Leo en redes sociales a los que afirman que Keiko es más peligrosa que Castillo. O que son opciones equivalentemente malas y por lo tanto votarán en blanco o viciarán su voto. Comparto que me cuesta entenderlos. Y cuando se trata de gente que conozco y que quiero, la incomprensión se torna en dolor. Creo que están equivocados. Claramente. Así que a ver si logro explicar los criterios que empleo para discernir:
El pasado
Comencemos admitiendo que Keiko y el fujimorismo dan miedo. El papá cerró el congreso, robó y corrompió y por eso está preso. Ella puso sus intereses por delante al combatir a PPK y Vizcarra y pasó tiempo en la cárcel como parte de una acusación por lavado de activos. La han investigado por todos lados los últimos 20 años.
Castillo no tiene mucho pasado conocido. Esa es su ventaja. Pero ahora que comenzamos a saber más de su vida podemos decir -creo- dos cosas: La primera es que se trata de una persona con valores conservadores vividos con coherencia. Pero la segunda es que su formación académica e ideológica combina la mediocridad con el error. Es decir, sabe poco y lo poco que sabe está profundamente equivocado.
Presente
Reconozco que Keiko y el fujimorismo están en plan de intentar hacer las cosas bien. Han traído a su cancha a notorios opositores del pasado, como Rospi o Nano Guerra García. Hasta Vargas Llosa está pidiendo que votemos por ella. Aunque todas las sospechas están en su contra, lo que ofrece hacer, en este país que te toma cuentas en la calle, parece bastante competente. Tampoco le pidan que sea su candidata ideal. Eso es absurdo.
Por su lado Castillo no se ha apaciguado un ápice. Defiende a Cerrón, cuyos temas legales han sido demostrados en todas las instancias judiciales. Y además está rodeado de terrucos. Ojo, sin terruquear un ápice, sus congresistas cuentan ex convictos por terrorismo. Están diciendo que quieren cerrar el TLC, el congreso, cambiar la constitución sin respetar los procesos, ahuyentar (en la práctica) toda inversión privada. Y me quedo corto. De nuevo, todo mal, todo equivocado.
Futuro
La mejor demostración de que el crimen de los Fujimori sí paga es que Alberto está en la cárcel y su hija también pasó por ahí. A esta banda ya la hemos combatido y les hemos ganado. Y ya hemos pasado por este trance recientemente, cuando votamos con la nariz tapada y un antiemético, por Alan, para que no salga Humala. Y sabemos que Alan fue mucho más destructivo que Keiko y Humala era un moderado comparado con Castillo. No es una elección difícil.
Con Castillo, en cambio, lo que aparece en el futuro es Cuba, es Venezuela. Es la población hambreada, maniatada por unos crápulas millonarios y mafiosos como Chávez, Castro, Maduro o Morales. No digo que de todas maneras lograrían hacerlo. Creo que tienen delante a un ejército con la dignidad necesaria para sacarlos a sangre y fuego de ser necesario. Un escenario de golpe o guerra civil como opción deseable contra una dictadura comunista.
Por todo lo dicho, desde el pasado, en el presente y mirando el futuro, entiendo a los que sienten repulsión por las dos opciones. Pero no se equivoquen. Una es una fea infección. El otro es un cáncer agresivo, que está avisando que quiere destruirlo todo.
La opción es clara.
Finalmente, los que prefieren a Castillo, por favor, conversen con los venecos en la calle. He podido ver al menos una decena de sus videos de advertencia. Ellos ya pasaron por este clima que avisa tormenta y destrucción. Te están advirtiendo que no lo hagas, que no te suicides.
No seas tan estúpido y mezquino de no aprender del error ajeno, sobre todo cuando los tienes paseando por esta ciudad que no es la suya, intentando ganarse el pan que les fue negado en su patria, por gente como la que ahora quiere gobernar.
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