 5% adicional válido para el examen de admisión para realizar la especialidad médica (Residentado Médico), según la Ley 30453.


Desde el inicio ha habido renuencia para acatar la obligatoriedad del ENAM, incluso la intención de desaparecerlo. Por un lado, los detractores señalan que el examen es obligatorio, pero no hay obligación de aprobarlo. Es obvio que nadie da un examen por gusto, y que los peruanos no merecen ser atendidos por médicos desaprobados. En ese sentido, es razonable y adecuada la medida de otorgar facilidades para dar el examen las veces que sea necesario hasta aprobarlo. Por otro lado, los detractores afirman que es una barrera artificial de acceso al mercado laboral. Sin embargo, Indecopi, que es el órgano dedicado a intervenir e incluso sancionar cuando se trata de barreras de acceso al mercado, debido a que el ENAM está regulado por Ley 30453, está impedido de intervenir. Incluso, días previos al examen, ha existido la amenaza de acudir a Indecopi para impedir o reprogramar el examen.


En ese contexto es necesario reforzar, por un lado, la parte normativa para que proceso de acreditar la calidad de los resultados de la formación médica, como ocurre en otros países (EE.UU.), no se detenga; y por otro lado, que Aspefam consolide los exámenes ordinarios y los extraordinarios para darle fluidez al proceso y ahorrar tiempo a los futuros médicos. ¡El Perú necesita más y mejores médicos!


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