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Juan de Dios Guevara / Dialogar es necesario (1 de 2)


Gracias al desarrollo científico de la humanidad, se ha logrado en relativo corto tiempo, que la OMS (Organización mundial de la salud) declare el fin de la emergencia sanitaria mundial por el COVID-19. En tres años murieron 6.9 millones de personas en el mundo, de los cuales 220.196 fueron en el Perú, que significaron ser el país con más muertos por millón en el mundo. Tres veces la cantidad de fallecidos, 77.572, según estimación de la Comisión de la Verdad y Reconciliación a consecuencia del enfrentamiento contra los terroristas. El dolor triplicado. Toda una desgracia. Desnudó nuestra realidad nacional. No teníamos la infraestructura de salud, para atender a nuestra población. Una triste realidad que la vivimos todos.


Y que la seguimos viviendo, me contaba un amigo de la época universitaria que hace una obra maravillosa con la congregación jesuita, en Jicamarca, “aquicito no más”, en San Juan de Lurigancho, km. 22 carretera Ramiro Prialé, con una población con pobreza y pobreza extrema, dónde han hecho un colegio a punta de Corazón de Jesús (nombre del colegio), que ya llegó a cubrir hasta quinto de media, y con ingresos a universidades de la promoción que han logrado con tanto esfuerzo. Empezaron con los primeros años, con desayuno, luego almuerzo, fueron avanzando en años escolares e infraestructura, y hoy dan primaria, secundaria, con desayuno y almuerzo a 1500 niños. Una obra espectacular, de las que hay que replicar. La solidaridad es apoyada con la responsabilidad social del sector empresarial. Solidaridad que se puede y se debe extender. Me decía, que el día del huayco fueron informados que una pobladora estaba con apendicitis, y no había la capacidad médica en la posta para poder atenderla, por lo que decidieron trasladarla a un centro de salud más cercano, en el momento justo que cayó un huayco, por lo que no pudo ser trasladada y murió por peritonitis. Esta es nuestra triste realidad.


Leo a su vez, que un padre de familia, denuncia que no operan a su hija por falta de anestesia en Hospital III Yanahuara de EsSalud de Arequipa. El padre contó que desde hace 6 meses estuvo programada la operación para el 3 de mayo, pero hasta el momento no se concreta. Los médicos reprogramaron la operación para el 17 de mayo, ante la repercusión de la noticia. Estos son nuestros servicios de salud.


Así mismo, nos enteramos que en lo que va del año se ha detectado un total de 60 mil 633 casos de la enfermedad del Dengue que se transmite a través de la picadura de un mosquito infectado. Piura tiene el mayor número de contagios y temen que se convierta en epidemia.


Igualmente, conocemos, que la reducción de la desnutrición crónica infantil se ha estancado en los últimos 5 años. La desnutrición crónica trunca el crecimiento de los niños en una etapa crítica lo que causa daños irreversibles a su desarrollo físico intelectual. La desnutrición crónica infantil se mantiene en alrededor del 12% por quinto año consecutivo. En zonas urbanas la desnutrición crónica registra niveles similares desde el 2018. En zonas rurales continuó su descenso, aunque el nivel aún es muy alto. Regiones con mayor tasa de desnutrición crónica infantil 2022 (en % menores de 5 años). De mayor a menor: Huancavelica, Loreto, Amazonas, Ucayali, Cajamarca.


En la anemia en 2009, el 50% de niños entre 6 meses y 3 años sufría de anemia, se redujo hasta 40% en 2019; sin embargo, en 2022 aumentó a 42%. Con la desnutrición crónica, tenemos dos graves problemas que impactan en el desarrollo infantil, y por lo tanto en nuestro futuro, ya que un país tiene su futuro en los más pequeños, pues de ellos dependerá la toma de decisiones y el proceso de desarrollo de su competitividad. La desnutrición crónica infantil impacta en la salud y el desarrollo cognitivo de los niños. La anemia infantil, impacta en el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso central, lo que puede resultar en retraso en el desarrollo físico y cognitivo.


La pobreza con la pandemia subió a 30%, bajó a 25% y tiende a subir. La FAO nos advierte que la inseguridad alimentaria está superando el 50%. El Banco Mundial nos advierte la posibilidad de que pasemos a ser 7 de cada 10 pobres. La corrupción y la incapacidad se manifiestan regularmente, como algo estable. La inseguridad por el incremento de la delincuencia, agravada por la corriente migratoria de los países vecinos, y de venezolanos y haitianos, hace cada vez más difícil la convivencia en las ciudades.


La informalidad lleva a extremos como el vivido en el distrito de San Martín de Porres, una combi chocó con un tráiler que transportaba gas, el chofer de la combi tiene brevete vencido y 7 papeletas, y el tráiler no cuenta con SOAT. Los conductores de la combi y del tráiler se encuentran detenidos en la comisaría del distrito. Hasta el momento, 70 casas han resultado afectadas. A cualquiera le puede pasar, y acá, ¿no pasa nada? Misma ley de la selva. Inseguridad total.


La educación con la pandemia sufrió terribles retrasos y desigualdades, por falta de internet en muchos lugares del país. También el control de la calidad universitaria llevado por la SUNEDU fue destruido por el mercantilismo, que nos genera profesionales, por ejemplo, que reducen el ancho de un río en Piura para que el presupuesto de su puente les alcance, y ahora que ha estado subiendo el caudal del río, se han originado desbordes e inundaciones, y la ruptura de las paredes de contención a pocos meses de ser inaugurado con las proféticas e irónicas palabras: “entregamos esta obra hecha para un siglo”.


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