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Juan de Dios Guevara / El vecino del costado 

  • Foto del escritor: Juan de Dios Guevara
    Juan de Dios Guevara
  • 29 jun
  • 6 Min. de lectura

Esta semana asistí al Foro Internacional Perú – Brasil, “Retrospectiva y Perspectivas del Acuerdo Comercial ACE58, tras sus 20 años de vigencia: TLC – La Agenda pendiente entre Perú y Brasil”, organizado por la Cámara de Comercio Brasil Perú (CAMBRAPER), lo cual nos trajo recuerdos de aquellos foros organizados hace casi 40 años, al grupo de amigos empresarios, ex socios, ex funcionarios  y antiguos directivos fundadores, como el suscrito, ex Presidente de CAPEBRAS (Cámara de Comercio Perú-Brasil), hace ya tanto tiempo, que en el Foro, nos encontramos y rememoramos.

 

Comentábamos, que era como ayer, pero con distintos personajes, con temas muy loables y vigentes en el tiempo, la agenda pendiente y desafíos de la integración Perú-Brasil, cómo la conectividad y facilitación del comercio entre nuestros dos países. Son tan vigentes, que los resumo, con pequeños ejemplos, cómo que el Perú exporta más a España que a Brasil, que está mucho más lejos que nuestro vecino, que está al lado, y que Chile que no es vecino de Brasil, le vende más que Perú, que es su vecino por 2.822 kilómetros. Y que un brasileño participante en el Foro por APEX Brasil (Plataforma brasilera de exportación), de inteligencia de mercados, ha detectado más de 15 mil millones de dólares de potencial exportable del Perú a Brasil.

 

En tal sentido, acompaño una idea que deben considerarla, y adicionarla a las conclusiones que han obtenido en el Foro mencionado, porque si se hiciera bien, la integración física, nos beneficiaría a todos. Ese potencial exportador sería mayor, el Perú ingresaría a un mercado de 220 millones de personas, la octava economía del mundo, el paso de las exportaciones de Brasil como puente hacia el Asia, nos beneficiaría con el efecto multiplicador del comercio exterior, y en sentido contrario, nos abriría rutas a los países de la Cuenca del Atlántico, con los cuales tenemos TLC, más todas las alianzas estratégicas de negocios que surgen con esta integración.

 

La integración Perú-Brasil, con el profundo interés estratégico de China, representa una oportunidad sin precedentes para redefinir la conectividad y el comercio en Sudamérica. Para el Perú, este megaproyecto tiene el potencial de ser un motor transformador de crecimiento económico, un catalizador para la descentralización y un impulsor de la diversificación productiva.

 

Sin embargo, la realización de esta ambiciosa visión dependerá críticamente de una negociación y una ejecución estratégicas que prioricen la sostenibilidad en todas sus dimensiones: económica, social y ambiental.

 

Es fundamental que el plan asegure una inclusión social genuina, la protección rigurosa de los ecosistemas vulnerables y una gobernanza transparente en cada etapa del proyecto.

 

Al abordar proactivamente los complejos desafíos técnicos de la ingeniería en los Andes y la Amazonía, al estructurar un financiamiento diversificado y responsable que mitigue los riesgos de deuda, y al establecer mecanismos robustos de participación ciudadana y contenido local, Perú puede asegurar que esta iniciativa se traduzca en beneficios tangibles y duraderos para sus ciudadanos y su territorio.

 

De esta manera, el país no solo consolidará su posición como un hub logístico clave en el Pacífico, sino que también podrá erigirse como un modelo de desarrollo sostenible e integrador en la región, demostrando que la infraestructura de gran escala puede ser sinónimo de progreso equitativo y respeto por el entorno.

 

Para asegurar que esta iniciativa genere un progreso genuino en Perú, la negociación e implementación deben priorizar el desarrollo territorial equilibrado, la generación de empleo local, la protección ambiental y social, y la transparencia en la gobernanza. El objetivo fundamental es lograr que los beneficios económicos y sociales se distribuyan equitativamente, al tiempo que se identifican y mitigan proactivamente los riesgos inherentes.

 

En cuanto al comercio actual y proyecciones, el intercambio bilateral entre Brasil y Perú fue significativo en 2024. La implementación del corredor bioceánico se proyecta como un catalizador para un crecimiento comercial exponencial, con un aumento estimado de hasta el 130% en las exportaciones brasileñas y peruanas, y el doble para las chinas. Esta infraestructura facilitaría el transporte de productos clave como soya, frijol, fosfatos y otros minerales, ofreciendo a Perú la oportunidad de diversificar su matriz exportadora y ascender en la cadena de valor mediante inversiones en procesamiento y manufactura. Esto requiere una política industrial proactiva que capitalice la ventaja logística.

 

El impacto estratégico en la logística global es considerable. El corredor bioceánico se posicionaría como un punto de inflexión en el comercio Asia-Sudamérica, consolidando una red ferroviaria como eje de conexión global. Este proyecto se percibe como una amenaza directa a la conectividad y los intereses económicos del Canal de Panamá, lo que subraya una reconfiguración fundamental de las rutas comerciales globales, posicionando a Perú y Brasil como nodos críticos en un nuevo eje transpacífico.

 

Por los lugares dónde decidan técnicamente vayan a transitar los trenes, por el norte, centro, sur del país, se deben considerar las especificaciones técnicas clave para una Red Ferroviaria Integrada. La construcción de una red ferroviaria eficiente en Perú y Brasil exige la armonización de especificaciones técnicas. Es fundamental lograr la uniformidad de anchos de vía, ya que Perú utiliza predominantemente el ancho estándar internacional (1.435 mm), mientras que Brasil opera con anchos métrico, irlandés y estándar. Sin esta uniformidad, los transbordos serían costosos y lentos, anulando las ganancias de eficiencia. Se deben armonizar también los protocolos operativos, sistemas de señalización y especificaciones del material rodante.

 

El diseño debe considerar la velocidad operativa, sistemas de vías de desvío y una adecuada longitud de frenado. La tensión eléctrica, el diseño funcional de las estaciones y el tipo y capacidad de vagones y locomotoras deben adaptarse al sistema. La ingeniería para terrenos complejos (Andes) representa un desafío significativo. Se requieren soluciones avanzadas como túneles largos, viaductos extensos y espirales ferroviarias para superar pendientes extremas y ganar altitud.

 

Perú cuenta con experiencia en ingeniería ferroviaria andina, y el plan debe priorizar el aprovechamiento y la expansión de esta capacidad local. Asimismo, el diseño para zonas inundables (Amazonía y Fenómeno de El Niño) es crucial, implicando la construcción de tramos aéreos, puentes y viaductos elevados para asegurar la operatividad continua y minimizar la afectación de cuerpos de agua. El diseño y análisis se beneficiarán del uso de software especializado.

 

La lista de productos clave a transportar incluye soya, maíz, azúcar, frijol y petróleo crudo desde Brasil hacia Asia (China), y cobre refinado, fosfatos, zinc crudo, concha de abanico, mango, plátano y arándano desde Perú (Costa/Sierra) también hacia Asia. Desde la Amazonía peruana, se esperan productos agrícolas variados y madera rolliza con destino a China. Esta diversidad resalta la lógica económica del proyecto y las oportunidades para el desarrollo de cadenas de valor locales.

 

Este proyecto de integración debe ser capaz de generar un desarrollo sostenible, territorial y de descentralización en el Perú, por lo que debe haber una Gestión de Impactos Socio ambientales La magnitud de los proyectos en ecosistemas sensibles como la Amazonía y los Andes demanda una gestión rigurosa de los impactos socio ambientales.

 

Es indispensable realizar Estudios de Impacto Ambiental (EIA) detallados y estratégicos, que vayan más allá de la identificación de problemas, considerando la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y los riesgos a largo plazo, aplicando medidas de mitigación y compensación efectivas.

 

La consulta previa es un derecho fundamental de los pueblos indígenas y debe aplicarse obligatoriamente, garantizando la participación genuina y el consentimiento informado. Además, se requieren mecanismos de monitoreo independiente y un estricto cumplimiento de estándares ambientales y sociales nacionales e internacionales.

 

Para un desarrollo verdaderamente sostenible, el enfoque debe ser de «co-creación» colaborativa con las comunidades, integrando su conocimiento tradicional y asegurando una distribución equitativa de beneficios.

 

Se tiene que fomentar el Desarrollo Territorial y el Emprendimiento Local.  La infraestructura de gran escala debe ser un motor para el desarrollo económico local. Es crucial implementar programas de capacitación y encadenamiento productivo que integren a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES) y a las comunidades vulnerables en las cadenas de valor generadas por los proyectos.

 

Para asegurar la sostenibilidad del desarrollo local, se necesitan fondos de desarrollo territorial específicos que apoyen emprendimientos y el desarrollo urbano sostenible en las zonas de influencia.

 

El plan debe diseñar intencionalmente políticas y programas que maximicen el derrame económico local, fomentando ecosistemas empresariales autosostenibles mediante fondos dedicados, programas de incubación y asistencia técnica, asegurando que los beneficios se traduzcan en una diversificación económica a largo plazo y una mejora en la calidad de vida, logrando una genuina descentralización y prosperidad compartida.

 

Espero continuar con este tema, porque el proceso de integración física con Brasil es una gran oportunidad que se nos presenta a los vecinos históricamente por 2.822 kilómetros, de poder ser países bioceánicos en el centro de Sudamérica. Debería organizarse una Comisión de Alto Nivel, que se dedique a la pronta implementación de este proyecto para que todos los buenos vecinos lo hagan muy bien, para su propio beneficio.


 

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