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Saúl Barrera / Promoción de actividades físicas


En junio reciente el INEI publicó el documento Perú: Enfermedades No Transmisibles y Transmisibles 2021, elaborado a partir de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar, ENDES. Ahí se brinda información sobre la población peruana con exceso de peso (sobrepeso y obesidad) en el país. Si comparamos los resultados del 2021 frente a los alcanzados desde el año 2014 se puede constatar que se sigue incrementado el porcentaje de población con esta condición. Para el año 2021 asciende a 62.7%, mientras el 2014 era del 54.7%. Asimismo, en todos los años se aprecia que en la población femenina los porcentajes son mayores.


Esta situación no es gratuita. En julio de 2022 se publicó también un informe elaborado por el Programa Mundial de Alimentos y la CEPAL sobre el costo que representa al Estado peruano la atención de los problemas derivados por el exceso de peso en la población. Se tomó en cuenta información del año 2019 (pre pandemia). Los resultados impresionan. El Perú gasta anualmente en la atención de enfermedades provocadas por esta condición, más de 9 mil cien millones de soles. Es decir, más de 2600 millones de dólares.


Sólo esta simple constatación debiera llamar la atención de las autoridades estatales para adoptar acciones respecto de una de las causas que originan esta situación: la falta de actividad física en la población. Esto no está sucediendo. Actualmente el Estado (en sus tres niveles de gobierno) destina menos de dos millones de soles en programas de fomento de actividades físicas y deportivas. Se invierte mucho (y mal) en infraestructura deportiva (más de 2 mil millones de soles), pero casi nada para promocionar que la población de distintas edades haga actividad física.


No basta con infraestructura. Es como crear colegios y hospitales sin docentes ni médicos. ¿Se imaginan cuanto de esos 9 mil cien millones de soles que gastamos atendiendo enfermedades provocadas por el exceso de peso se ahorraría si invirtiéramos al menos 400 millones en promoción de actividades físicas? Además de otros beneficios que dicha promoción generaría para mejorar la calidad de vida de la población.


El interés del Estado en el deporte va más allá de la alta competencia. También comprende esta realidad que se expone. Se trata de poner en movimiento a todo el país, de apostar por crear una cultura de la actividad física y deportiva. Hacerlo no es un gasto, sino una inversión.


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