Difícil tarea la que tendrá el Alcalde de Lima que sea elegido para el período 2023-2026.
Durante los últimos años la MML ha perdido ingresos que no han sido compensados. Por ejemplo, desde 2013 ya no recauda los peajes que fueron concesionados por la gestión de Villarán, son alrededor de S/ 220 millones anuales (están en el rubro de otros ingresos de color morado en el gráfico adjunto). Luego, desde el 2019 perdió los ingresos por multas de transporte urbano que cedió a la ATU, que ascendían a S/ 120 millones anuales aproximadamente (color rosado oscuro en el gráfico). Asimismo, las transferencias monetarias que recibía del G. Nacional se han reducido en promedio en S/ 150 millones anuales (color verde).
De otro lado, su deuda actual asciende a más de S/ 1800 millones y destina cerca de 15% de su presupuesto anual para pagarla. Castañeda en el 2017 asumió una deuda por S/ 700 millones. Muñoz otra por S/ 300 millones en 2021. Y, la actual gestión, tramita un nuevo préstamo por S/ 500 millones. Añadir que las agencias de riesgo Ficht y Moodys rebajaron la calificación crediticia de la MML de BBB+ a BBB, con lo cual se encarece acceder a nuevos créditos.
Y, para cerrar el panorama, los tributos que recauda la MML a nivel distrital (Imp. Predial y Arbitrios Municipales) y provincial (Imp. Vehicular e Imp. Alcabala), tienen una baja morosidad. Por tanto, poco margen de crecimiento. Es decir, por más esfuerzo de gestión que se haga, la recaudación tributaria no se incrementará en forma importante.
Cómo se aprecia, la situación financiera de la MML está en cuidados intensivos. Necesitamos pensar bien nuestro voto el domingo 2 de octubre. Necesitamos un Alcalde que maneje responsablemente las finanzas municipales, para evitar que deje una MML quebrada al final de su mandato. Y también que tenga el coraje y la decisión de reclamar un cambio de reglas en la asignación de recursos. Lograr que parte de los tributos que los limeños ya pagamos, se queden en la propia Lima metropolitana. Asimismo, impulsar una redistribución de los recursos distritales, para lograr una mayor equidad horizontal entre los distritos. Todo ello acompañado de una gestión transparente, que rinda cuenta de cada sol gastado. No será fácil la tarea.
Espero que quien salga elegido, tome rápida conciencia de la situación. Y haga una gestión responsable a partir de los recursos que pueda disponer.