Una causa noble a perseguir es aumentar el conocimiento y la verdad entre los hombres. Sin conocimiento estamos en la oscuridad y sin la verdad somos esclavos. Simón Bolívar.
Qué triste 28, la realidad social, económica, política, no nos permite decir con orgullo Feliz 28, cuando poco más de la mitad de los peruanos, 17.6 millones de compatriotas, ha padecido de inseguridad alimentaria, entre el 2021-2023, esto es, que no les ha alcanzado para comer tres veces al día, o han pasado uno o varios días sin comer, según informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el informe también señala que en América Latina y el Caribe, la inseguridad alimentaria bajó de 31.4% a 28.2%, pero en el Perú, fue a la inversa, se incrementó.
Esto es muy grave, hay que ser muy indolente para no exigir medidas claras, inteligentes y posibles, y permitir que el pan diario que se lo pide muy fervientemente rezando el Padre Nuestro: “…El pan nuestro de cada día…”, no le llegue a más de la mitad de la población peruana, sean estos niños, adultos, adultos mayores.
Aparte de lo inhumano, lo complejo que resulta la convivencia entre unos que comen con otros que no. Su existencia hace muy vulnerable a la sociedad, es fácil imaginarse que si una persona no tiene para comer y encima tiene otros cercanos que tampoco comen, hará lo que sea para sobrevivir, y ese hará lo que sea, es muy amplio y por eso se ven tantas noticias diariamente de robos, violaciones, secuestros, extorsiones, asesinatos, etc., fiel reflejo de que más de la mitad de la población, no come bien, y por lo tanto no vive bien, y en consecuencia a todos nos hace vivir mal, cómo ahora, en que estamos cerca de llegar a la cuarta parte del siglo XXI.
Esto nos demuestra que no sólo se pide una excelente gestión de las fuerzas del orden, sino también una excelente gestión económica con un modelo económico que se traduzca en mejorar la calidad de vida de toda nuestra población. Tenemos que aceptar, comprender que el desarrollo no equivale a la expansión del mercado, la pobreza, el desempleo, la marginación social continúan, tal como lo estamos viendo, y el famoso “chorreo” no llega como lo anunciaban y nadie puede predecir en cuantos años este va a llegar y si con su llegada, los problemas que enfrentamos se van a solucionar. Es hora de pensarlo y tomar decisiones.
Por su parte, el Estado como lo vivimos es ineficiente, es grande, enorme y no logra satisfacer a la gran cantidad de la población que no tiene servicios de salud, educación, justicia, seguridad, formación de valores, ejemplos a seguir y recordar, agua, desagüe, reglas de juego claras, instituciones sólidas, división de poderes, rumbo, destino, motivación, honestidad, conocimientos, innovaciones, confianza y en fin todo lo que necesitan los seres humanos, para vivir en una sociedad que progresa y se desarrolla en paz y armonía.
Es evidente que la pobreza y la desigualdad son temas prioritarios a resolver, y se encuentran en la agenda del desarrollo, pero para ello necesitamos liderazgo, que convoque, que nos señale un rumbo, una hoja de ruta, con visión de futuro, con planes estratégicos a corto, mediano y largo plazo, con equipos de trabajo, con experiencia, capaces, honestos, y ese líder que tenga la autoridad moral, para poder liderar con el ejemplo. Pero desafortunadamente no lo tenemos. Tenemos un estado lento e ineficiente, que hay que reformarlo, meritocracia en todos los niveles. Los resultados lo dicen, a mediados de este mes de julio, el sétimo del año, sólo se ha gastado, alrededor del 37,4% del presupuesto público (37% nacional; 36,2% locales y 39,7% regionales).
Así como el Estado es tan ineficiente al ejecutar, también lo es para generar ingresos, recaudando o generando obras que signifiquen la posibilidad de generar valor. Los recursos en su gran mayoría se van en gastos corrientes, en especial planillas que en su mayoría no está conformada por los mejores y los que son necesarios.
Pero de todas maneras necesitamos al poderoso Caballero Don Dinero, y nos encontramos con que el presidente del Consejo Fiscal advierte que el aumento del déficit fiscal es el más alto en 30 años y que si se sigue así, las agencias de riesgo, nos puede llevar a que nos quiten el grado de inversión.
Sin embargo, el Congreso en su afán populista sigue aprobando leyes que generan gasto y el sumiso gobierno de Boluarte volverá a exceder el límite de déficit este año, y seguirá incrementando las planillas del Estado, sin importarles sus capacidades, sino simplemente cumplir con favores políticos, producto de las negociaciones para mantenerse en el poder y lograr su anhelada impunidad. Así se explica el estar permitiendo ingresar a cerca de 200.000 profesores jalados que generan un aumento de planillas de 1.2% del PBI, y poner en riesgo el futuro de nuestras futuras generaciones.
Riesgo que se agrava con este gobierno, que en solo medio año del 2024 se han creado más universidades públicas que en cualquier otro año en otros gobiernos. Entre las 10 instituciones más corruptas según informó la Contraloría, en el ranking que encabeza la PNP (Policía Nacional del Perú) se encuentran varias universidades públicas, de provincias. Y con el descontrol de la actual SUNEDU, en plena economía del conocimiento, preparémonos a tener profesionales mal educados, mal formados, que no son los profesionales que nosotros necesitamos.
Entonces, coincidimos todos y decimos a viva voz:¡traigamos capitales!, para que inviertan en tantas oportunidades que presenta el Perú, con sólidas bases macroeconómicas, y una moneda fuerte, por una adecuada política monetaria, pero nos encontramos que somos parte del mundo y en esta aldea global, todo se sabe en tiempo real, y así sucede que influyentes medios en el mundo económico y financiero, cómo el Bank of América digan: “Perú dejó de ser un ejemplo de crecimiento económico debido a recesión e inestabilidad política”.
El Citi Research del Citigroup afirma que el Perú tiene “una política incierta y dividida” ya que el gobierno tiene apenas un 5% de aprobación y está “entre los más bajos de la región y del mundo”. Dina Boluarte es la presidenta con menor aprobación en la región. El costo de la desaprobación popular de Dina Boluarte, es lo que limita a los inversionistas. Los capitales extranjeros ven con cautela nuestro mercado, agitado también por los intereses del Congreso. “Inversionistas se preguntan cómo un presidente con una aprobación tan baja se mantiene en el poder”. La aprobación del Congreso, por un punto, es aún más baja, con 4%.
Diario The Economist en un artículo titulado ‘La presidenta de Perú sobrevive porque no está al mando’, se menciona que Boluarte se mantiene en su lugar debido a un pacto con el Congreso, donde los legisladores tienen el control real del país.
La adhesión de Perú a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) va a ser más lenta de lo deseado, ya que a pesar de que lo advirtieron, promulgaron la ley que debilita la colaboración eficaz. Así mismo, intentan sacar la ley de amnistía para lograr impunidad con iniciativa que limita delitos de lesa humanidad, desafiando a la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos), asegurando que no pasa nada, que hagan lo que quieran, porque nadie se mete con el Perú ¿?, y que los compromisos internacionales suscritos por el Perú, para ellos, no valen nada. Es imperdonable, va en contra de nuestro prestigio internacional, y las consecuencias son obvias, no vienen capitales, ¿a quién en su sano juicio se le va a ocurrir invertir en un lugar en dónde no cumplen con los tratados internacionales suscritos?
Casi el 80% de los empresarios, generadores de empleos, está preocupado por la situación del país, por la alta inseguridad ciudadana. La productividad, elemento esencial de la competitividad ha retrocedido 20 años, y hemos caído en el ranquin mundial de competitividad, al descender ocho puestos, y ubicarnos en el puesto 63 de 67 países evaluados, mínimo histórico. 87% de los CEO del país en una encuesta de IPSOS a las 2.500 empresas más grandes en el Perú, desaprueba la gestión de la presidenta.
Bloomberg Media en un ranking de las naciones con peor sueldo mínimo en la región, el Perú con 277 dólares sólo supera a Argentina con 163 dólares y Venezuela con 3.61 dólares. El más alto en Sudamérica lo tiene Uruguay con 556 dólares, seguido de Chile con 532 dólares.
En América Latina, las variaciones en el PIB per cápita reflejan las diferentes situaciones económicas y políticas de cada país, Uruguay, Panamá, Chile y Costa Rica se destacan por tener los PIB per cápita más altos de la región, con US$18.109, US$16.294, US$14.248 y US$ 14.026. Los PIB per cápita más bajos Haití, Nicaragua, Honduras, Bolivia, US$ 1.210, US$ 2.185, US$ 2.540 y US$ 3.160. Perú ocupa el puesto 12 entre 20 países de América con US$6.456 el 2024, menor al 2023 que fue de US$ 6.549.
Cómo es tan necesario el ingreso de capitales, el esfuerzo que realizan, tiene respuestas de las grandes potencias, por un lado la embajadora de Estados Unidos en el Perú, afirma que muchos empresarios estadounidenses están muy interesados en invertir en Perú en la infraestructura, la minería, los puertos, en salud, en todo lo que es la conectividad digital, y muchas cosas más, pero a la vez responde a las críticas y fiscalizaciones y ataques de este congreso a las ONGs (para que sólo piensen de la manera que ellos quieren, y si no, eres “caviar”): “En cualquier democracia, sobre todo en EE.UU., necesitamos una libertad de prensa y también para la sociedad civil, porque el gobierno no puede hacer todo, necesitamos que todo el pueblo nos ayude y la sociedad civil es parte del pueblo, es parte de lo que necesitamos para tener una democracia fuerte, que funciona”. Más claro no lo puede decir y repetir, la que es una clara posición de Estados Unidos desde hace años. Igualmente, la Unión Europea, les ha dicho claramente su posición. Pero no quieren escuchar y la consecuencia es clara, menos inversión extranjera.
Ante tal falta de capitales, los chinos que están en la lucha entre democracia y autoritarismo, en total oposición a los valores democráticos occidentales, han encontrado la manera de penetrar al país, con un gobierno que pareciera no saber dónde está, y por lo tanto, no tiene una dirección estratégica de Perú ante el Mundo, y ahora corremos el riesgo de que China invierta para expandir su influencia, obtener sus recursos estratégicos, sin importarle normas ambientales, sociales, como vemos en algunas empresas que ya operan en Perú o con el ingreso de más de 230 barcos chinos en aguas peruanas ante silencio cómplice de este gobierno.
Si tuviéramos un buen gobierno, la ubicación central en el Pacífico Sur, que es nuestra, de todos los peruanos, la sabríamos negociar con todo el mundo, para beneficio de todos, pero esto es lo que tenemos, por este sistema electoral que permite el resultado de estas autoridades elegidas. Ahora, según encuestas, los Partidos políticos rumbo al 2026 cuentan con apenas un dígito de respaldo. Un sistema que no filtra nada de nada y que nos hace repetir “que el acto más corrupto, es ocupar el cargo al cual uno no está preparado”.
Seguimos perdiendo tiempo, mientras la Contraloría identifica altos riesgos de corrupción en 321 entidades públicas, y hoy 28 la presidente nos dirá un discurso, que esperemos no sea como su mensaje por Fiestas Patrias de 2023, donde no cumplió con el 85% de las 254 promesas que hizo. Difícil creer a una persona, que un día dice que va a colaborar con la justicia para esclarecer el “caso Rólex” y ahora resulta que está trabajando para que anulen la denuncia en el Tribunal Constitucional, al igual que la tres veces perdedora candidata, que quiere anular el “caso cocteles” por el mismo camino, como si nosotros no hubiéramos sido testigos de lo sucedido con ambos personajes, que hoy dirigen al país. Es una falta de respeto. Es menospreciarnos.
Seguro ahora dirá que hemos crecido, claro que sí, pero no hay que engañarse, el rebote de abril y mayo ha sido por la base comparativa bien baja, con respecto al año anterior y el repunte significativo de la pesca. Lo que crezcamos por los altos precios de nuestras materias primas, no nos alcanzará, para las tareas urgentes que debemos atender.
Mucho más por añadir, pero creo haber sustentado por qué un Triste 28 y no un Feliz 28, que es posible lograrlo, con gente honesta, capaz, que sepa adónde debemos caminar, y que el pasado, no lo condene.
Somos libres, seamos imaginativos, alcancemos un gran acuerdo hacia el futuro del Perú. Suerte para el Perú. Arriba Perú.
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