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Karla Gaviño / Racismo y violencia policial en USA


La frase “I can´t breathe” (no puedo respirar) ha sido utilizada más de una vez por afroamericanos que fallecieron en custodia policial en Estados Unidos. “I can’t breathe” gritó el 25 de mayo George Floyd, hombre afroamericano de 46 años, que murió por la asfixia que le produjo la rodilla de Derek Chauvin, caucásico policía de Minneapolis, presionada contra su cuello por más de 8 minutos.


Floyd no llevaba armas, estaba boca abajo en el suelo, su crimen fue haber comprado cigarros con un billete aparentemente falso. Floyd, avisó a los 4 policías que lo arrestaban por tal hecho, que estaba recuperándose de COVID-19 y le costaba respirar. Mientras era asfixiado, Floyd gritaba llamando a su mamá. Desde el 07 de octubre, Dereck Chauvin se encuentra libre bajo fianza. Repito, el hombre que causó la muerte de George Floyd, está libre. Los otros tres policías involucrados en la muerte de Floyd, (Alexander Kueng, Thomas Lane y Tou Thao), también se encuentran libres bajo fianza desde meses atrás. Los juicios podrían empezar en marzo del 2021.


Mientras tanto, el 22 de octubre, el juez Peter Cahill del condado de Hennepin, que tiene a su cargo el caso, emitió un fallo judicial manteniendo 8 de las 9 acusaciones planteadas por la Fiscalía General de Minnesota, incluyendo la de homicidio intencional sin premeditación. Si bien la fiscalía celebra el fallo, porque se mantienen las acusaciones casi en su totalidad (incluidas las más graves), consideramos que la dilación de 10 meses entre la muerte de Floyd y la posible fecha de inicio del juicio, desmerece la justicia en el proceso, más aún, produce indignación saber que estas 4 personas se encuentran en libertad. Este tema no es menor, pues la acción del Estado debe ser severa y oportuna, para dejar de lado cualquier vicio o sensación de impunidad. La lentitud del sistema judicial estadounidense, no ayuda a la erradicación del racismo y la violencia policial, ni responde a la exigencia social de justicia.


Según la web Mapping Police Violence, durante el 2020 la policía ocasionó la muerte de 897 personas en Estados Unidos, el 28% de las personas asesinadas por brutalidad policial eran afroamericanas, a pesar de ser sólo el 13% de la población total del país. Asimismo, de los casi 11 meses del 2020 que han transcurrido, sólo en 14 días la policía no ha matado a una persona. Estos ratios serían similares a los del 2019.


Movimientos como Black Lives Matters con importante presencia social, y que se han extendido a distintos países según su página web, son valiosos en esta coyuntura pero necesitan tener presencia constante en la comunidad política, social y cultural estadounidense, para llevar a las autoridades a frenar la violencia policial contra los afroamericanos. Sin embargo, el problema requiere una política de Estado clara para la erradicación del racismo, y la brutalidad policial, empezando por reconocerlos, llamarlos por su nombre, identificarlos, sancionarlos ejemplarmente, y también prevenirlos formando adecuadamente al cuerpo policial con valores claros de igualdad y respecto de los Derechos Humanos. Ello, debe ir de la mano con una adecuada política de prevención del crimen acercándose a la población a través de programas sociales de ayuda (salud mental, prevención contra las drogas, empleabilidad, entre otros), lo cual requiere destinar (redireccionar) presupuesto de los fondos de la policía, que no es sinónimo de quitarle recursos a la policía, sino de invertir en acciones pacíficas que ayuden a solucionar este problema antes que en más armamento (la policía incluso cuenta con armamento de características militares).


Las décadas pasan, el racismo y la excesiva violencia policial continúa como un mal endémico en la sociedad estadounidense, consecuencia de su estructura social y de la falta de acción concreta y decidida por parte del Estado en todas sus instancias.


Mientras camina libre el hombre que causó la muerte de George Floyd, sigue vigente aquella canción de Marvin Gaye de 1971, inspirada en un hecho de brutalidad policial en 1969, que dice: “Picket lines and picket signs, don´t punish me with brutality. Talk to me, so you can see, what’s going on”.


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