
Panamericanos, caciques alcaldes/gobernadores y reformas
¿En qué se parecen Muñoz y el alcalde de Sani o al “gobernador” de Arequipa?
¿En qué se distinguen Neuhaus, Reusche, Valenzuela y otros?
Como por arte de magia las instalaciones deportivas y el alojamiento de los atletas, que después se venderá como vivienda, están listos a tiempo. No solo eso: son obras hechas con estándares altos, inusuales en nuestro país en muchos casos.
No fue por arte de magia, claro. Dos Project Management Offices (PMO), que se encargaron de la infraestructura de los Juegos de Londres y Toronto, compitieron por los de Lima. Los PMO diseñan y administran los cuentos de proyectos de cada obra de infraestructura, o tipos de las mismas (transporte fuera o dentro de las ciudades, metros, aeropuertos, puertos, puertos fluviales, etc). Los PMO asesoran a los gobiernos. Tenemos la oportunidad de elegir a los mejores del mundo para que jueguen para nuestro país y generalmente no lo hacemos.
Carlos Neuhaus estuvo a cargo. Carlos es el precursor de los centros comerciales en provincias: pensó e hizo Megaplaza Norte. Su padre ideó y adoptó los serenazgos. A Carlos lo acompañó Jaime Reusche, que trabajó en CAF y ayudó de manera determinante a que nuestro país fuera clasificado con grado de inversión. El Choclito Valenzuela, ex regidor como varios, también es parte del equipo. Me disculpan a los que no conozco. Es un orgullo ver lo que han hecho.
Las pistas y veredas, a cargo de los alcaldes, no están listas. Esto sí que no sorprende a nadie.
A fines de los noventa Santander Investment, Bechtel y otros fuimos elegidos asesores del gobierno para las concesiones de todas las carreteras de nuestro país. Otros consorcios similares eran asesores de otras clase de activos. No hicimos ni una obra. Los corruptos y los mercas optaron por el modelo vigente: APP que por lo general están pésimamente mal diseñadas, a la medida del corrupto de turno. O iniciativas privadas en las que casi nunca hay competencia, ya que el proponente es el único que ha hecho estudios que tardan.
Nuestro país ha encargado un plan de infraestructura. La idea es que sea vinculante. El plan prioriza. Ni el SNIP ni Invierte priorizan. Solo aprueban lo que pasa la valla, como si tuviéramos recursos infinitos. A ese desastre de herramienta de gestión pública la defienden muchos, como la ropa que no tiene el emperador. Los PMO diseñarían y ayudarían a ejecutar las obras priorizadas por el plan.
¿Se imaginan la resistencia que va a haber de los corruptos y los mercas? ¿Se imaginan la guerra política que va a haber?
Muñoz acaba de entrar en un arbitraje que se espera que dure dos años y gane Vinci. Los peajes seguirán iguales por dos años. Y seguirán iguales después. Vinci compró de buena fe. Pidió que se incluya una cláusula anti corrupción. El MEF debe opinar por ley cuando cambian los operadores y los contratos. Eso le vale a Muñoz. Como le vale que Vinci sea de los operadores que queremos. Y le vale que su presupuesto total de inversión sea inferior a $200 mn. Vinci pagó $1433 mn solo por esta iniciativa privada.
¿Cuál será el impacto político de la travesura de Muñoz, un necio de marca mayor que no respeta a sus regidores que representan a los ciudadanos?
El de San Isidro es peor. Anuló la iniciativa privada de las bicicletas, que hizo un postor del Tren Eléctrico. Es la misma que opera en Miraflores. No le gusta. Piña pues. La autonomía de los gobiernos subnacionales no quiere decir que el nuevo cacique pueda hacer lo que le da la gana y nadie haga nada. Estos dos operadores de infraestructura son de los que queremos. Los necesitamos para sacudirnos a los Lava Jatos, los asociados del Club de la Construcción o al de la Reconstrucción, sobre el que pocos dicen pío pese a que les roban a las niñas que siguen en carpas hacinadas. Las travesuras de los alcaldes populistas o de los gobernadores populistas tienen consecuencias. Reducen el interés de los postores que queremos.
Nos condenan a seguir con los corruptos y mercas. Esto no es casualidad. No son tan imbeciles cómo parecen. ¿Aló gobierno? ¿Algún congresista? ¿Algún periodista que se anime a cubrir lo que está pasando?
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