Julio Schiappa Pietra / Cooperamos, negociamos, pero no nos sometemos
- Julio Schiappa Pietra
- 16 feb
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El Presidente de Colombia, Gustavo Petro, soltó la pregunta de la semana. “¿Cómo así USAID paga a los funcionarios de migraciones y de las aduanas, a policías y militares, es que un país extranjero paga a los funcionarios del país que fundó Bolívar?” Varios policías peruanos, militares y funcionarios del estado son pagados-vía USAID y otras fuente- por EEUU en nuestro país. ¿Cuántos son?
El punto resulta muy pertinente ante la presencia de miembros portando armas de la HIMS, servicio de migraciones y aduanas de los Estados Unidos en un operativo conjunto con la PNP, para, capturar a 24 soldados y 120 mujeres explotadas en varios locales de los criminales del Tren de Aragua.
Operación exitosa, lo cual felicitamos, pero cuyo origen legal y términos, no son conocidos por los peruanos. ¿Hay un acuerdo para el ingreso de policías extranjeros en la lucha contra el crimen? ¿Cuantos policías peruanos están en las planillas de la ayuda extranjera para operativos como este?
Los norteamericanos, vía su embajada, han sido meticulosos en decir que sí estuvieron. El Gobierno de Boluarte y Adrianzén no han dicho pío.
¿Por qué es lícito pedir explicaciones por estas operaciones en nuestro territorio? Porque la estrategia del Presidente Donald Trump contempla, según muchos congresistas de oposición en EEUU y expertos en temas de seguridad, usar la lucha contra el crimen y el narcotráfico, para ocupar militarmente latino America. En un esquema donde no vienen los marines sino compañías de seguridad privadas, consultores, como en Irak y otras guerras, todas bajo la justificación del combate al terrorismo. Trump plantea declarar terroristas a narcos y bandas para ingresar libremente a cualquier territorio. Sería mismo Siria, Irak, Libia.
El eje de la política exterior de la administración de Donald Trump es la relación con América Latina. Y el Secretario de Estado Marco Rubio, un conservador de padres cubanos, está tejiendo una red de relaciones políticas con ciertos gobiernos afines a EEUU para disminuir la presencia China en Latam.
La potencia del norte ve una oportunidad pintada para legitimarse, tomando el toro por las astas del problema de seguridad. Incluido el uso de fuerza militar contra los cárteles mexicanos, y en todo el continente, incluido el Perú.
Debilitar el estado nacional para sustituirlo por los negocios privados en servicios esenciales de seguridad, defensa, salud y educación, es el esquema de la rosca que ha tomado el poder en EEUU.
Lo dijo brillantemente la Presidenta de Mexico: “Podemos cooperar, colaborar, pero no someternos, somos una nación soberana”. Amen
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