Difícil momento nos toca vivir a poco de cumplir los 200 años de nuestra independencia. Incertidumbre en el futuro inmediato. El 6 de junio todavía no ha acabado y no se sabe cuándo acabará. El Perú sigue sorprendiendo por su regularidad para vivir en el caos. Hecho que preocupa porque el caos no te permite predecir adónde vamos a ir, ni cómo vamos acabar. Que se tenga que elegir en una segunda vuelta, entre dos candidatos, con el 70% del país, como mínimo, en su contra, hecho que no se ve en ninguna democracia en el mundo, debe llamarnos a reflexión, y acción inmediata.
El ambiente está polarizado, la sociedad dividida políticamente, con la vacunación avanzando a 100,000 personas diarias cómo meta promedio, y en Arequipa se percibe una tercera ola, con la aparición de una nueva variante del virus denominada, “india”. Si subieran el promedio a 150 mil diarios, con las vacunas ya compradas, podremos llegar a la inmunidad de rebaño, a fines del 2021.
Prioridad a atender. Las víctimas del COVID 19 suman ya más de 187 mil víctimas, y las carencias sanitarias exigen correcciones urgentes. Pero para ello se necesita incrementar los ingresos, y eso se logra reactivando la economía, que según las cifras se va recuperando.
A pesar de todo, hay buenas perspectivas económicas, el Banco Mundial elevó proyección de crecimiento económico para Perú a 10,3% en el 2021 del 8.1% previsto en marzo, y 7.6% estimado en enero del presente año. Resulta que este incremento se daría impulsado por el consumo privado y una aceleración de la inversión pública. Además de buenos precios del cobre, a 4 dólares 70 la libra y el oro, el zinc y la harina de pescado al alza.
Nuestra ventaja como país, es que no dependemos de un producto, tenemos diversidad. Imagínense darles valor agregado a todas nuestras riquezas. Los precios de exportación de nuestros productos están al alza, por el crecimiento que está logrando China y por el impulso fiscal de USA a su economía, lo que hace prever un ciclo de buenos precios. Pero para hacer una economía sana, debemos evitar el depender de los ciclos de buenos precios de las materias primas. Hacer cadenas de valor, es imperativo.
En las últimas décadas, triste es decirlo, la única cadena de valor que hemos desarrollado es la alimentaria. Con tantas ventajas comparativas que tenemos, cuantas más cadenas de valor competitivas podemos desarrollar. Manos a la obra. Así mismo las tasas de interés de la Reserva Federal en USA, como la tasa del BCR en Perú se mantienen bajas cercanas a cero, promoviendo de esta manera el flujo de capitales.
En abril, la economía peruana habría crecido 60% según el BCR. El alto crecimiento responde a que se toma como base la caída de 40% del PBI de ese mismo mes del año pasado, cuando vivimos la catástrofe de la pandemia y el confinamiento, obligando a frenar los motores de nuestra economía.
Seguimos estando por debajo de niveles pre pandemia, pero las perspectivas son buenas ante los avances en el proceso de vacunación, a mejores condiciones crediticias y la posibilidad de apoyo externo, tal como reflejan las noticias sobre los acuerdos que están tomando en Londres en la reunión del G7 conformada por los jefes de Estado y de gobierno de grandes economías como Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido. A la cual han invitado a sus homólogos de Corea del Sur, Sudáfrica, Australia, e India, además del secretario general de la ONU, António Guterres.