Una de las catástrofes que nos amenaza es el desborde de la inseguridad ciudadana. Es más duradera y dañina que El Niño, pero el Gobierno no atina sino en soluciones pasadas de moda o improvisadas, que solo multiplican el miedo y envalentonan a los criminales. Como la atención que se le da a la deportación masiva de venezolanos en estos días.
Lo primero es saber cuál es la estrategia de seguridad del país. Debe adecuarse el Plan Mariano Santos-diseñado con la PNP y consultores internacionales- para usarlo de acuerdo a este nuevo escenario con bandas internacionales.
Lo segundo sería nombrar un Consejo de Seguridad Ciudadana, de máximo 6 personas, un Comando Conjunto de la Seguridad presidido por la máxima autoridad civil.
Una tercera misión sería fortalecer a la PNP creando una administración eficiente de recursos que pase a manos de gerentes públicos que ganen sus puestos por concurso.
Un cuarto objetivo es de entrenamiento masivo de personal de inteligencia preventiva para reestructurar y poner en forma al grupo Terna. Asimismo, digitalizar todas las funciones de investigación policial, unificar todas las cámaras en zonas rojas de la ciudad, usar el DNI electrónico para tener identificación cierta de cada ciudadano.
Finalmente, se debe pasar a enfrentar a los delincuentes con medidas de emergencia como instalación de Cuarteles de Ternas en zonas rojas, sistemas de juicio sumarísimo, campos de confinamiento de gran capacidad y medios expeditivos para deportación de extranjeros que delinquen. Medidas que suenan feo, pero no hay otra. O perdemos el país en muy poco tiempo. Y habrá ganado un opresor igual que SENDERO LUMINOSO, derrotando al Perú.
Este Consejo apoyaría con decisiones políticas y presupuestales la preparación e implementación de medidas a 3, 5 y 10 años para pasar de la defensiva a la ofensiva contra el crimen.
Esta es la única medida política-la de la Seguridad- con la que puede haber unidad nacional y unanimidad política por parte de todos los sectores. Cómo hubo contra el terrorismo, adónde dimos la batalla civiles y militares. En esa etapa fue decisiva la Movilización Ciudadana convocada por los Alcaldes Azcueta y Andrade en reacción al atentado de Tarata. Y la acción de los Medios de Comunicación, en que estuvimos unidos empresarios, FFAA y Policía, en el apoyo con recompensas para la caída de Abimael Guzmán. Unidos Contra el Crimen unió cada noche a los peruanos en la denuncia y oferta de recompensa llevando a la delación de los cabecillas del terrorismo.
Ejemplos que necesariamente hay que revisar si no queremos seguir con el espectáculo de un gobierno que cuando acierta un gol, tiene un apagón como el de Alianza con un viaje internacional de la Presidenta.
No hay Patria, no hay Democracia, si no hay Seguridad.