Seguridad alimentaria nacional y mundial en riesgo
Desde la Segunda Guerra Mundial no ha habido un escenario de conflictos militares que haya afectado tanto a la seguridad alimentaria del mundo como la guerra de Ucrania Rusia. La guerra ha bloqueado las exportaciones de fertilizantes, los precios de cereales, aceites, arroz, han alcanzado precios históricos de los más altos, la escasez de fertilizantes, sus altos precios y la interrupción en la cadena de suministro afecta la siembra y la producción de alimentos en el planeta, ante este panorama la hambruna mundial está a un paso.
Hay gran preocupación en los productores de alimentos básicos en general, por la pérdida de cosechas ante la falta de fertilizantes y el aumento de precio de los mismos, lo que va a mermar la producción de alimentos en todo el mundo. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), dice que la guerra ha ocasionado un incremento del 17,1% en el precio de los cereales (trigo, maíz, cebada, avena, entre otros). Rusia y Ucrania representan el 30 % de las exportaciones mundiales de trigo y el 20 % de maíz. Un alza del 23,2 % en los precios de los aceites vegetales se registró recientemente, por los altos precios del aceite de semillas de girasol, pues Ucrania y Rusia son el primer y segundo exportador mundial de aceite de girasol.
Los altos precios del gas y de la energía inciden en la producción de fertilizantes, para producir amoníaco y urea que componen los fertilizantes nitrogenados se requiere significativas cantidades de gas natural, el 80% del costo de producción de fertilizantes a base de nitrógeno es por energía, siendo el nitrógeno el nutriente más demandado por los agricultores. Cerca de la mitad de la producción de alimentos en el mundo depende de fertilizantes nitrogenados y Rusia tiene el 15% de la producción global de fertilizantes nitrogenados y el 17% del comercio global de fertilizantes potásicos, su escasez por la guerra, ocasiona un aumento del precio de los alimentos, con consecuencias del riesgo de una hambruna mundial.
Para la FAO la seguridad alimentaria es entendida como el derecho de toda persona a la alimentación nutricional, culturalmente adecuada y suficiente. Una persona padece inseguridad alimentaria cuando carece de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales para llevar una vida activa y saludable. Cuando alguien se encuentra en una situación de inseguridad alimentaria severa, es porque se ha quedado sin alimentos y ha pasado un día o más sin comer, habiendo pasado hambre, históricamente, el número de personas que padecen hambre en el mundo son casi 690 millones.
Hay aproximadamente 283 millones de personas de 81 países que enfrentan actualmente inseguridad alimentaria crítica, y otros 45 millones de personas están por cruzar la línea de la hambruna. Unos 45 países importan un tercio del trigo de los dos países en guerra y otros 18 importan más del 50% de ese trigo.
Según la FAO, en Perú el aumento de los alimentos, la escasez y altos precios de los fertilizantes aunado al incremento del precio de los combustibles afectarán a aproximadamente 16 millones de personas. El precio de los fertilizantes ha subido cinco veces y los altos costos agrícolas tendrán efectos en los precios de alimentos y en la menor cantidad de área de siembra.
Las importaciones de fertilizantes del gobierno llegarán en dos meses aproximadamente. La producción de guano de las islas solo puede abastecer al 3 % de las necesidades de los agricultores. Ha habido lentitud en los sucesivos gobiernos el poner en marcha una planta de urea en Cuzco, usando el gas natural de Camisea. La próxima campaña agrícola se inicia en agosto y se especula que la intención de siembra va a caer en un 14% según MINAGRI; la producción de alimentos básicos como la papa, maíz amarillo duro, arroz, legumbres y hortalizas se reducirá en un 30%.