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Paskal Vandenbussche / Es tiempo para mirar rio arriba

Hace unos 10 años, en un curso de análisis de conflictos, nos alcanzaron una parábola para hacernos reflexionar sobre la necesidad de pensar más en el sistema. Ahora que estamos en plena segunda ola de la pandemia causada por el COVID-19, recuerdo esta parábola. El autor, Steven E. Mayer, en “Salvando a los bebés: buscando corriente arriba soluciones”, describe una situación en donde:


Un día, un grupo de aldeanos estaba trabajando en los campos junto a un río. De repente, alguien notó un bebé flotando río abajo. Una mujer salió corriendo y rescató al bebé, lo llevó a la orilla y lo cuidó. Durante los siguientes días, se encontraron más bebés flotando río abajo, y los aldeanos rescataron a ellos también. Pero en poco tiempo hubo un flujo constante de bebés flotando río abajo. Pronto todo el pueblo se involucró en las muchas tareas de rescate: sacar a estos pobres niños del arroyo, asegurándose de que estuvieran adecuadamente alimentados, vestidos y alojados, e integrándolos en la vida del pueblo. Mientras no todos los bebés, ahora muy numerosos, pudieron salvarse, los aldeanos sentían que estaban haciendo bien en salvar a tantos niños como posible.


Sin embargo, al poco tiempo, el pueblo se agotó con todo este trabajo de rescate. Algunos aldeanos sugirieron que fueran río arriba para descubrir cómo todos estos bebés llegaron en el río en primer lugar. ¿Una misteriosa enfermedad ha afectado a estos niños pobres? ¿La orilla se había vuelto insegura por un terremoto? ¿Fue alguna persona odiosa arrojándolos deliberadamente? ¿Estaba aún más agotado el pueblo río arriba abandonando los bebes por desesperanza? Una gran controversia estalló en el pueblo.


"¿No ves?", gritaron algunos, "si nos enteramos de cómo los bebes llegan en el río, se puede detener el problema y ningún bebé se ahogará? ¡Yendo río arriba podemos eliminar la causa del problema!"


"Pero es demasiado arriesgado", dijeron otros de la aldea. “Podría fallar. No nos corresponde a nosotros cambiar el sistema.”


Esta parábola tiene diferentes versiones, pero todas nos hacen reflexionar sobre las causas profundas de los problemas y las decisiones. Y realmente es aplicable al contexto de la actual pandemia. Me da la sensación de que la pandemia en el Perú, más, lo que algunos han llamado “la pandemia política” (relacionada con la corrupción, la falta de ética y moral), en un contexto mundial de pugna por obtener las escasas vacunas que agotaron las tres fases estudios, ha generado una situación inviable en el pueblo rio abajo (Perú). Quizás es tiempo de mirar “rio arriba”. Es posible que no encontramos LA solución, pero si es posible que encontramos diferentes opciones.


Sin embargo, este proceso de mirar rio arriba requiere el apoyo de todos los actores; del Estado, sector privado y la sociedad. Para permitir seguir todas las acciones para salvar vida rio abajo, pero también disponer de los recursos y el tiempo para iniciar este camino rio arriba para entender el sistema y las posibles soluciones a sus problemas más graves o estructurales. Y allí está el problema: la coordinación y cooperación. Me hace recordar a una situación que Adam Kahane describe en Sudáfrica en su libro La planificación transformadora por escenarios: Trabajando juntos para cambiar el futuro:


“… un chiste que cristalizaba los desafíos aparentemente insuperables que enfrentaban los sudafricanos, así como la imposible promesa de todos sus esfuerzos para enfrentar juntos esos retos: “Ante los abrumadores problemas de nuestro país”, decía el chiste, “sólo tenemos dos opciones: una opción práctica y una opción milagrosa. La opción práctica sería que todos nosotros nos pusiéramos de rodillas y oráramos para que un grupo de ángeles descendiera del cielo y resolviera nuestros problemas por nosotros. La opción milagrosa sería hablar y trabajar juntos, encontrando una forma de avanzar unidos” Los sudafricanos necesitaban formas de implementar esta opción milagrosa”.



Es la actual situación del Perú, necesitamos la opción milagrosa de generar un diálogo sincero entre los diversos actores y ‘trabajar juntos, encontrando una forma de avanzar unidos’. La opción milagrosa permite que mientras que salva la vida de personas que llegaron rio abajo, al mismo tiempo un grupo de personas ‘trabaja en conjunto, encontrando una forma de avanzar unidos’ para encontrar posibles soluciones rio arriba. No creo que tengamos tiempo para la opción practica de esperar hasta que los ángeles descienden del cielo y resuelvan nuestros problemas.


La opción de acusar el uno al otro de pertenecer a un grupo ideológico por x razones no ayudará a salir de la situación. Se requiere entender el problema complejo en el cual se encuentra el Perú, dentro de una pandemia que enfrenta todo el mundo, es decir, un problema global. Una pandemia en la que hasta el momento todavía no se ha encontrado a ciencia cierta un medicamento y que acusa un reducido número de vacunas que han terminado con éxito la fase 3 de sus estudios de eficiencia y efectividad, siendo consideras suficientemente seguras para ser aprobadas por los científicos y los políticos. En vez de azuzar a la gente, o venderse como el mesías, se debe fomentar que un grupo diverso de personas, involucrando al Estado, sector privado y sociedad, pueden buscar soluciones, rio arriba, a los problemas complejos. No sólo ‘parches’ que son vendidos como soluciones ‘rio abajo’, y que pueden ayudar a corto plazo, pero a largo plazo generan controversia y agotan a la población tal como en la parábola.


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