Juan de Dios Guevara / IA con Corazón Inca
- Juan de Dios Guevara

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Tecnología con Propósito para un Perú que Crea, No Copia
Viajemos un momento en el tiempo. No al futuro, sino 5,000 años atrás. Pensemos en Caral, en la ingeniería hidráulica de Tipón, en la precisión antisísmica de Machu Picchu. Esas piedras no son solo patrimonio: son recordatorios de que la innovación no nació en Silicon Valley. Resolver problemas imposibles está en nuestro ADN. Nuestros antepasados dominaron una geografía feroz, conectaron mundos distintos y crearon soluciones adelantadas a su época.
Hoy enfrentamos la misma geografía imposible y una pregunta urgente, ¿cómo hacemos que el progreso llegue a todos los peruanos? La respuesta parece ciencia ficción, pero ya está aquí: Inteligencia Artificial (IA). Pero no cualquier IA. Necesitamos una con Corazón Inca: humana, ética, resiliente y profundamente conectada con nuestra realidad diversa.
Rompiendo brechas, de un país desigual a un país inteligente. En el Perú del 2025, todavía hay niños que caminan horas para llegar a la escuela y madres que no son atendidas por falta de especialistas. Cerrar esas brechas parecía cosa de generaciones… hasta que apareció la IA.
La IA tiene un superpoder, escalar el conocimiento a costo casi cero. Con ello, las soluciones dejan de ser un privilegio de las ciudades y se vuelven accesibles para cada rincón del país.
Infraestructura que previene desastres, no que se derrumba
Sensores IoT conectados a IA pueden monitorear puentes, carreteras y ríos las 24 horas. El Perú deja de reaccionar tarde y empieza a prevenir. La IA se convierte en el médico de nuestra infraestructura.
Agro 4.0 en el bolsillo de Don Jacinto
Antes dependía solo de su intuición. Hoy, un mensaje de WhatsApp o una alerta en un celular básico le avisa cuándo regar, si viene una helada o si hay riesgo de plagas.
La misma inteligencia que usan las agroexportadoras… pero democratizada. Eso es sembrar desarrollo sostenible.
Salud para los invisibles
Un técnico en un puesto remoto toma una foto. En segundos, un modelo de IA entrega un diagnóstico preliminar con precisión de especialista. Esto ya ocurre hoy en Áncash y Amazonas con iniciativas como Mediclic + MINSA.
La IA no reemplaza al médico: le da superpoderes para llegar donde nunca pudo.
Educación que entiende a cada niño
Tutores virtuales que hablan quechua, aimara o Awajún pueden adaptar las clases al ritmo y frustraciones de cada estudiante. No todos aprenden igual. La IA sí lo entiende.
Una estrategia soberana y ética para un país diverso. La tecnología sin ética es un riesgo. Si la IA aprende de nuestros datos, puede reproducir sesgos, racismos y clasismos.
Por eso, el Perú necesita una estrategia soberana que sea:
Justa: que corrija prejuicios, no que los perpetúe.
Transparente: entender por qué la máquina decide lo que decide.
Inclusiva: que funcione en nuestras 48 lenguas originarias.
Soberana: que los datos peruanos sirvan primero al Perú.
Esto ya no es sueño: investigadores peruanos han creado modelos que superan a ChatGPT en tareas locales y en idiomas originarios. Estamos más cerca de ser creadores que simples consumidores.
Pero hay un requisito innegociable, conectividad. Sin internet en la tierra, no hay IA en la nube que sirva.
El Perú no está condenado a mirar; puede liderar. La verdadera innovación no es crear máquinas más inteligentes, sino construir una sociedad más sabia. Una sociedad que aprende, que se adapta, que colabora.
El Perú tiene todo para ser protagonista:
historia, creatividad, diversidad y un talento joven que ya no quiere copiar, sino crear.
Es momento de darle Corazón Inca a la Inteligencia Artificial, que hable nuestros idiomas, entienda nuestras realidades, cierre heridas ancestrales y abra oportunidades nuevas.
La próxima revolución tecnológica no nacerá solo en California. Puede nacer aquí. Con acento peruano. Con raíces profundas. Y con chacras.








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