Fue Groucho Marx, tan genial como Carlos Marx, pero en la ciencia de la comicidad, quien puso a los políticos en su sitio. Ello, cuando dijo “la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar, después, los remedios equivocados”.
En esas andan los políticos peruanos, que esta semana buscan problemas, como inhabilitar a la Vice Presidente Dina Boluarte, sobre un diagnostico falso como que remover autoridades mejorara el país. Ejemplo de uso de los remedios equivocados es-qué duda cabe-la inhabilitación en sus derechos políticos por 10 años de la Vice Presidenta. Sentencia extrema, basada en su apoyo al modesto Club Apurímac, una entidad sin fines de lucro. Dina Boluarte, basada en disposiciones de Registros públicos, se limitó a regularizar tramites con su firma para permitir que la entidad funcionara. Sin recibir ninguna ventaja personal o económica. Así de modestas, honradas y limpias fueron estas gestiones.
Como es Dina, la Vice Presidenta, mujer austera, severa contra la corrupción y apasionada en la defensa de su región, parte de los pueblos olvidados del país. Además, sus años en la administración, le han dado la experiencia para ser una de las mejores Ministras de Bienestar Social desde que se fundó la entidad.
A ello, contra lo que dice Marx (Groucho) Boluarte une una resiliencia probada. Fue capaz de armar la maquinaria de 80 abogados que impidieron que los 49 estudios de Lima cambiaran en mesa los resultados de la elección del 6 de junio del año del Bicentenario. A los señoritos abogados de las clases altas los venció el soroche y los recios escenarios de las provincias del Perú. Dina Boluarte, Aníbal Torres y muchos voceros legales progresistas y de izquierda, así como militantes y personeros de Pedro Castillo y PL dieron dura batalla por el triunfo popular. El primero que pestañaba perdía, y los abogados progresistas convirtieron la ola electoral y política, en irrefutable triunfo legal.
Es una historia nunca contada y que revela porque hay una minoría de congresistas derechistas fanatizados con sacar del escenario político a Dina Boluarte. No es para menos, le quemo el pastel a Keiko Fujimori en la puerta del horno jurídico manejado por los estudios caros y Vladimiro Montesinos.
Esta no es una batalla solo legal, sino sobre todo política. Para impedir que la venganza ciega de los perdedores de la última elección, castigue a esta mujer valiente, honrada y apasionada por la causa de los pobres.