¿Quién reforma a los reformadores en la PNP? No encuentro una respuesta efectiva, pero busco comprender ante la responsabilidad de contar con ESTRATEGIAS propias en seguridad ciudadana al Presidente Sagasti que por intermedio del Ministro Rubén Vargas; planteó hacer una reforma policial quizás tomando como referencia una experiencia inconclusa aplicada en el 2001, con Fernando Rospigliosi, continuada por los autores del libro “Liderazgo Civil en el Ministerio del Interior” con Gino Costa, luego en el 2016 por Carlos Basombrío y su equipo.
Sin embargo, ante las evidencias que cuestionan esta gestión de transición a efecto de haber repetido acciones fallidas de las anteriores gestiones que buscaron reformar con cambios en el entorno de los policías con una poda policial de oficiales, situación que vuelve a colocar una brecha de desconfianza hacia sus reformadores en un escenario político tendido en una sábana de conflictos que ahora la ciudadanía demanda una policía más cercana, flexible, de servicios, y transparencia.
Afrentar a la policía, no es una estrategia de reforma, es sacudir la columna vertebral del sector interior con una oportunista interpretación en los vacíos legales. Es mejor forjar puentes de reconciliación y mitigar las secuelas con procesos de reforma organizativa que viene a ser una labor orientada con ejes estratégicos; como bien puede ser, la búsqueda de resultados aplicada desde el 2001 al 2016 y el levantamiento de información global de modelos de reforma policial con resultados positivos en la actualidad aplicados en Europa y Latinoamérica.
Por otro lado, es transcendental mejorar la imagen policial y buscar el acercamiento hacia la ciudadanía mediante mecanismos de comunicación más eficaces ante los problemas de seguridad en un mundo globalizado y de pos-pandemia; así mismo la apertura de colaboración con aliados estratégicos y la sociedad civil, crea escenarios propicios para el análisis de los problemas en forma participativa y la concertación de compromisos y responsabilidades. Y, por último, como su mejor patrimonio de la institución policial; Maximizar trasversalmente su legitimidad en nuestra sociedad ante un escenario crecientemente fragmentada a consecuencia de una corriente de corrupción que arrastran desde los años 1985.
Cualquier proceso de reforma policial tiene que afrontar decisiones políticas, pero también esta decisión tiene que estar sostenida en una base de realidades de la actual situación de la organización policial en un contexto social cambiante que dificulta tener resultados inmediatos de 06 meses. Y bueno, así como no existe una única causa de la violencia tampoco hay una única cura para erradicarla y quizás a esta decisión política le acompañen reformadores que sea expertos en gestión de seguridad pública y orden interno y alcancen bases a la siguiente gestión que coadyuven a mejorar la institución policial.
Por lo tanto, desde esta plataforma aliento a la reflexión ciudadana para alimentar un intercambio de ideas. ¿Quién reforma a los reformadores de la PNP?