Magalli Carrillo / ¿Respeto, igualdad, equidad de género?
- Análisis Efectivo

- 30 ene 2022
- 3 Min. de lectura
Como fuere… nos falta un mundo.
Un interesante artículo despertó mi interés, pues se hablaba de la forma en la que las mujeres se encuentran expuestas en el trabajo, frente a las labores a realizar, a un reconocimiento económico menor por su trabajo, al acoso sexual.
Se nos ha enseñado que por ser mujeres debemos esforzarnos el doble para lograr lo que un varón, ni modo, es la realidad. Dicen los padres, tienes que estudiar mucho trabajar duro para no depender de nadie más que de ti misma, para enfrentar la vida; y porque no, estar preparada para enfrentarla sola en caso las cosas no funcionen.
Así que te preparas para ir hacia adelante con todo lo que signifique, segura de tener las fuerzas para lograr lo que tienes previsto, dispuesta a salir adelante con una sonrisa todos los días, porque así se enfrenta la vida, con una sonrisa y pensando bien de cada ser humano que se te acerca, porque siempre hay bondad en las personas.
Nunca he tenido miedo de moverme a cualquier punto de mi país, nunca he tenido miedo de enfrentar a quien, y cada situación que se presente, siempre me ha gustado enseñar y transmitir lo que sé, totalmente dispuesta a ayudar. Siempre me consideré fuerte y valiente.
Hasta que alguien decidió cruzar el límite que la sociedad permite y sin contar con tu consentimiento te destroza la vida, con un simple acto, vil y sin el menor respeto por una. No importa el llanto, los gritos; si no te respeta como ser humano que más da que grites que pidas que se detenga. Cuando por fin tomas consciencia empiezas a echarte la culpa de lo sucedido, empiezas a pensar en todos, porque así te enseñaron a vivir; ¿qué dirá la sociedad, tus jefes!!!, la familia, los seres queridos, como explicas lo sucedido, lo provocaste?, como sigues ahora, ¿cómo miras a la gente que haces, te callas, Gritas justicia?
Es irreal lo que toca vivir luego, callar frente a los chicos porque no quieres traumarlos, tu cabeza vueltas a mil por hora, estas fuera de ti. Ya con tus seres queridos, te animas a contar y te das cuenta que, a pesar de saber los protocolos a seguir; a pesar de que a muchas mujeres les explicaste que hay que denunciar tú, no lo hiciste, y otra vez los reclamos a una misma. Es increíble ver cómo nos torturamos sin darnos cuenta.
Ok, valiente, a buscar justicia se dijo; policía, médico legista, psicólogo clínico, abogado, CEM, diligencias, enfrentar al fiscal, a los abogados de la otra parte, actas y demás cosas por realizar durante la investigación del delito, porque como no denunciaste en las primeras 48 horas, ya no hay flagrancia, eres una mujer adulta, así que el tratamiento es diferente. Totalmente agotador. Decides que ya es suficiente, que has dicho una y mil veces lo sucedido y en nuestro país parece no haber justicia para ti.
Crees que se puede enterrar, olvidar y seguir; pero algo en ti cambió, no logras ver la luz y por mucho que sonríes, estas vacía. Pasa un año o más, las cosas no se mueven, viene la pandemia que ya de hecho nos afectó a todos, imagina en medio de eso tú con toda la carga emocional. Te hacen notar que necesitas ayuda profesional, o buscas y “estrés post traumático” así se llama; y empieza entonces los psicólogos, psiquiatras, muchas sesiones para poder entender que tú no tuviste la culpa y empezar a sanar.
Duro de escribir, seguro que duro de leer; pero cuando alguien decide que no vales que no te respetará te rompe, te quita la confianza de una manera increíble, te lastima de todas las formas posibles. Sin embargo, en los momentos difíciles reconoces a la gente más importante en tu vida, a la gente que iría contigo al infierno y te soporta en tu propio infierno, a la gente buena, porque si existe.
Pero igual veo al Estado, que nos deja de lado, que estanca los procesos judiciales y una atención en salud mental aún incipiente, que poco a poco va tomando fuerza en nuestro país, y gracias a Dios ayudando a muchas personas con problemas.
Quisiera realmente que exista un día en que todas logremos tener la equidad de género, el respeto que nos merecemos y sobre todo iguales derechos. Un sueño bonito que espero pronto alcancemos todas.








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