Juan Escobar / Agro: el destino nos alcance (2 de 2)
- Análisis Efectivo
- 10 abr 2022
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En lo que respecta al agro nacional, según la consultora Me Kinsey (EE.UU.), el Perú representa solo el 13% de la productividad promedio generada en Estados Unidos (brecha que se extiende año a año). No obstante, ha habido importantes iniciativas como aquellas ocurridas en el pasado ya lejano, tales como las experiencias del INIA Perú, la cual creó cultivares como la papa Canchán, quinua y una variedad de arroz que permitieron lograr productividades superiores a sus predecesores y posibilitaron generar un valor bruto adicional de casi 1,500 millones por año, dada la amplia extensión en las que fueron sembradas: sin embargo, el relativo éxito que se logró, hoy se diluye ante
el avance de la tecnología agraria en los países más desarrollados, y también por nuestra inercia y el bajo compromiso que tenemos con la innovación.
La situación se agrava en el Perú, dado que factores estructurales como poseer en promedio 1.3 has de tierra por parte ele los pequeños productores - distribuidas en distintas parcelas -, limita el uso de la tecnología y capital a escala. Esto contrasta, por ejemplo, con la realidad de Países Bajos, en donde el productor/empresario/innovador gestiona en promedio 8 Has.
Si los peruanos lográsemos entender que la tecnología y el tamaño de la propiedad de la tierra son factores capitales para sustentar nuestro desarrollo agrario, se trabajaría intensamente para, en principio, acceder a tecnología moderna y pertinente para nuestro territorio. Para ello, existen 2 esquemas: i) la creamos sabiendo que este camino es complicado como lo muestra nuestra situación actual, o ii) la adquirimos comprando o copiando lo que otros países han logrado, y que nos puede ser bastante útil y rentable para no quedamos congelados en nuestro presente.
Ante esto, ¿qué hacer? Es necesario y se recomienda la creación de una Dirección ele Línea de Captura Tecnológica del más alto nivel dentro del INIA cuyo rol debe ser sistematizar requerimientos, así como capturar y validar tecnología internacional relacionada a nuestros intereses.
Se debe contratar a expertos nacionales o internacionales para que gerencien esta línea de trabajo, y sobre la base de nuestros productos, territorio y nuestro particular sistema agrario - elaboren un cuadro balance entre lo que necesitamos y lo que existe en otras latitudes con la finalidad de tener una tabla de posibilidades para adaptar tecnología, si fuera necesario. En un segundo momento, se debe sistematizar y viajar, si fuera condición, para capturar tecnologías sobre la base de contactos y acuerdos formales.
En ese trabajo, la unidad deseada debe contar con todas las condiciones necesarias (presupuesto, personal, infraestructura, etc.). Esta unidad de captura tecnológica debe incorporar a los mejores alumnos de las universidades para crear capital humano de cara al futuro.
El trabajo se complementa estructurando una efectiva y organizada correa de trasmisión: i) desarrollo de propuestas innovadoras validadas y acreditadas, ii) capacitación y acompañamiento a los productores para insertar tecnología, y iii) perfeccionamiento y ajuste para lograr la mejora de la productividad y competitividad agraria.
Es necesario señalar que esta no es una idea nueva: muchos países e instituciones las llevan a cabo motivadas por la innovación y por los deseos de superación. Genios tecnológicos como Bill Gates y Steve Jobs sustentaron sus innovaciones a partir de capturar tecnología de investigadores y productos previos o en desarrollo.
Es urgente superar la inmovilidad y la repetición de acciones que han mostrado sobradamente no dar resultados. Es necesario realizar el esfuerzo por el futuro del agro, por lo que es imperativo hacerlo con la mayor seriedad profesional para que el destino nos alcance en las mejores condiciones posibles de aquí a 30 años ... si fuera el caso.
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