Nos asedian podridos, congelados e incendiados, “El Perú requiere una radical renovación…”
Dijo Basadre: “Querámoslo o no, pertenecemos a una misma familia todos los que de veras consideramos al Perú no como un festín, sino como una tarea. Pero tarea quiere decir algo que debemos meditar, estudiar y resolver sin fórmulas previas, ni recetas fijas.
Los pedantes de un solo libro, un solo autor, o de un solo ídolo, los dogmáticos presos en la monotonía de sus silogismos, los obcecados ciegos, abundan en nuestros días en todo el mundo y contribuyen a su desconcierto y confusión. Lo que faltan son hombres despiertos, inteligentes, sabios, vigilantes, constructivos, eficaces, con ideales, pero no con consignas”.
El presidente Vizcarra reiteró la clave que la arrinconada mayoría congresal, atrapada en sus redes de representación de intereses, parece no haber aquilatado: “Hay que ir rápido…”. El presidente del Consejo de Ministros Villanueva subrayó: “El Congreso tiene la llave”. ¿Amenazas? Para mí, no. Presiones, sí. Así es el juego “dentro del régimen” como dirían viejos maestros en ciencias sociales y humanas.
Dentro del régimen o “sobre el régimen”, toda transición hacia un nuevo orden social y político, y su expresión en un poder constituyente y una nueva constitución, es un período de alto riesgo: lo nuevo no tiene fuerza suficiente y lo viejo conserva la costumbre, sus mañas y poderes. Los partidos tradicionales con líderes inamovibles son lastres. También los “neo” partidos, creados como “inversiones” desde provincias, los “vientres de alquiler” y los partidos que han crecido mediante alianzas con mafias e ilegalidades en Lima y provincias, con líderes atrapados por Odebrecht o con otros delitos, acusados e investigados, pero no sancionados como debe ser.
La vigencia del Estado de Derecho con esta Constitución, heredera del fujimontesinismo, solo se dará con la aprobación de leyes por una mayoría plural y con el acuerdo del Presidente. Para muchísimos ciudadanos, la mayoría congresal ha sido compelida a escoger comportarse como partido (con lógica política) y no solo como un conglomerado de intereses, enredado (sin exclusividad) con el narco poder.
Salir del marco constitucional porque no se logran leyes sin observación presidencial, puede, de hecho, retardar o enervar los indispensables, urgentes, básicos y perfectibles cambios que el pueblo reclama. Si la Constitución es “desbordada”, cabe preguntarse con quiénes gobernará el Ejecutivo. ¿Con apoyo del periodismo escrito, radial y televisivo? ¿Con el empresariado nacional e inversionistas extranjeros? ¿Con un cardenal y arzobispos? ¿Con “la calle”? ¿Con otros partidos del limbo legal u otros no legales operando en muchas áreas, GORES ejecutivos y municipales? ¿Gobernará también con redes sociales, obediencia de la Fuerza Armada y Policía Nacional, sin fiscalización política constitucional del Legislativo y con o sin Ministerio Público y Poder Judicial? No quiero alargar la lista. ¿Lo haría hasta el 28 de julio de 2021 o legislaría, sin facultades delegadas (las ha recibido y empleado hasta ahora), para convocar a elecciones nacionales generales con rapidez y tener nuevos Ejecutivo y Legislativo tal vez un año antes del Bicentenario?
No me pregunto qué dirían otros gobiernos o la OEA, sino la Defensoría, la Corte Suprema del Perú, nuestras universidades. Los partidarios de disolver el Congreso, ¡al estilo 5 de abril!, y la Fiscalía, y que pretender una “refundación” (o varias), se presentan como una nueva versión de la “hegemonía del pueblo”. Pero sin partido dominante ni organizaciones de masas ni Fidel como apoyo estratégico.
Finalmente, Basadre: “Entendemos que el Perú quiere una radical renovación… Vemos deambular ejemplares humanos que juegan con las palabras, simulan creer en ideales, entonan a voces los cánticos de la liturgia —religiosa, política, intelectual, profesional—, pero en lo íntimo son esencialmente cínicos o escépticos. Un inmenso aparato de mentira convencional les sirve de guarida y de trampolín, Por más que gesticulen y que aparentemente les vaya bien, están podridos. Son los venales natos. A toda esa gente hay que combatirla; pero con el arma mejor, que es el ejemplo contrario”.
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