Pienso que para darle calidad de vida a los 33 millones de peruanos, en dónde hay que gestionar eficientemente más de 5 mil millones de dólares mensualmente, y hacer crecer el PBI de 250 mil millones de dólares, con un potencial económico enorme, por su biodiversidad, historia, y ubicación geográfica, se necesita realizar un exigente proceso de selección de los que van a presentarse como conductores de tremenda responsabilidad histórica, dónde está en juego el respeto a los que nos antecedieron, a nuestra propia vida y a la de nuestras siguientes generaciones.
No es cualquier cosa, la responsabilidad a asumir, por lo que considero que debemos reflexionar, sobre este sistema electoral, que no filtra nada. Si para ocupar cualquier puesto de trabajo se realiza un proceso de selección de personal, con cada vez más exigencias, en esta economía del conocimiento de este siglo XXI, cómo no la vamos a pedir para tan altos cargos, con tremendas responsabilidades.
Estamos viendo, que esto no da para más, la reducción de la clasificación de riesgo país a un paso de perder el Grado de Inversión, lo que incrementaría aún más la pobreza, y los resultados del incremento de la pobreza monetaria, con una clase política empeñada en tomar el poder para lograr la impunidad sea de la forma que sea, hasta logrando alianzas impensadas, como las de los que ganaron con los que perdieron, en la segunda vuelta, nos indican que su ciclo ya concluyó.
Una falta de integridad total, tal como se ve, con actuales funcionarios de alto rango, que, en la época de Castillo, se decían todo tipo de improperios con la Boluarte, y luego cuando ella tomó el poder, subordinados y defensores de ella, ante su giro político por quedarse en el poder, hizo alianza con los que fueron su oposición. No es serio, es que no hay planes de gobierno. No se sabe adónde estamos, ni adónde vamos. Y como no saben, cuando llegan al poder, no hacen lo debido, y ahí están los resultados.
Con tantos problemas a resolver, hace ya dos meses que la agenda nacional la ocupa los relojes Rólex, “prestados por el wayki”, y ahora con los problemas del hermano, relacionados con los que ya tiene la fiscalía, seguiremos perdiendo el tiempo, y la pobreza con el hambre se seguirán incrementando, mientras la prensa internacional seguirá alimentando nuestra alicaída imagen, con la consiguiente disminución de la atracción por invertir en el Perú, en las cantidades que pudieran ser posibles en un país tan rico, y eliminando por tanto la posibilidad de generar empleo, que tan necesario nos resulta.
Bueno sería arreglar nuestros problemas entre los mismos peruanos, pero algunos viendo que acá no hay ningún interés en irse del poder, y que la crisis política se solucione cuanto antes, están recurriendo a la Carta Democrática Interamericana de la OEA para que ayude a encontrar una salida a este deterioro democrático. Veremos que sucede.
Para solucionar los graves problemas que tenemos y aprovechar las enormes oportunidades que poseemos, necesitamos equipos de gente preparada, honesta, que quieran y conozcan al Perú, con planes estratégicos de desarrollos factibles, sustentables, con plazos de tiempo, presupuestos, y personal idóneo e intachable. En el Perú, los hay.
Pensemos en el Perú, que renuncien todos, ya esta clase política nos decepcionó y nos seguirá decepcionando. Hay que renovarla. Hagamos por Acuerdo Nacional, un grupo de poder transitorio a nuevas elecciones generales, en dónde sólo se permita participar a opciones electorales de calidad certificada internacionalmente, y que las elecciones parlamentarias, en dónde habrá también la máxima exigencia de selección para participar, se hagan en la segunda vuelta.
Premonitoriamente, luego de la primera vuelta electoral en abril del 2021, escribí un artículo: ¿Adónde nos llevan?, en dónde vislumbraba lo mal que nos iba a ir con esas dos opciones que pasaron a la segunda vuelta, porque ambas tenían pendientes con la justicia, no tenían plan de gobierno, ni equipos profesionales calificados, y que 4 de cada 5 peruanos, no había votado por ellos.
Lamentablemente no me equivoqué, como muchos, y esperemos no equivocarnos una vez más. Así no podemos seguir, es hora de tomar decisiones. Cambio y fuera.
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Albert Einstein
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