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Juan de Dios Guevara / Decisiones (2 de 4)


Tampoco debemos ser suspendidos por la Iniciativa Mundial de Transparencia en las industrias extractivas (EITI), debido al grave incumplimiento del Ministerio de Energía y Minas en la entrega del octavo informe nacional de transparencia, correspondiente al 2019 y 2020, a pesar de que diferentes organizaciones civiles y gremios de energía, minería e hidrocarburos ya lo habían advertido varios meses atrás.


Perú al igual que 50 países del mundo es parte del EITI, y desde su ingreso el 2005 había cumplido con publicar siete informes de transparencia que comprenden los años fiscales del 2004 al 2018. El octavo quedó en suspenso el 31 de marzo pasado y, aunque se le dio un plazo al Perú para reponerlo, el Minem, bajo la administración del ministro Carlos Palacios, ni siquiera contrató a un consultor para esa tarea, según informó la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE). Y ahora tenemos 6 meses para hacerlo, y poder así volver a ser un país atractivo y “posible” de invertir. No es por gusto, por lo tanto, la protesta porque se coloque personal idóneo. Se necesita, estabilidad, sostenibilidad. Competitividad, de los que ahí trabajan, para ser atractivos a la inversión, y generar empleo y renta. Por qué eso es lo que necesitamos.


Fue bueno escuchar la semana pasada, a varios ministros, en unas de esas sesiones lideradas por el Jefe de Estado para trabajar coordinadamente en el desarrollo de la cadena de valor textil, teniendo como base el emporio comercial de Gamarra, hacia los mercados internacionales. Recordé al economista Ricardo Hausmann de la Universidad de Harvard, que en un CADE (Conferencia Anual de Ejecutivos) pasado, del 2014, alentó a los empresarios peruanos, a que construyan una nueva cadena de valor, tal como la han desarrollado con la gastronomía, precisando, y llamándoles la atención, que es la única cadena de valor que el empresariado peruano, ha desarrollado en muchas décadas, contando con todas las ventajas y loas que le brindan a la constitución del 93.


Por ello, con mucha expectativa, esperé este miércoles la anunciada presentación del “Plan Algodón”, para el desarrollo de nuestros reconocidos algodones Tangüis (fibra corta) y Pima (fibra larga), que de más de 250 mil hectáreas que se dedicaban a su producción en los 60´s, por el norte Pima, y por el sur Tangüis, a los un poco más de 10 mil hectáreas que ahora se dedican a su producción en todo el país, merecían toda la atención posible. También tenemos la variedad Cerro. Habló cada ministro, como bueno, y se entendió, o por lo menos así lo quise entender, que era un programa de “Gamarra al mundo”, algo así, como “empezó el partido”, por lo que se escuchó, más de un ¡por fin!


Me ilusioné, porque por razones familiares, crecí muy cerca al algodón, en Pisco, Ica, en los 60´s, y algo aprendí, al ver todo el proceso. Desde su siembra, hasta la desmotadora en la Av. San Martín, camino al puerto de Pisco. Adicionalmente recordé, cuando trabajaba en la promoción de la integración peruano-brasileña, con CAPEBRAS, el primer sector que escogí para trabajar conjuntamente al mundo, fue el textil.


Brasil en los 90´s tenía diseño, moda, canales de comercialización internacional, y Perú tenía el algodón, adicional dela fibra de alpaca y vicuña, la maquinaria industrial, gran parte comprada a ellos, y ubicados en el Pacífico, con una historia milenaria, resaltada por los tejidos Paracas; por lo que producir acá conjuntamente, hacia la Cuenca del Pacífico, iba a ser algo bueno y rentable para los dos países.


Así es que para tal fin, traje a Lima a una productora de confecciones, una diseñadora de modas y una experta en publicidad y marketing de modas para el desarrollo de marcas propias, desde Curitiba-Brasil. La receptividad fue enorme, entrevistas en los medios, radio, televisión, y en la noche en la presentación en el auditorio del BBVA, no entraba un alfiler. Éxito total. Aplausos y compromisos futuros se escuchaban, hasta que las llevé a su hotel y se sucedió el atentado de Tarata, por lo que de inmediato las llamadas desde Brasil, preocupadas por su salud, hicieron que tomaran el primer avión de regreso a su país. Esta es la historia del Perú. La historia del querer hacer en el Perú. Muchas batallas perdidas por variables incontrolables.


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